Singladura

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  • El dilema de Sheinbaum
  • Por Roberto Cienfuegos

RedFinancieraMX

A ver. ¿Cómo hacemos en nuestra condición de ciudadanos para que la señora jefa del gobierno de la ciudad de México, doctora, sí, doctora Claudia Sheinbaum, comprenda que su cargo la obliga a tomar todas las medidas previstas por la ley para garantizar la seguridad física y patrimonial de sus gobernados, entre ellos mujeres, por supuesto?

El apunte sigue a la desafortunada declaración pública de la señora Sheinbaum de que su gobierno no caerá en las provocaciones de usar la fuerza pública contra las manifestaciones, sean éstas de mujeres, o extrapolando el punto, de cualquier otro sector poblacional. De su declaración se colige una línea de gobierno. ¿Cómo ejercer la ley, si se le considera, antes que un deber gubernamental, ceder a una provocación? Imagínese usted, por favor.

Señora Sheinbaum, usted debe saber que cualquier persona –sea hombre, mujer u homosexual- que violente la ley, agreda en la vía pública o dañe a terceros y aún el patrimonio urbano, histórico, arqueológico, cultural o de cualquier naturaleza pública o privada, se hace acreedor a una sanción prevista por la ley y/o leyes de la ciudad que usted dice gobernar. Eso no es caer en una provocación. Y usted está obligada a respetar y hacer respetar la ley. De hecho, eso prometió usted al asumir su cargo. ¿O no? Pero usted prefiere eludir su responsabilidad pública con el argumento de que no caerá en provocaciones. ¿Qué, qué?

Otro argumento falaz de la señora Sheinbaum: “la violencia no se combate con violencia”. A ver, otra vez. ¿Cuándo se estableció que respetar y hacer respetar la ley, es violencia? Usted señora Sheinbaum olvida lo esencial para cualquier gobernante. La autoridad formal y legalmente constituida tiene el monopolio del uso de la fuerza para apuntalar y garantizar no sólo el ejercicio de gobierno, sino para preservar la seguridad de todos los gobernados y aún el patrimonio público, corresponda éste al ámbito municipal, estatal y federal.

Dijo la señora Sheinbaum que la violencia de “unos cuántos” sólo “empaña” la defensa de los derechos de las mujeres”. ¿Y usted dónde estaba señora Sheinbaum? ¿Miraba en vivo por televisión los actos vandálicos, los desmanes? Usted tuvo –y sigue teniendo, claro- la obligación legal de impedir actos vandálicos en perjuicio de la ciudad que dice gobernar y de las personas –mujeres, hombres, niños- que participaron en la marcha del viernes último para exigirle lo que usted parece incumplir u olvidar con argumentos erróneos: seguridad. Eso es todo lo que se le pide, señora Sheinbaum. El viernes lo demandaron las mujeres, con sobrada razón. También lo han pedido, clamado, otros sectores. Pero será difícil, si no imposible, dar seguridad a todos los que habitamos en esta ciudad de México si quien debe usar todos los medios legales para garantizar la seguridad, cree, sostiene, que eso sería caer en una provocación.

ro.cienfuegos@gmail.com

@RobertoCienfue1