Se comenta solo con…

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  • Prudencia
  • Por Carlos Ramos Padilla

RedFinancieraMX

Lo anticipé, lo dije y ahora con mayor fuerza lo sostengo. Los reclamos por los feminicidios están rayando en extremos de violencia y ahora manipulación.

Aseguré que el canto feminista acusando a todos de “tú eres violador” es una seria agresión generalizada.

Ahora, y lo escribí en redes sociales, algunas colegas en sus espacios informativos hicieron del caso Karen un escándalo por su supuesto secuestro. Incluso en un servicio informativo de las 10 de la noche, la conductora sentenció que luego de ser liberada llegó “por su propio pie a su casa”.

Que grave que hayan puesto en riesgo la integridad del taxista, linchado mediáticamente por mis compañeras debido a que supuestamente Karen, a través de whatsapp, escribió a su madre afirmando que el tipo se comportaba extraño.

Ahora que sabemos que la señora estaba divertidísima en un antro mientras se trataba de ubicar al conductor de vehículo para responsabilizarlo, las periodistas e incluso Claudia Sheinbaum piden no “linchar” en las redes a Karen.

Caray, un día antes, esas mismas damas usaron sus espacios para destrozar mediáticamente a los jugadores de la sub17 del América por mofarse del “himno” feminista.

No solo editorializaron al respecto sino incluso con esas imágenes iniciaron los noticiarios, exhibieron la nota y pasaban a corte, una y otra vez con las imágenes de los jóvenes bailando en un vestidor deportivo.

Hoy para zafarse de sus responsabilidad añaden que el problema de Karen pasa a ser familiar pero que eso no disminuye el ataque que a diario sufren las mujeres.

Y pregunto, ¿qué tal que ahorita estuviéramos festejando la golpiza que le pudieron haber propinado al taxista? ¿Qué tal la campaña que se desató contra los taxistas? Qué tal, este servidor público debe de estar señalado por todas como “eres un violador”, pero lo cierto es que el cumplió como debe el servicio que le solicitaron.

Así que algunas se sienten ofendidísimas con los jugadores del América, pero no son ni serán capaces de ofrecer disculpas al taxista. Y ya constatamos que, aunque quisieran para ganar terreno, no todos son violadores.