- Casualidades
- Por Carlos Ramos Padilla (*)
RedFinancieraMX
He sostenido, y no hay desmentidos, que Alfonso Ramírez Cuéllar al presentar su iniciativa para intervenir en la privacidad y bienes de los ciudadanos no se aventuró sólo, sin cabildear, sin consultar y sin avisar en el mejor de los casos, si es que no recibió instrucciones, vamos órdenes de lanzar ese despropósito.
Los doctos en la materia afirman que en la política no hay casualidades y parece que el presidente de México me lo confirmó.
Mire no pasaron ni dos días en que AMLO se opusiera públicamente a las ideas injerencistas del morenista, cuando en la mañanera de ayer jueves el Ejecutivo propusiera lo mismo, pero con otra suavidad discursiva.
Para entendernos, AMLO dijo que operará un mecanismo alterno para medir la riqueza. Seré más preciso, el mandatario indicó que presentará un nuevo parámetro económico alternativo al PIB, que va a medir el crecimiento pero también el bienestar, grados de desigualdad social y la felicidad.
Señaló que “no les va a gustar a los tecnócratas pero si no les gusta a ellos a la mejor es bueno para nosotros”. Quedó claro el mensaje de ambos?
Cuál es la diferencia de solicitar que el INEGI se convierta es auditor económico/social de las propiedades privadas a aquello de formular “un parámetro alternativo que mida la desigualdad social?
Y aquí ni hace falta leer entre líneas sólo descubrir las diferencias verbales en la presentación de la propuesta.
Ramírez Cuéllar asegura van contra el mínimo porcentaje de mexicanos que conservan y manejan la riqueza nacional y preguntamos, ¿por qué? Si existiera algún impedimento, ilícito, irregularidad, evasión, transa o delito por la forma en que generaron utilidades y riqueza que se comprueben y se llame a las instituciones competentes para sancionar, pero de no ser así, ¿cuál es el problema?
Al paralelo, solicité al propio Ramírez Cuéllar nos presentara las actas patrimoniales o declaraciones fiscales de AMLO durante 18 años y no hubo ni respuesta.
Es inútil entonces pedir el mismo documento a algunos miembros del gabinete que en percepción ostentan más bienes que los que la nómina nacional pudiese en años haberles otorgado, incluyendo a algunos “democráticos” líderes sindicales que no pasan por revisiones o auditorías como todos los mexicanos.
Va a ser muy interesante conocer el método alterno federal para medir el bienestar, la felicidad y el crecimiento.
Claro serán “sus” datos porque hemos registrado en estos casi dos años de gobierno como se ha desplomado la economía, se ha multiplicado el desempleo y fuera de la Ley se obliga a los burócratas a reducirse el salario 25% y negar su aguinaldo a razón de que si no lo hacen serán inhabilitados de cargos públicos por lo menos en lo que dure esta administración.
El panorama en verdad es preocupante porque la obligación del Ejecutivo es procurar un crecimiento constante y real en todos los sectores, no dividirlos o desaparecerlos.
La igualdad se logra con satisfactores que se ganan con el trabajo, con la educación. La equidad es palpable cuando los contribuyentes, usted y yo, recibimos servicios de calidad y dignos a razón de los impuestos que pagamos, no dedicamos nuestro esfuerzo a generar dinero para ser repartido entre una población inválida de ganas de progresar pero que son boleto seguro en el tachón electoral.
La felicidad se nota cuando no vivimos en un estrés permanente por tanta violencia que ha superado niveles históricos por las pifias del gobierno o por su, digamos, tolerancia a los criminales.
Pregunto: ¿Por qué ha sido tan difícil hacer pública la lista de los nombres que como consecuencia de la pandemia han sido preliberados? (se menciona con insistencia a Mario Aburto Martinez).
No entiendo en lo particular por qué nuevamente la advertencia (¿amenaza?) de que a los tecnócratas no les va a gustar.
¿Quiénes son los tecnócratas, a qué se refiere, por qué estarían a disgusto? El gobierno, es real, ha ahuyentado a las inversiones y ha provocado fuga de capitales.
¿Seguiremos así hasta convertirnos en un país pobre, lleno de pobres, con hambre y radicalizados? En fin, no sé usted, pero veo, leo y entiendo que en materia de auditar, vigilar, espiar a los ciudadanos por encima de las garantías constitucionales, AMLO y Ramírez Cuéllar son lo mismo, igualitos.
(*) Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión
(*) Conductor del programa Va En Serio en MexiquenseTV