Textos en libertad

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  • Sucedió hace 30 años
  • 1990: Dos Nobel y el fin de una utopía
  • Por José Antonio Aspiros Villagómez

RedFinancieraMX

Figura de talla universal, ave de tempestades, defensor de sus convicciones contra viento y marea, ensayista riguroso y poeta inspirado y profundo, el maestro Octavio Paz recibió el Premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre. Durante una ceremonia en el Concert Hall de Estocolmo, el rey Carlos XVI Gustavo entregó el galardón al escritor mexicano quien fue presentado por el académico Kjell Espmark como un autor en cuya obra destacan “de forma más inmediata… la pasión y la integridad”.

Espark puso de relieve que esas dos cualidades “las encontramos unidas en el enérgico non serviam -negarse a servir- que este poeta dirige en distintos sentidos…: su ‘no’ contra la utópica sociedad todopoderosa de la izquierda… contra un capitalismo sin ética y sin cultura” y su ‘no’ más conocido: “su dimisión del cargo de embajador de su país en Nueva Delhi”, en protesta por la matanza de 1968 en Tlatelolco.

EXPECTATIVA CATASTRÓFICA

         Cuando, en 1986, Paz recibió en Sevilla la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio, dijo en rueda de prensa que le gustaría ser recordado no sólo por su obra poética, sino por su lucha por la libertad. Él es reconocido como el primer intelectual latinoamericano que denunció (1959) los campos de concentración en la URSS.

“Siempre creí -afirma Paz en el Apunte justificativo de su libro Pequeña crónica de grandes días– que el sistema burocrático totalitario que llamamos socialismo real estaba condenado a desaparecer”. Sin embargo, aclara en ese mismo proemio, que en su expectativa estaba una conflagración que arrasara a la civilización entera, y no “la forma relativamente pacífica en que, hasta ahora, se ha realizado el cambio”.

DESPLOMES SUCESIVOS

         Paz recibió el Nobel de letras por su poesía y por sus ensayos sobre bellas artes y ciencias sociales pero, muy significativamente, se le premió en momentos en que la utopía comunista que él cuestionó durante más de cuatro décadas, se había desmoronado.

Primero fueron Polonia y Hungría mediante gestiones comunes o convergentes de opositores y autoridades; después Alemania, Checoslovaquia y Bulgaria bajo presiones populares y, por último, Rumania donde el pueblo fue cruentamente reprimido. Todos estos procesos de emancipación en Europa Central tuvieron lugar entre 1989 y 1990.

GORBY, FUERA DE LA PROFECÍA

         No fue por casualidad que Octavio Paz, quien publicó infinidad de importantes ensayos críticos anticomunistas por considerar que si “la literatura no salva al mundo; al menos, lo hace visible (y) a veces… lo trasciende, recibiera su reconocimiento como hombre de letras el mismo año en que Mijaíl Gorbachov, el artífice de los caminos y del fin de las ideologías, obtuvo el Premio Nobel de la Paz.

“No preví que un hombre (Gorbachov) y un grupo, colocados precisamente en lo alto de la pirámide burocrática… se atrevieran a emprender una transformación de la magnitud de esta que presenciamos”, escribió Paz en Pequeña crónica de grandes días y agregó que si bien lo hicieron “obligados por las circunstancias”, aceptaron “con entereza e inteligencia el reto de la historia”.

“¿Qué nacerá del derrumbe de las ideologías?”, preguntó Paz durante su discurso de aceptación del Nobel. “El siglo se cierra con muchas interrogaciones”.

LA BOTA ROJA, AÚN VIVA

         El de 1990 fue todavía un año agitado tras la Cortina de Hierro. El 2 de octubre se unificaron ambas Alemanias bajo el nombre de la Federal y con Helmut Kohl como canciller; Vaclav Havel asumió la presidencia checoslovaca en enero y Lech Walesa la polaca en diciembre; turbas rumanas siguieron ejecutando a funcionarios del depuesto régimen de Ceaucescu.

Asimismo, el ejército soviético sofocó una rebelión de armenios en Azerbaiyán y disuadió a los lituanos de proclamar su independencia. Boris Yeltsin, que renunció al PCUS, se convirtió en legislador y en líder del Congreso: Gorbachov fue elegido en marzo presidente de la URSS y fue aprobado en multipartidismo.

NUEVA CARA AMERICANA

         América también vivió en ese año cambios sorpresivos, entre los que destacaron los triunfos electorales de Violeta Chamorro sobre el presidente Daniel Ortega en Nicaragua y de Alberto Fujimori sobre Mario Vargas Llosa en Perú. La dictadura de Pinochet en Chile abrió un estrecho pasillo a la democracia y asumió la presidencia el conservador Patricio Aylwin (que apoyó el golpe contra Salvador Allende en 1973). También alcanzaron en poder Fernando Collor de Mello en Brasil y César Gaviria en Colombia; este último país tuvo una campaña electoral cruenta en extremo.

Otros sucesos importantes en el resto del mundo fueron la caída de la primera ministra británica Margaret Thatcher, la invasión de Irak a Kuwait, y la liberación de Nelson Mandela en Sudáfrica.

THE WALL EN EL MURO

         En 1990 Juan Pablo II devolvió el Códice Badiano durante su segunda visita a suelo mexicano; México y sus acreedores llegaron a un acuerdo final de renegociación de la deuda externa: el Congreso aprobó la reprivatización de la banca y fueron vendidas las paraestatales Teléfonos de México y Mineral de Cananea.

Mientras que, en Berlín, tuvo lugar el célebre concierto The Wall con Roger Waters y Sinead O’Connor, y en Italia los holligans dieron la nota durante el Mundial de Futbol que finalizó con la coronación de Alemania. Otro acto fuera de serie fue la presentación del compositor y cantante popular mexicano Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes, ante la protesta generalizada de muchos intelectuales del país.

En 1990 fallecieron, entre otras figuras, el compositor Aarón Copland, el actor Ugo Tognazzi y el ex presidente salvadoreño Napoleón Duarte.

(La versión original de este texto del tecleador, fue publicada en el libro ’25 años en la información’, editado en 1994 con motivo del 25 aniversario de la agencia Notimex).