- Sí habrá nuevos impuestos e incremento en otros
- Por Gerardo Flores Ledesma (*)
RedFinancieraMX
LA LLEGADA del nuevo gobierno en diciembre de 2018 nos subrayó la promesa de que no habría más impuestos en México, ni nuevos ni alzas en los que ya existentes, excepto las actualizaciones por efectos inflacionarios que cada año se acometen en tarifas y precios públicos. Hasta ahí todo iba bien y era aceptable
Pero conforme pasaron los meses y se tuvieron que recalcular estimados económicos y financieros, porque el crecimiento de la economía podría ser de cero este año o decrecer y la recaudación de impuestos empezó a presentar retrocesos de doble dígito. Eso ocurrió en julio y, entonces, tanto diputados como autoridades de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se dieron a la tarea de encontrar posibles puertas que nos condujeran a una captación adicional de recursos para no fallar en el reparto de dinero vía los programas sociales y mantener un presupuesto de Egresos viable para 2020.
El pasado 8 de septiembre llegó el paquete económico para el próximo año a la Cámara de Diputados para iniciar su discusión, que incluye la miscelánea fiscal y la iniciativa de Ley de Ingresos, en la cual encontramos la intención, por no decir acuerdo, para aprobar incrementos en los impuestos de tabaco, alcohol, refrescos, comida chatarra, entre otros, cuyo pagano será el consumidor final.
Pero esos aumentos no sólo se aplicarán al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de productos ya existentes, sino que también se viene una avalancha de nuevos cargos vía Impuesto al Valor Agregado (IVA), específicamente a servicios que se ofrecen a través de plataformas digitales, como Uber, Didi, Cabify, Amazon, Spotify, Apple, Netflix, Google, Facebook, Airbnb y Mercado Libre, entre otras.
El mexicano común y corriente será quien pague los platos rotos, aunque haya más de 18 millones de personas que venden en la informalidad, que también le cargan el impuesto al mexicano común y corriente pero no colaboración con el Fisco, porque para estas autoridades es más fácil cobrar al que ya tienen en el saco que tratar de meter en cintura a los que no pagan impuestos.
A pesar de todo lo que se piensa recaudar, es posible que los que mandan en la 4T se queden cortos en las estimaciones y lo que veremos en 2020 serán recortes abultados y persistentes en el gasto público.
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AL PERRO más flaco le cargaron las pulgas fiscales, porque los que prestan un servicio de orden digital, ahora deberán hacer todas estas tareas: Registrarse en un padrón simplificado ante el SAT; ofertar y cobrar el IVA en el precio de los servicios; proveer información al SAT sobre el número de operaciones realizadas y el registro actualizado de clientes en México; calcular, retener y enterar mensualmente el IVA correspondiente a las importaciones de contenido digital que se realicen en el mes de que se trate; proporcionar vía electrónica un comprobante de pago cuando lo solicite el cliente; designar ante el SAT un representante legal y un domicilio para efectos de notificación y vigilancia de cumplimiento de obligaciones, y un final de pronóstico reservado, porque usted queda imposibilita para acreditar el IVA que les sea trasladado.
Sin embargo, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que preside Gustavo de Hoyos, advirtió ya a los diputados y funcionarios de Hacienda sobre la posibilidad de un desatino en la aplicación de impuestos a plataformas digitales, porque estamos a sólo un año de asumir las recomendaciones sobre dicho tema que se emanen de un acuerdo global que actualmente están trabajando la OCDE y el G20 con sus países miembros, en donde estamos incluidos.
Adelantarse al cobro de impuestos para las empresas con plataformas digitales, raya en la tontería por no decir en la estupidez, porque hasta finales de 2020, México y sus socios en la OCDE y el G20 tendrán que emitir sus propias legislaciones fiscales en armonía con estos acuerdos, para el ejercicio fiscal 2021.
Podría haber una avalancha de amparos o resistencias de grandes empresas que operan con plataforma digital y hasta que México haga los ajustes dentro del marco de la OCDE.
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LOS QUE sí recibirán una bofetada del Fisco federal serán todas aquellas personas que poseen una vivienda o un departamento y lo rentan para que de ese usufructo mediamente vivir o encarar la difícil situación económica que priva en nuestro país.
Muchas de estas personas, de la tercera edad, viudas o madres y padres cabeza de familia, profesionistas, tendrán por obligación que inscribirse al SAT para emitir facturas o pago de impuestos por el arrendamiento de una vivienda o parte de esta.
El caso es grave porque ahora existe la amenaza de que los jueces no tomen en cuenta ningún argumento de un arrendador, frente a un arrendatario en caso de un litigio.
Si usted no ha pagado impuestos desde que rentó la vivienda o parte de ella, no tendrá derecho a pedir un desalojo ni tampoco habrá pero que valga su antes no cubre la cifra de impuestos que le parezca adecuada a la autoridades fiscal y civil.
Este es otro golpe bajo a la casi desaparecida clase media, que analiza si se transforma en informal o cambia de giro y se convierte en “nini”, desempleado o persona en condición de alta vulnerabilidad.
El golpe es tan bajo como el querer tatuar a todos los empresarios con el sello de “criminal organizado” si se atreve a equivocar un dato en su declaración de impuestos o renta un inmueble y no se dio a la tarea de investigar si quien se metió en su propiedad es gente de bien.
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(*) Socio Numerario de la Academia de Periodismo y Comunicación Social
(*) Miembro de Vanguardia en línea y de Consorcio de Medios Digitales SA de CV
(*) Socio de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)
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