- En pruebas realizadas con primates no humanos, resulta más eficiente
RedFinancieraMX
La administración por vía intravenosa de la vacuna contra la tuberculosis podría incrementar la protección contra esta infección bacteriana, particularmente en los pulmones.
En pruebas realizadas con primates no humanos, científicos estadounidenses constataron que administrar la vacuna BCG directamente en el torrente sanguíneo, en vez de en la piel o en los músculos, aumenta su eficacia. Sin embargo, falta traducir estos hallazgos a la práctica clínica.
Los aportes del equipo estadounidense fueron reportados en la revista británica Nature, donde se explica que la vacuna BCG, que está a punto de cumplir un siglo, protege hábilmente a los bebés contra la enfermedad sistémica, pero no funciona bien contra la enfermedad pulmonar que causa la tuberculosis en adolescentes y adultos.
A pesar de los esfuerzos generalizados para impulsar la vacunación y el tratamiento, la tuberculosis es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y la principal causa de muerte entre las personas con VIH, se indica en la publicación.
Al administrar la vacuna por vía intravenosa, por inyección en la piel y a través de un aerosol a tres grupos de monos macacos, los investigadores de Estados Unidos observaron que la aplicación intravenosa produjo más células T –un tipo de célula inmune– que respondieron a la bacteria causante de tuberculosis (M. tuberculosis) y que esas células se encontraron en los pulmones de los animales.
Seis meses después, al ser expuestos a la M. tuberculosis, nueve de cada 10 macacos vacunados vía intravenosa mostraron alta protección contra la enfermedad y seis de ellos ni siquiera presentaron signos detectables de infección. En cambio, la mayoría de los macacos que recibieron la vacuna por otras vías exhibieron características de infección.
Si los resultados se mantienen en estudios posteriores, significarían una gran promesa para el control de la tuberculosis, ya que una vacuna barata y ampliamente utilizada podría conferir mayor resistencia a la enfermedad con solo cambiar la forma en que se administra, pero hay una serie de obstáculos a superar, apuntaron los editores de Nature.
Uno de ellos es el tema de la seguridad: la vacuna BCG contiene bacterias vivas debilitadas, por lo que habría que comprender mejor los riesgos de que se inyecten directamente en el torrente sanguíneo.
“Si por alguna razón una vacuna se contaminara con otras bacterias o contuviera M. tuberculosis capaz de causar enfermedades, una infección podría poner en peligro la vida rápidamente”, alertaron, y por ello consideraron que “los investigadores deben completar pruebas de seguridad cuidadosas y exhaustivas antes de llevar la técnica a ensayos clínicos en humanos”.