Análisis a Fondo

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  • La tarea: extirpar la evasión y elusión fiscales
  • Ni terrorismo y persecución
  • Urgente, impulsar la economía
  • Por Francisco Gómez Maza

RedFinancieraMX

Intenso trabajo les espera a las autoridades de Hacienda para, sin aumentar impuestos, sin aterrorizar ni perseguir causantes, incrementar la recaudación fiscal para financiar bienestar social e impulsar la economía nacional, incrementando las inversiones públicas para impulsar las actividades productivas y, así, salir de la depresión en que el país se encuentra.

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión avaló, este miércoles 15 de enero, los nombramientos hechos por el presidente de la república de las titulares del Sistema de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro Sánchez, y de la oficialía mayor de la secretaría de hacienda, Thalía Concepción Lagunas Aragón, hecho que llama a una puntual reflexión en torno a la política fiscal y hacendaria y crediticia del gobierno de la república.

No podemos meter las manos al fuego por las nuevas funcionarias, ni podemos afirmar nada positivo ni negativo – ellas tienen que probar que son capaces ya, en la vida real -, pero existe la presunción de que podrían tener un buen desempeño, particularmente la encargada del SAT, que tiene que ver con el impulso al desarrollo de la economía con los recursos recaudados de los contribuyentes, sin caer en el terrorismo fiscal y la persecución, como lo prometió la propia Buenrostro Sánchez. Deberá cumplir con su compromiso de que el producto de la recaudación no irá a parar a los bolsillos de la corrupción y no se implementará ninguna reforma fiscal.

No. Claro. Es un deber institucional no usar la represión para que las personas físicas y las morales cumplan con sus obligaciones impositivas. Pero sí tomar la decisión firme de acabar con la evasión y elusión fiscales y no financiar a poderosos empresarios mediante las multimillonarias condonaciones a que nos tenían acostumbrados los gobiernos del PAN y del PRI.

Hay que recordar que tan sólo la evasión fiscal representa un daño muy oneroso para los mexicanos. De 2014 al 2018, el monto de evasión fiscal, por facturas, está calculado en 2 billones de pesos… esto quiere decir que son 500,000 millones de pesos al año, que es la décima parte del presupuesto al año lo que se está defraudando en estos esquemas”, de acuerdo con la Procuraduría Fiscal de la federación.

Hubo y hay casos donde personas de escasos recursos, a cambio de una pequeña cantidad, prestan un servicio para defraudar al fisco, pues firman como accionistas de empresas fantasma que defraudan, o como administradores de las mismas.

Ha habido casos donde llegaban, o llegan, al Servicio de Administración Tributaria, personas de avanzada edad a inscribirse al Registro Federal de Contribuyentes (RFC), a sacar su Firma Electrónica, que no tienen propiamente ingresos más allá de uno o dos salarios mínimos y, al mes siguiente, están sacando facturas por 100 millones de pesos.

Esta tarea siempre se ha intentado. Desde que este escribidor comenzó a cubrir las fuentes financieras y hacendarias, los secretarios de hacienda ponían como la prioridad de su administración el abatimiento de la evasión y elusión. Sin embargo, no sólo no pudieron con la tarea, sino que llegaron a aceptarlas como hechos consumados, tanto que cayeron en la práctica de condonar millones de pesos a empresarios amigos y compadres. O sea, se entregaron abiertamente, institucionalmente, a la corrupción. Y los moches por la condonación no eran despreciables.

Otro tanto debe decirse del papel, del trabajo que tiene que desempeñar la nueva oficial mayor de hacienda. Como ella misma lo reconoce, la nueva Oficialía Mayor tiene que ser el motor de transformación en materia administrativa, que debe permitir ahorros que puedan ser reorientados a programas sociales o proyectos de inversión.