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  • “Insensibilidad o investidura”
  • Por Paco Ramírez

RedFinancieraMX

Ya lo veíamos venir, 2019 cerro como el año más violento desde que se tienen registros en México: 35 mil 588 asesinatos, de ellos, 34 mil 582 dolosos y el resto, tipificados como delitos por razón de género.

Son datos del gobierno, presentados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública.

Se acabó así el plazo y la promesa del presidente López Obrador de mejorar las condiciones de seguridad no se cumplió, la herencia de las pasadas administraciones aquí sigue, creciendo sin parar y a partir de ahora los resultados solo tienen un responsable, la cuarta transformación.

Hoy por hoy, los íconos de la lucha contra la violencia que azota a México son el activista Javier Sicilia y la familia Lebarón (Adrián y Julián). En ellos se condensa el dolor de miles de familiares de las víctimas de homicidio, feminicidio, extorsión y secuestro.

Este jueves inició la llamada marcha contra la inseguridad, que partió de Morelos y que concluirá el domingo  en Palacio Nacional y que representa la voz de quienes han sido víctimas de la ola delictiva que nos ahoga.

El objetivo, manifestar el rechazo al incumplimiento de acuerdos por parte del presidente y llamarlo a cumplir con la agenda de víctimas…

El llamado caerá como es costumbre en el vacío, en el silencio, en la resistencia a aceptar la realidad o la incapacidad, muchas otras veces las víctimas han sido “escuchadas” hoy ni siquiera eso, ya el presidente ha advertido que no los recibirá, no se prestara al “show” al manejo propagandístico.

“Los recibirá el gabinete de seguridad y se les va a respetar en todo”, al negarse a recibirlos, AMLO está dando la espalda a millones de víctimas de la violencia y muestra su insensibilidad ante el dolor, por querer cuidar la investidura presidencial.

¿Quién le faltaría el respeto al presidente?

Ante la repuesta de López Obrador, Javier Sicilia ha sido claro “No estamos contra ti sino contra la violencia, la impunidad, el horror y la mentira”.

Nada está escrito hasta ahora, pero, Independientemente de que el Presidente los reciba o no, la cruda realidad de la inseguridad sigue inamovible.

Insisto, muchas veces las víctimas han sido “escuchadas” pero después de concretarse encuentros de esa naturaleza, aflora la retórica, las promesas de justicia, los abrazos y la pose para las fotos, pero todo ello se congela al día siguiente, hoy esperamos que no sea lo mismo, cuando el gobierno mantenga su política de abrazos y no balazos. Es decir, mientras la inseguridad siga creciendo, unos dirán que están trabajando y otros lamentarán que no se haga justicia.

Lo que nos urge a los mexicanos es que, de una vez por todas el presidente y su gabinete ¡se pongan a trabajar! en serio para reducir los índices delictivos, dejar de culpar al pasado y poner en práctica políticas públicas eficaces.

Ya basta de evadir la realidad.

¿Quién pone orden en la casa? Y contando