La Costumbre del Poder

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  • Dignidad no alimenta IV/IV
  • Por Gregorio Ortega Molina

RedFinancieraMX

 

Los mexicanos contribuiremos con el presupuesto de guerra económica, y también con las bajas, porque muchos migrantes más morirán en territorio nacional camino a su ilusoria libertad, o serán sobajados y esquilmados por malas autoridades y ciudadanos ejemplares, pero xenófobo

 

Aquí, en este párrafo de su alocución tomado de La Jornada, fue donde el líder del México bueno y sabio equivocó el camino, se mostró incapaz de hacer pública y reconocer la gravedad de la situación en que quedamos colocados, porque los 90 días de pausa comprados pueden ser los más caros de la historia patria.

 

Señala la crónica de ese día del tijuanazo: “Celebró el acuerdo alcanzado con Washington, porque se nos estaba colocando en una situación muy difícil, muy incómoda, la de tener que aplicar a ciertas mercancías de Estados Unidos las mismas medidas, restricciones comerciales similares a las que se iba a imponer a las exportaciones mexicanas.

 

“Como persona, como ciudadano, rechazo los actos de represalia y la ley del Talión. Soy un pacifista convencido, inspirado en los ejemplos de Gandhi, de Martin Luther (King)”, y reiteró su disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración.

 

“Manifestamos asimismo nuestra determinación de mantenernos al margen de los asuntos internos de nuestro vecino país, y cercano al mismo tiempo, Estados Unidos, en congruencia con nuestra política de principios de no intervención, de autodeterminación de los pueblos, que no haya injerencia extranjera en las decisiones que sólo competen a la soberanía de nuestro pueblo”.

 

Visto a toro pasado y sin dudas, el territorio nacional quedó convertido en sendero de vía franca hacia Estados Unidos, lo que está bien para los migrantes legales, pero que los sin papeles no debieran poder transitar. En estricto sentido no es la actitud de un buen vecino, como tampoco es la de ellos convertirnos por la fuerza de su poder económico en tercer país seguro. De inmediato pienso en Vichy.

 

Lo que nuestras autoridades olvidaron, fue reconocer que México está en medio de una guerra económica trilateral feroz, en la que los participantes son Estados Unidos, Rusia, China y la Comunidad Económica Europea. Y ocurre lo que sucedió después del ataque a Pearl Harbor, tendremos que alinearnos con alguno de los contendientes, porque causará más daño que las contiendas con armas convencionales y/o atómicas. Los vivos y muertos de hambre resultan más caros que los fallecidos.

 

“Acerca de las negociaciones, recordó que en vísperas de la conclusión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, se presentó la decisión unilateral del presidente Donald Trump de imponer un arancel generalizado y progresivo a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos.

 

“Se trató de una medida que respetamos, pero que no compartimos. Porque de aplicarse hubiese causado un daño importante en ambas economías y debilitado en forma significativa la alianza comercial de la región.

 

“Pero por fortuna, agregó, desde el principio hicimos propuestas al gobierno estadunidense para resolver el fondo del fenómeno migratorio y eso contribuyó mucho en las intensas negociaciones que se celebraron en Washington.

 

“Apeló a su comprensión, porque el fenómeno migratorio no surge de la nada, es originado por las carencias materiales y la inseguridad en los países centroamericanos y en sectores y regiones marginadas de México, en donde hay seres humanos que necesitan emprender todo un peregrinar para mitigar su hambre y su pobreza, o para preservar sus vidas”.

 

Todo indica que los mexicanos contribuiremos con el presupuesto de guerra económica, y también con las bajas, porque muchos migrantes más morirán en territorio nacional camino a su ilusoria libertad, o serán sobajados y esquilmados por malas autoridades y ciudadanos ejemplares, pero xenófobos.

 

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