La Fundación Patricio Sanz, objetivo social de dar educación a niños en estado vulnerable

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  • A todos se le da escuela, comida y talleres

RedFinancieraMX

En el Barrio de San Lucas, Coyoacán, sobre la calle de Canadá en la acera sur destaca la fachada de la escuela Patricio Sanz.

Al acceder al recinto educativo se percibe el bullicio de ambiente escolar proveniente del amplio patio al que se llega después de transitar por amplio corredor con oficinas a ambos lados.

En una de ellas, empieza amena charla con Miss Martha Pavón Farías, directora general de la escuela Moisés Sanz, quien da a conocer el perfil de la escuela Patricio Sanz “Es una fundación donde el objetivo social es dar educación a niños en estado de vulnerabilidad; en este caso, nosotros tenemos actualmente 27 niñas a quienes se les da educación y comida y, aparte, a los otros niños –tenemos 130 alumnos en total- se les cobra colegiaturas abajo de lo normal.

A todos se le da escuela, comida y talleres; son seis talleres en la tarde que no tienen ningún costo; se les da educación ambiental, música, tae kwon do, futbol, volibol, computación y robótica.

Nuestro modelo educativo tiene como objetivo la educación integral del alumno; formamos no sólo mente, sino también cuerpo y alma; es un programa bastante amplio donde tratamos que el niño desarrolle todas sus habilidades.

Y esto es para que el alumno tenga armas al salir de la primaria y tengan la manera de saberse defender más adelante. Es una escuela bilingüe, los niños salen hablando inglés, algunos salen ya certificados tanto en Oxford como en Cambridges. Es un proyecto bastante amplio; aparte de dar formación de valores a los niños, tenemos escuela para padres que se imparte una vez al mes con temas de interés para la formación de los hijos.”

Respecto al proceso de admisión, Miss Pavón Farías acota “Se hace un estudio socio-económico; pero lo que se ve es que sean personas que necesiten apoyo, que sean padres que trabajan, quienes por lo general, necesiten dejar a sus hijos en un lugar seguro, no donde les van a poner a ver televisión o los dejan dormir. Aquí, nuestros niños, todo el día están trabajando. Tiene horarios muy marcados: desde las ocho de la mañana empiezan sus actividades y terminan hasta las seis de la tarde.”

La Fundación Patricio Sanz tiene 120 años. Motivo por el cual les fue entregado un reconocimiento como una de las fundaciones más antiguas y con una trayectoria donde se ha cumplido con su objetivo social. Al inicio, la escuela era un asilo para niños.

Y fue cambiando hasta llegar a lo que es ahora; actualmente, el patronato está formado por cinco patronos; cuatro de ellos son empresarios jóvenes “Preocupados por la educación y por crear mexicanos con conocimientos, capaces de pensar, actuar. La quinta patrona es la maestra Eréndira Palacios quien tiene toda la experiencia en el área de la educación.

Ella tiene 53 años en el área educativa y ella es quien nos está apoyando ahora aquí en la escuela” señala la directora, quien también nos hace saber “Aparte del premio, hicieron un libro conmemorativo que se le entregó al presidente del Patronato, al ingeniero Fernando Peña Palacios, de manos del director de la JAP (Junta de Asistencia Privada) a la que pertenecemos. La JAP es la que nos regula, la que ve que cumplamos con los lineamientos, con los objetos y que todos los fondos sean utilizados para bien de los niños”.

La plantilla de la escuela Patricio Sanz la integran nueve maestros de grupo, seis de español y tres de inglés; aparte, los maestros de educación artística, educación física; hay seis talleristas que imparten actividades complementarias, dos persona de intendencia, la señora de la cocina, las coordinadoras de inglés, de español, la contadora y la directora.

Miss Martha Pavón Farías, dice convencida, a manera de conclusión “Es importante que todos los mexicanos nos dediquemos, principalmente, a trabajar por nuestro país. Y la base para crear un buen país, son los niños. Y en este caso, al patronato de la Fundación Patricio Sanz es lo que le interesa.

Son empresarios jóvenes que podrían dedicarse a otras actividades, ocupar sus recursos en viajes, ropa. Y, por fortuna, ellos ocupan gran parte de su tiempo y de sus ingresos en apoyar a estos niños para que tengan una educación de calidad; para que tengamos una escuela digna, presentable.

El principal mensaje que damos a nuestros alumnos –y todos los jóvenes- es que luchen y aprendan también a dar; que sean generosos, porque si luchamos por los que menos tienen, podríamos formar un México mejor. Aquí, luchamos por formar mujeres y hombres íntegros, capaces de amar a su país, a su gente.”