- Puebla
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
Uno de los más mal calificados en los gobiernos estatales es Barbosa, el poblano. Tiene a su Entidad sumida en un tortuguismo insultante. Puebla la bella Puebla está perdiendo hasta su belleza recubierta con Talavera porque al gobernador se le ocurrió cambiar la fachada de oficinas públicas. Pero más grave aún, Puebla y sus municipios conurbados como Cholula, se han convertido en presa fácil de delincuentes, criminales y asaltantes. Desde el robo de llantas, a cuentahabientes, violencia en el transporte público, hasta secuestros y asaltos a casa habitación, son las marcas de un mal gobierno que desde el inicio generó sospechas sobre Barbosa y sus declaraciones imprudentes en el helicopterazo que le costó la vida a su antecesora Martha Erika y su esposo Rafael Moreno Valle.
“No es la primera ocasión que ocurre un magnicidio” dijo el ocurrente Barbosa. Hoy me entero que de acuerdo a información desprendida por el INEGI en el mes de diciembre pasado el 72.9 % de la población mayor de 18 años y residente en 70 ciudades, consideró que vivir en Puebla es inseguro. En Pocas palabras, Puebla fue al cierre de año la de mayor percepción de inseguridad y con un mal gobernador. Y dónde quedó el valiente Barbosa que le mentaba la madre a Trump desde el Senado, aquel que le dijo corrupto a amlo y ahora es su apologista, ese, el Barbosa que dio a entender que abrazando a una mujer similar a Martha Erika se “sentía más cerca del cielo”. Puebla ha sido un referente nacional de empuje en muchos sentidos, en desarrollo de infraestructura, en industrialización, en turismo, en gastronomía, en pueblos mágicos, en fin, una gama de eventos y acontecimiento que se han ido desmoronando con la administración de Barbosa. Es una lástima que entre los mismos ciudadanos prevengan a turistas de tener cuidado en las vías de circulación por qué “los asaltan”. “Dejen bien vigilados sus vehículos porque les roban las llantas”. Y cómo la 4aT, Barbosa se suma a promesas incumplidas, compromisos fallidos, manipulación constante y, sobre todo, ineficiencia y omisión en el cumplimiento de sus obligaciones. Así que Puebla de un estandarte para lucir ante el mundo, se está convirtiendo o lo están convirtiendo en una pesadilla para visita y peor aún, para vivir.