Se comenta solo con…

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  • Infamia
  • Por Carlos Ramos Padilla

RedFinancieraMX

Anoche en Canal 34, MexiquenseTV, en el programa Va En Serio presente a un joven mexicano que fue amenazado, secuestrado, torturado, extorsionado y mutilado.

Reconozco su valor civil y moral. Pero él nos cuenta una cruda y durísima realidad que es muy lejana a la que nos informan los gobernantes.

El impacto de la conversación fue brutal y despertó aún más nuestro coraje e indignación por muchas razones pero una de las fundamentales es que parte de la banda de plagiarios eran policías en activo.

Esta, la experiencia de nuestro entrevistado nos deja en claro que quienes deben garantizar nuestra seguridad, ellos, están protegidos por escoltas pagados por nosotros para que no les suceda algo, mientras que nosotros los ciudadanos estamos expuestos a salir y no regresar y la respuesta, por lo menos en tres sexenios, los últimos, es que “fallamos en la estrategia”.

No, no y no. No fallaron son parte de la grave crisis de inseguridad que vive el país. En los casos más evidentes y que llegan a ser mediáticos, son las autoridades, en todos los niveles, los que están coludidos con el crimen: Policías, legisladores, gobernadores, militares.

Somos un país que no puede impedir que porros y malnacidos secuestren inmuebles universitarios. ¿Por qué? Porque están enredados en el asunto. Somos una nación, escribía ayer, que permite que un trailer circule por las calles con 157 cadáveres, o que existan pozoleros, o que la esposa de Javidu ande impune y gastando millonadas en Europa, o que pillos ahora sean premiados con cargos legislativos, se fusilan a inmigrantes o se le aplaude a encapuchados que declaran la guerra al ejército mexicano.

El relato en canal 34 de este joven secuestrado nos dibuja lo mucho que estamos podridos pero lo permitimos “porque aquellos ya robaron ahora les toca a estos” y ahí están los votos pero también el rencor.

No sólo han mutilados dedos, sino han cercenado al país la paz, la seguridad y la tranquilidad por la que pagamos para que se nos otorguen.