Centro Histórico

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  • México se hunde en la recesión y AMLO desvía atención a avión presidencial
  • Exjefe de Pemex afronta primer proceso judicial denunciando “intimidaciones”
  • Lotenal y el gobierno dan palos de ciego  por vender billetes de la rifa del avión
  • Por Crescencio Cárdenas Ayllón

RedFinancieraMX

“¡Bueno, bueno, bueno!”  pues ahora resulta que en vista de que hasta ayer solamente se sabía que se había vendido solo el 25% de los boletos de la llevada y traída rifa del Avió Presidencial que ya ni es el avión que era ni tampoco es presidencial y mucho menos rifa porque no se compran los billetes  pero se busca sacar raja para alimentar varios programa sociales de la 4T principalmente el de atención médica a contagiados del coronavirus.

Pues sí,  pero ahí tienen que como al presidente López Obrador de urge que se vendan muchos más billetes de la Lotería Nacional (Lotenal) ya que a pesar de las llamadas a la población para que compren esos billetes “llévelos, llévelos no muy vara pero llévelos” pero ahora resulta el director de Lotenal de apellido Prieto ya le dijeron que apriete el paso y que se sugiera sin amenazas todo por la buena nada por la fuerza para los más de 700 empleados de esa instituciones que antes era para la beneficencia pública ahora coopere para el pomo, no, para completar lo que se requiere de la enajenación del avión que “ni Obama tiene”.

Lo que se teme es que ese ejemplo,  malo por cierto, cunda como la pandemia y se virilice hacia las dependencias  importantes del gobierno federal y busque captar recursos vía la venta de billetes y llegar al festejo Patrio con la cabalidad de las cifras esperadas  del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Y por cierto se comenta que a medida que México se, hunde en la recesión y en un creciente brote de covid-19, su líder comenzó la semana cambiando el tema a los excesos mimados de sus rivales, mostrando, una vez más, el lujoso avión presidencial de su predecesor que se niega a usar y está intentando vender.

Andrés Manuel López Obrador, se presenta a los medios de comunicación todas las mañanas a las 7 de la mañana, trasladó su conferencia de prensa del lunes a un hangar en el aeropuerto internacional de Ciudad de México, donde los reporteros fueron llevados al Boeing 787 Dreamliner con cama extra grande y sala de conferencias. Fue traído la semana pasada de California, donde ha estado estacionado por más de un año.

El presidente ha convertido el avión en el símbolo de Gobiernos y opositores pasados, a quienes retrata como delincuentes amantes del golf y educados en el extranjero que usan su poder para enriquecer a sus compinches y desviar fondos públicos. “Hay quienes quieren volver a esta forma de gobierno”, dijo. “Nos hemos comprometido a transformar a México. Los lujos del gobierno han terminado. El presupuesto es dinero del pueblo y será utilizado por los más necesitados”.

Ese es un desafío que el coronavirus ha hecho mucho más difícil de cumplir. Datos de la semana pasada mostraron que la economía tuvo su mayor contracción registrada en mayo, y los economistas esperan que la segunda economía más grande de América Latina se contraiga este año lo máximo desde la Gran Depresión. Mientras tanto, México está cerca de superar al Reino

Unido como la tercera mayor cantidad de muertes en el mundo por el coronavirus. Funcionarios de salud dijeron durante el fin de semana que puede haber decenas de miles de muertes más por el virus que las que se han informado hasta ahora.

López Obrador ha visto disminuir su popularidad por su manejo del virus y la falta de apoyo para las grandes empresas y los millones de trabajadores que han perdido sus empleos. El regreso del avión le permite revivir su campaña anticorrupción antes de las elecciones de mitad de período del próximo año, asegura Luis Estrada, director de la consultora política SPIN-TPC.

“Necesita tratar de volver a su tema de corrupción, y el avión presidencial es una prueba clara de esa corrupción”, dice Estrada. “Es una apuesta muy arriesgada porque no ha cumplido en ningún otro lado. Están desesperados por mostrar resultados, pero llegarán a las elecciones con la economía en su peor nivel”. Comercios mexicanos batallan durante pandemia con poca ayuda. Las autoridades dijeron que hay dos ofertas por el avión, una de las cuales incluye un depósito de US$1 millón. AMLO dijo que esperaba anunciar un comprador en los próximos días.

La semana pasada, dijo que una de las ofertas era por US$120 millones. En el pasado, rechazó una oferta por US$125 millones porque era menor a una valoración gubernamental del avión de US$130 millones.  El avión ha sido uno de los accesorios políticos favoritos del presidente para ilustrar una “transformación” de la política mexicana que se ha comprometido a llevar a cabo. Pero el simbolismo se volvió un poco turbio después de que los compradores no aparecieron.

Una rifa.  A principios de este año, cuando los titulares se centraban en cómo su primer año de gobierno había terminado en una ligera recesión y un récord de homicidios, se le ocurrió otra idea relacionada con el avión: rifarlo entre los ciudadanos por boletos que cuestan alrededor de US$25.

Eso llevó a una serie de bocetos y parodias sobre lo que el ganador podría hacer con el avión, como convertirlo en un enorme camión de tacos. Cuando quedó claro que el avión podría convertirse en una carga (¿dónde estacionarlo?), el presidente dijo que la rifa tendría pagos en efectivo. Eso tampoco ha ido tan bien. Solo el 25% de los boletos para el sorteo se han vendido, dijeron funcionarios el lunes. El presidente ha designado las ganancias de la rifa para equipos médicos.

El enfoque de López Obrador en el avión sigue a una serie de otros casos de corrupción. Este mes, un exdirector ejecutivo de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos fue extraditado desde España para enfrentar cargos de corrupción. AMLO dijo que su testimonio implicó a los legisladores al aceptar sobornos para aprobar una reforma que abrió el sector energético estatal a la inversión privada. Un exgobernador del partido gobernante también se enfrenta a la extradición desde Estados Unidos por acusaciones de canalizar millones a su partido.

En otro tema ahí tienen que se dice que a los mexicanos les esperan meses de titulares sobre los juicios que ayudarán a la campaña anticorrupción del presidente, asegura Javier Martín, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en Ciudad de México. “Este es un intento deliberado de cambiar la conversación” de los temas del brote, la economía y la violencia, dijo Martin sobre el recorrido por el avión. “Parece que esta es una Administración que apuesta más por los símbolos que por los resultados concretos”.

Con una de cal y otra de arena, el exdirector de la petrolera estatal mexicana (Pemex) Emilio Lozoya declaró este martes por primera vez ante un juez prometiendo por un lado “colaborar” con la justicia y por otro denunciando haber recibido “intimidaciones” durante las investigaciones por corrupción en su contra.

El que fue titular de la petrolera estatal mexicana entre 2012 y 2016, bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, declaró por la compra irregular de una planta de fertilizantes, mientras que este miércoles lo hará por haber recibido sobornos de Odebrecht, los dos casos por los que fue extraditado el 17 de julio desde España.

Durante la audiencia, en la que Lozoya participó de forma telemática desde un hospital capitalino al que fue ingresado con anemia a su llegada a México, la Fiscalía General de la República pidió su imputación por el delito de operación de recursos de procedencia ilícita.

Visiones encontradas. La Fiscalía lo acusó de haber adquirido una casa mediante un soborno de Alonso Ancira, director de Altos Hornos de México arrestado en España, a quien luego devolvió el favor con la compra por parte de Pemex de una planta de fertilizantes inservible. Según el relato del Ministerio Público, Ancira pagó en 2012 tres millones de dólares a una cuenta en Suiza de

Gilda Susana Lozoya, hermana de Emilio Lozoya, quien utilizó 1,55 de estos millones para comprarse una lujosa casa en la capital mexicana a finales de ese año.

En diciembre de 2013, cuando Lozoya ya dirigía Pemex, la petrolera estatal compró a Ancira con un sobreprecio la planta de fertilizantes Agro nitrogenados, en el estado de Veracruz, que llevaba 14 años abandonada. Pemex aprobó la compra por 455 millones de dólares y otros 200 millones para su rehabilitación y modernización, pero según la Fiscalía una nueva planta hubiera tenido un costo de entre 200 y 300 millones de dólares, por lo que había un “acuerdo” con Ancira.

En su intervención, Lozoya respondió que no es “responsable ni culpable” de estas acusaciones además de que la compra de la casa fue anterior al relato de la Fiscalía y la declaró debidamente cuando asumió la dirección de Pemex en diciembre de 2012. Pero no solo defendió su inocencia, sino que aseguró que durante las investigaciones en su contra ha sido “sistemáticamente intimidado, presionado e instrumentalizado”.

“Denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano”, añadió. “A juzgar por lo dicho hoy, no existe un acuerdo entre Lozoya y la Fiscalía en el caso Agro nitrogenados, como parece que existe en el caso Odebrecht”, dijo a Efe Ricardo Alvarado, investigador de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Y es que esta audiencia sirvió de antesala a la que tendrá lugar este miércoles con gran expectación mediática. Lozoya declarará sobre la recepción de unos 10 millones de dólares de la trama Odebrecht, que habrían sido utilizados durante la campaña electoral y durante el Gobierno de Peña Nieto (2012-2018), del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Según se filtró en la prensa, Lozoya, quien fue arrestado en febrero en España, aceptó la extradición a México con la promesa de revelar a otros implicados en esta trama, lo que reduciría su condena. Entre ellos estarían el mismo Peña Nieto y su secretario de Hacienda Luis Videgaray, quienes habrían sobornado a legisladores de la oposición para que aprobaran en 2013 la reforma energética que liberalizó el sector.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este martes en conferencia de prensa que el caso Lozoya es “importantísimo porque que va a ayudar mucho a que se destierre la corrupción”. Además, calificó a Lozoya de “testigo protegido” y abogó por que se recupere una parte de “lo robado” y aseguró que el nuevo dueño de la planta de fertilizantes aceptó devolver 200 millones de dólares.

Sin embargo, el asunto ha levantado suspicacias y acusaciones de tratos de favor porque hasta el momento no se ha difundido ninguna imagen de Lozoya, quien está enfrentando el caso desde un hospital privado en lugar desde la cárcel, a raíz de una anemia de la que no se sabía nada hasta su llegada. Alvarado comentó que es “raro” que el día en el que llegó a México, la Fiscalía disfrazara a un hombre como si fuera Lozoya para despistar a la prensa mientras llevaba al original al hospital.

La opinión generalizada es que este caso será fundamental para demostrar si en la actual Administración hay una verdadera intención de destapar la corrupción del Gobierno anterior o si Lozoya se convertirá en un simple chivo expiatorio.

“Históricamente en México caen personajes representativos del Gobierno anterior pero nunca toda una red de corrupción. Este caso podría mejorar la sensación de justicia en el país y reventar la burbuja de la impunidad o seguir como hasta ahora”, opinó Alvarado.

La primera sesión de Lozoya ante un juez coincidió con la publicación de los resultados de Pemex del primer semestre, en el que perdió 26.406 millones de dólares, el enésimo ejemplo de la frágil situación de esta empresa desde hace décadas. (Agencia EFE)

Por lo demás, creo que todos estamos bien.