- Por Miguel Ángel López Farías
RedFinancieraMX
Estamos frente a dos mundos que, si lo vemos desde sus perspectivas, ambos tienen razón.
El primero tiene que ver con los defensores del gobierno de AMLO y lo que se ha hecho en estos 365 días, cierto es que en este periodo se han anotado certeras flechas en contra de personajes que abusaron de los cargos, pocos, sí, pero botones de muestra de que por lo menos, en la 4 t decidieron ir tras ellos y ellas, en lugar de voltear hacia otro lado, casos como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, o Rosario Robles son banderas útiles para ondearlas y presumir de algun modo de que combaten a la corrupción, les hace falta más mucho más, también es cierto y mientras siga libre un Romero Deschamps, un Gerardo Ruiz Esparza, púes habrá algun tipo de pero en el imaginario colectivo.
Algo que matiza lo que en este primer año ha sucedido en el campo de los resultados es el que se quiera o no, un año es poco, y este colchón del cronometro, digamos, los excusa de los resultados y la manera en cómo no se han dado o el por qué se han dado así, también los viene a rescatar el que han heredado una de las peores crisis de seguridad y que con todo y la creación de la guardia nacional, no se puede esperar algun tipo de resultado milagroso, a el gobierno de AMLO le entregaron un país en donde amplísimas regiones están bajo control de los narcos y terminar con esa historia de violencia y muerte no es asunto de un año, es más, este sexenio se terminará y la luz al final del túnel no aparecerá.
De igual manera se debe señalar que gran parte de los males económicos se han dado por factores externos, la guerra comercial entre estados unidos y china nos han arrastrado, sumándole que a la casa blanca llego un desquiciado presidente que se ha dedicado a golpear, amenazar y castigar a su principal socio, o sea a nosotros, no se puede responsabilizar a palacio nacional de que una mañana se levante Trump con ganas de recetarnos latigazos arancelarios.
Los de la 4T tienen elementos para defenderse de lo que no han hecho, es válido…sus pendones de probidad, de rectitud, de honestidad son sus cartas y está bien que las pongan sobre la mesa, pero de igual manera , los que habrán de manifestarse en contra, tienen argumentos para expresar lo que quieran, pues una de las puntas más filosas de este gobierno es la suma cada vez mas de mexicanos frustrados con lo que se está viviendo, mexicanos que creyeron firmemente en que con la llegada de AMLO se acabaría de facto con la corrupción, que los narcos abandonarían armas y actividades de muerte, que la justicia social aparecería como sol detrás del Popocatépetl.
Los enojados lo están por qué no ven por ningún lado respuestas ni estrategias, y aquí, debemos ser claros, quien se ilusionó con las promesas, pues es un iluso…y no necesariamente es su culpa, los factores que movieron a los votantes a dar un cambio tan drástico lo hicieron buscando que la mafia de Peña Nieto pagara todas sus tropelías, pero eso solo ha ocurrido “poquito”…los enojados tiene razón por que perdieron su trabajo, porque ven que el dinero no les alcanza, porque ya no quieren vivir bajo el imperio de los criminales, por que desean que a México le vaya bien desde la creación de empleos y de la repartición de la riqueza y no de una amarga austeridad que solo castiga los miserables de siempre, o sea, la clase media, y no quita privilegios a una nueva clase gobernante que comienza a acostumbrarse a el poder y sus ventajas de todo tipo.
Los que ven en la 4 t a un enemigo a vencer saldrán a las calles este domingo, y tendrán razón para hacerlo, pero es similar a los que defenderán al gobierno de AMLO, paradójicamente ambas posiciones tienen algo de razón, ambas creen hacer lo correcto, solo que aquí, quien encabeza a un gobierno, tiene la obligación de escuchar hasta lo que no le agrade, pues así como le asiste el derecho y la razón a defender “su verdad”, de igual manera se debe aplicar esa regla incluyente de abrir espacios y atención a los que de una u otra forma le muestran “otra realidad” que no es precisamente la suya.
El presidente, después de este domingo, deberá valorar su papel en la historia de este país, detenerse y preguntarse si quiere que México termine de ahogarse en divisiones de aquí a lo que resta del sexenio o su gobierno se convierte en una ventanilla eficiente de respuestas y soluciones, incluso, para los que él considera adversarios.
Ya es un año, y AMLO tiene la pluma en la mano , de él depende como quiere reescribir la historia… Dividiendo o sumando.