- Por Miguel Ángel López Farías
- No hemos aprendido algo
RedFinancieraMX
Cierto, el gobierno incurrió en errores de comunicación en cuanto a el manejo del covid, cierto que su estrategia de contención genero un lamentable bamboleo social que se manifestó en temas como si se debía usar el cubrebocas o no, la agenda del mandatario y su discurso no fue el mejor, eso de mostrar estampitas para defenderse del virus no fue una buena idea, esto todos lo sabemos, sabemos que la curva no ha sido aplanada, que los dichos de Gattel cayeron en el “chacoteo” y se ganó sendos memes de la creativa opinión pública, conocemos los datos oficiales y desconocemos los no oficiales.
Pero suponemos que el covid se convierte de facto en una de las mayores tragedias en la historia moderna de México…nadie en este país puede decir que no recibió algún tipo de advertencia o que no fue objeto de noticias que hablaran sobre la peligrosidad de la pandemia, así que decir que no estaban enterados es tratar de “hacerse el guapo”…si alguien desea adquirir la enfermedad es muy sencillo, basta con exponerse de manera descarada…pues eso ha venido ocurriendo en la ciudad de México y sus al rededores, y este fin de semana fue el pináculo de lo que le digo, tan solo ayer domingo fuimos testigos directos de las avalanchas humanas que abarrotaron zonas como el Ajusco.
La fila de autos repletos de familias tratando de encontrar un restaurant o un espacio verde para armar la “carnita asada” fue como si se tratara de un viernes santo, miles de defeños se hicieron del domingo para huir del confinamiento, las largas filas de autos sobre la picacho -Ajusco nos refrendan como una de las sociedades más extrañas del planeta, la defeñiza que ayer salió a respirar aires de bosque en el sur de la ciudad no iban en búsqueda de empleo, no abandonaron el confinamiento porque sus alacenas se vaciaron, ni dedicaron un par de horas en medio del tráfico para llevar a alguien a el hospital, salieron para romper con el confinamiento, diversión, matar el tiempo en medio de una crisis pandémica que no sabemos en qué momento comenzara a bajar sus niveles, y esto, perdóneme ud no es culpa del gobierno, no fue claudia Sheinbaum la que nos abrió la puerta para salir brincando como perritos de departamento, ni Gattel nos soltó la rienda, fue porque se le dio la regalada gana a esos ciudadanos el lanzar la moneda al aire para ver si con un poco de suerte regresaban a sus hogares libres de contagio, pero eso sí, después de una orden de quesadillas y los famosos elotes del Ajusco o como se apreció en la Basílica de Guadalupe, en donde los feligreses “inundaron” el cerro del Tepeyac.
Urge que un psicoanalista nos revise, que alguien nos explique el por qué manifestamos esa fascinación por el suicidio a plazos , la capacidad de andar por la vida dándonos golpes de pecho , atiborrando las redes sociales de frases reflexivas , regañonas , que pretenden normar una moral de conductas que son detestables ante nuestros ojos pero que a la menor provocación practicamos, ¿ no acaso muchos desquiciados agredieron a médicos y enfermeras arrojándoles cloro porque según eran portadores del virus?..¿sociedad hipócrita? sí, muchos lo son, ¿irresponsables? totalmente , puesto que estamos en medio de una historia que ni por mucho ha concluido , frente a la posibilidad real de que el covid vuelva a tomar fuerza y ahora si ponga de rodillas no a cincuenta ni a cien mil enfermos y sus familias, sino a millones de mexicanos…algo no estamos haciendo bien, llevamos años lamentando nuestra suerte , hundidos en la autocompasión y quejándonos del tipo de autoridades que nos han tocado, pero basta con un pequeño botón de muestra para revelarnos como lo que somos : los promotores de todas nuestras desgracias.