- Ridículo
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
No sé bien a bien cuál sea el propósito de las mañaneras.
Quizá establecer agenda nacional, dar la intención que el presidente está cercano, brindar información, charlar, ganar espacio en los medios, servir de banquillo de acusaciones, exhibir a los secretarios de Estado, abrir mercados de ocurrencias, celebrar rifas y sorteos.
Pero por lo pronto se nota un inmenso desgaste del mandatario, un esquema obsoleto de presentación, un foro apropiado para un predicador y lo peor, una pasarela de gente improvisada, negociada e incondicional que se presentan luciéndose como periodistas para regalar al presidente la posibilidad de recibir quejas, solicitudes y sugerencias de castigos a colegas incómodos o medios de comunicación que no son afines.
La vergüenza va desde aquellos que gritan al micrófono “Gracias sr presidente por usted ya tengo trabajo” hasta la obscena sumisión de un tal Marco A Olvera atacando a compañeros y pidiendo al gobierno su intervención para abrir investigaciones.
Hay también quien aprovecha para decirle al tabasqueño “por qué da presupuesto a medios que lo critican y no a nosotros que lo promovemos”. Y no vamos en esta línea a tratar de explicar qué es, cómo se forma y los valores de un periodista, ni sus características, ni su moral, ni su profesionalismo, eso queda para las aulas.
Pero que poca estima la de esos que acuden en las madrugadas a reducir aún más la credibilidad en el presidente.
Y que no nos digan que el área de comunicación social no los conoce porque son los mismos que están en redes sociales, en viajes con el mandatario y repito, en las mañaneras.
Por cierto, esos incondicionales de la cuarta transformación que van a los medios a insultar, a denostar, a difamar y que todo le informan al españolito incomodo, esos, no veo a ninguno calificar de “energúmeno chayotero pseudo periodista” a sujetos tan bajos y ruines como el tal Olvera. Y no son calificativos para el individuo, es mera descripción.