- Siendo Alcohólico, Perdí antes y Perdí Después, estaba en un sitio sin salida
- Por Catalina Guadarrama
RedFinancieraMX
Esta vez, corresponde a Francisco T. platicarnos sus vivencias en el mundo del alcohol: “Soy originario de Irapuato, Guanajuato, ahora vivo en Saltillo desde 1986. Mi primer contacto con el alcohol fue a la edad de 9 años, aprovechando que mis hermanos hacían fiestas en la casa tomé mis primeros tragos de cerveza por imitación y curiosidad, me sentía bien, muy relajado, cuando ingresé a la secundaria ya tomaba con más frecuencia, los fines de semana me juntaba con mis amigos a tomar, salíamos a buscar fiestas para poder tomar porque no teníamos dinero y ya en fiesta, nos las ingeniábamos para robarnos las botellas.
Estando en la preparatoria seguía consumiendo en los fines de semana, y en la temporada decembrinas había posadas y todos los días podía tomar, pues en el ponche le poníamos alcohol y nos poníamos alegres, la pasábamos bien, éramos de combinar las actividades deportivas y el alcohol, los estudios, después de clases lo primero era ir por cervezas, no decíamos nada, sólo nos dirigíamos como autómatas hacia el vicio y los fines de semana nos desatábamos con el alcohol, lleno de euforia, corría, gritaba, cantaba, estaba fuera de control.
Por voluntad propia y por ganas de seguir superándome salí de Irapuato y me fui a Saltillo para seguir estudiando, ya estando lejos de mi familia me sentía muy solo, sentía un gran vacío y tomaba alcohol para recordarlos, ya bien borracho, le gritaba a mí madre, pedía que viniera, pero estaba en otro lado muy retirado y eso me hacía beber aún más; seguía consumiendo los fines de semana a mayor cantidad, comenzábamos a ingerir alcohol desde el viernes cerca de la escuela y llegaba el domingo y yo estaba en otro lugar, no sabía cómo había llegado donde estaba y pasaba tiempo para ubicar el lugar.
Las borracheras constantes fueron la razón, por las que no pude lograr mejores resultados y calificaciones, las cantidades de alcohol superaban mí conciencia, solo alcanzaba calificaciones mínimas, perdía el tiempo borracho, en lugar de aprovecharlo con el estudio, con muchos trabajos logré terminar la carrera de ingeniero agrónomo, pero ya empezaba a tener problemas con mi comportamiento cuando terminé la universidad.
Me convertí en un bebedor problema, empecé a afectar a compañeros y compañeras, me volví antisocial, me transformaba era agresivo, cuando ya no media las cantidades que tomaba, ya estaba suficientemente aturdido y quería continuar bebiendo y mis compañeros ya no querían tomar, yo me enojaba, los odiaba, los agredía porque ya no querían tomar conmigo, en el fondo yo no quería estar solo, porque la soledad me seguía, me atormentaba, minaba mi alma y sólo con el alcohol mitigaba el vacío que me ahogaba. Perdí a mis amigos a causa del alcoholismo.
Después de terminar la universidad, me casé, pero ni eso pudo sacarme de mi soledad, pues mi alcoholismo seguía en aumento, obligaba a mi esposa, embarazada ya casi de término, a salir conmigo para conseguir más alcohol, porque andaba tan briago, que en las tiendas me negaban las cervezas, no me importaba el estado de mi mujer, nada era más importante que sentir los efectos profundos y oscuros del alcohol. Mi familia estaba en el total abandono, no le prestaba la mínima atención; sólo quería más y más alcohol, estaba perdido en ese sopor que te asfixia.
Viajaba constantemente, trabajaba en los ejidos, y en una ocasión cuando regresaba a la casa, iba consumiendo cerveza y me quedé dormido al volante, me estrellé contra otra camioneta y me detuvieron, por manejar alcoholizado, pero no me importó yo seguía y cada día tomaba más.
Tuve un desequilibrio emocional, desde que supe que mi esposa estaba embarazada, comencé a dudar que mi hijo fuera mío, eso incrementó mi consumo de alcohol, porque dudaba de mi paternidad, y eso me llevó a seguir consumiendo más alcohol, yo buscaba motivos para hundirme en el vicio, yo sólo sufría por lo que estaba en mí cabeza, no estaba en la realidad.
No aceptaba que estaba enfermo, me odiaba por el abandono de mi familia, los dejaba sin comer, no les daba lo que necesitaban, ni tiempo, ni dinero sólo quería embrutecerme, me gastaba todo lo que ganaba. Con el alcohol perdí antes y después, cuando estaba ingiriendo no trabajaba y no me pagaban y cuando estaba crudo tampoco asistía a mis labores y no recibía sueldo, más eso no me detenía, siempre salía para la parranda, pero me sentía en un sitio sin salida, hasta que, por invitación de un amigo de parranda, que ingresó antes al grupo AA me invitó a cambiar.
No tenía el valor de reconocer el daño que estaba provocando, decía que no tenía problemas con mi forma de beber, ni sentía el daño a mi familia.
Tuve la oportunidad de conocer el programa AA solo así pude superar ese mal pensamiento y muchos más que me atormentaban, ya en el programa estoy trabajando esos daños emocionales que yo mismo cree, en mi cabeza, para superar lo de mí hijo fue sencillo: mi padrino me ayudó ya eso me seguía molestando, me dijo “hay dos opciones hacer una prueba de paternidad y prepararme para los resultados o bien quiérelo como lo has querido hasta ahora” y decidí no hacer el estudio, porque mi hijo no era quien tenía el problema, era yo.
El contar una carrera profesional no es garantía de respeto o conciencia por uno mismo, el alcohol no tuvo compasión conmigo, porque yo dejé que se apoderara de mí.
Para abandonar el vicio fue muy difícil, fui seis meses a AA, pensé que era suficiente y dejé de asistir, decía que podía controlar mi manera de beber, dejé el alcohol dos años, me sentía libre, y pensaba que podía volver a beber sin tener los problemas que había tenido antes, pero recaí otra vez, empecé con poco, con un seis de bebidas bajas en alcohol y con eso tuve para que volvieran las ganas de consumir alcohol, a los ocho meses ya estaba con problemas de alto consumo y volví a generar los daños a mi familia y en mi trabajo, regresé a la agrupación decidido a poner atención, al programa, entendí que es un programa espiritual, que no tiene que ver con los bienes materiales y ya llevo ocho años día a día sin alcohol.
Para mantenerse dentro del programa AA, si realmente quieren tener una vida útil y feliz sientan lo espiritual, que va primero que todo material, lo mundano que tenemos y es el acercamiento a un ser superior.
Ahora soy miembro del comité de la región norte, soy coordinador de las actividades de varios grupos para mantener el servicio y llevar el mensaje y mantener los centros de servicio abiertos.
Si uno no siente que AA, te va a cambiar la vida, te vas a seguir autodestruyendo.
Alcohólicos Anónimos, Sección México, Ofrece una alternativa de Solución para quien Sufre la enfermedad del alcoholismo.
Servicios totalmente gratuitos.
Tel. 55 57055802. Lada sin costo: 8005613368