Confesiones de un alcohólico

0
64
  •   El alcohol jugaba con mis sentimientos, fueron tiempos oscuros

RedFinancieraMX

Por Caty Guadarrama

En esta ocasión, comparte sus experiencias con el alcohol Jesús N., originario del Fuerte, Sinaloa. Comienza su relato con ánimo y de buen humor: “empecé a probar el alcohol, a la edad 17 años cuando me animé a tomarlo, descubrí qué se sentía beber, pues miraba que la gente mayor lo hacía y se ponían alegres y por imitación comencé a tomar. En un baile del poblado donde vivía, la venta de cerveza era libre, a escondidas de mis padres me embriagué, pero no se puede ocultar por el aliento y por el comportamiento, tomaba con gente más grande que yo y mis amigos de parranda, pues lo que nos unía era el alcohol”.

En mi primera borrachera experimenté una sensación de mareo, perdí el control y sabía que no estaba bien, sin embargo, me sentí bien y me dejé abrazar por esa marea que te lleva, te arrastra, te atrapa, cuando me recuperé, sabía que al llegar a la casa tendría problemas, pero  no me importó, ya en casa, sentí ganas de vomitar y no es nada agradable, sin embargo, seguí  tomando sin importar las crudas y los vómitos, a los 18 años ya había terminado la preparatoria y decidí interrumpir mis estudios, me puse a trabajar en el campo, o con los albañiles y donde había trabajo y cada fin de semana, nos poníamos tremendas borracheras.

 No quise seguir estudiando porque creía que no era necesario, era conformista sin aspiraciones, el alcohol mató las ansias de estudiar y cuando empecé a beber ya no me interesó, con el paso del tiempo, comprendí que era necesario terminar los estudios y busqué titularme en licenciado en derecho. Aunque el tiempo perdido jamás se recupera, más puedes enmendarte.

A los 20 años, bajo efectos del alcohol, en un cine de tipo húngaro, conocí a mi novia y al poco tiempo nos fuimos a vivir juntos, ya solos, tomábamos demasiado, pero me di cuenta que no estaba bien, no me sentía feliz de llevarla a una vida sin rumbo. Al poco tiempo un tío, me consiguió un trabajo, en una escuela preparatoria, y mi vida dio un giro, porque de andar trabajando en el campo, y de albañil, me fui a la Ciudad Guasave, Sinaloa. Me presenté a trabajar y hasta tenía sindicato, ganaba mucho mejor y además, ya en una ciudad, me sentía poderoso y dejé a la muchacha, rápidamente, conseguí amigos de juerga y continué bebiendo, ganaba mi  dinero y nadie me podía decir nada; con mis compañeros de trabajo nos, íbamos de parranda, hubo muchas experiencias malas, varias veces estuve en las barandillas municipales por beber en vía pública, por faltas a la moral, faltas a la autoridad, ya me conocían, a veces no podía recordar cómo es que había llegado a ese lugar, y por vergüenza ni preguntaba qué había pasado, sólo me limitaba a pagar la multa para poder salir de ahí.

Un día del maestro tuve un accidente de auto, viajaba con un amigo, por supuesto andábamos tan ebrios en mi auto, que fuimos a meternos debajo de un tráiler y quedamos bajo de la caja del vehículo pesado, ahí quedo el carro prensado. Conducía a alta velocidad, alcoholizado sin tener conciencia de lo que estaba haciendo, mi amigo y yo habíamos bebido casi todo el día y toda la noche, por fortuna no intervino la policía, porque nunca llegaron, el chofer del tráiler se fue alguien nos ayudó a salir del auto ilesos y luego a llevar el carro al corralón, sólo pérdidas materiales, por supuesto, no regresé por la chatarra.

Al andar bajo los efectos del alcohol, de pronto se nos ocurría salir a la carretera internacional, sin saber nada, cuando medio volvía en mí, ya estaba frente al volante, a veces llorando pues me llegaba la nostalgia, me daba por ir a visitar a mis padres, pero no sabía como llegaba ni como me regresaba.

Andando en la vía internacional me sentía perdido, pasaba dos o tres veces por la caseta, pero no me coordinaba para seguir el camino y me regresaba y no sabía qué hacer o para donde ir, me desesperaba y mejor buscaba donde estacionarme hasta que se me bajara un poco la borrachera para saber qué hacer. Llegué a estar tan perdido que no sabía ni cómo me llamaba.

Mis papás me recibían cuando lograba llegar, pero no les gustaba verme en esas condiciones deplorables, y me decían que tuviera cuidado, que no saliera a la carretera borracho, me daban consejos, pero no hacia caso, siempre bajo los efectos del alcohol, podía ir a cualquier parte sin darme cuenta.

Durante mi embriaguez, muchas veces sentí ganas de ver a  mis padres y a la vez acompañado de sentimientos de culpa porque me pasé con ellos: yo los insulté cuando estaba borracho, les gritaba me dejaran con mí vicio, yo así era feliz, perdido en el alcohol, no me había portado bien; en la adolescencia fui muy rebelde, porque sentía que no me querían o que a mis hermanos los querían más que a mí, el alcohol jugaba con mis sentimientos, no podía ver que yo estaba mal, fueron tiempos oscuros de mi vida.

Cada vez que tomaba, sabía cuándo empezaba, pero no era fácil terminar la borrachera, con unas cuantas cervezas bastaba, para dejar el trabajo, la familia, lo que fuera, no había asunto más importante que alcoholizarme, no era capaz de ver mi problema. Me casé en el 87 y me sentía feliz porque bebía con toda la familia de mi esposa y fueron aumentado las crudas físicas y morales, en el fondo no quería afectar a mí familia pues tenía muchas lagunas mentales, no sabía cómo llegaba,  qué hacía, sólo me sentía perdido; entre una borrachera y otra, en un momento de lucidez, pedía a Dios por mi familia ya con tres hijos pequeños, me daba vergüenza por mi forma de beber, por fortuna mis hijos no me vieron en mis tiempos de borracho, por eso decidí dejar de embriagarme desde 17 de noviembre de 1992 por la gracia de dios no volví hacer contacto con el alcohol.

Llegue AA de una manera inexplicable, el local de AA estaba a unos 40 pasos de la casa donde vivía y recuerdo que una tarde me comentó mi esposa que los AA abrirían, pero no tenía tiempo para saber qué era AA, pues el alcohólico como yo siempre esta metido en una botella, el alcohol te trae sordo y ciego, porque no eres capaz de ver más allá de tu vicio.

 Le ayudaba a un amigo que era dueño de un expendio de alcohol, sólo para tener pretexto y tomando; de casualidad vi a unos amigos que estaban en el local AA, llegué a saludar y me invitaron a una charla y regresé al grupo, me quedé y ahora formo parte de ellos.

 Así como conocí la bebida en sus diferentes presentaciones y marcas, investigué AA y me fui involucrando en todo lo que hacen: servir a los demás, y me interesé en las actividades simples del grupo como limpiar el local, hasta tener el puesto de secretario del grupo para reuniones de trabajo, me dedicaba a anotar el desarrollo de las reuniones pues se me facilita escribir y después fui representante de servicios generales y formaba parte de la estructura de servicio, luego fui miembro del comité , representaba a un distrito, más tarde tesorero y hasta la fecha sigo prestando servicio a la comunidad como delegado de un área, sirvo a la comunidad facilito información, todo este trabajo y la entrega al grupo me han permitido alejarme del alcohol.

 Invito a todas las personas hombres y mujeres, jóvenes y adultos que tienen problemas con su forma de beber, si se emborrachan y se arrepienten, los invito a que visiten aun grupo de AA, pues es algo maravilloso, y hermoso vivir una vida sin alcohol, no pongan en saco roto la experiencia compartida de quien les habla. Quien ha perdido el control con la bebida jamás recupera el control de su vida.

Estamos para brindar ayuda a quien lo necesite, estamos a las órdenes; mi vida cambió rotundamente, ahora tengo una hermosa familia unida, un hogar. Antes era un manicomio, pues yo perdía la razón, por fortuna, estamos consolidados como una verdadera y gran familia, hay muchas cosas que con el alcohol te pierdes y ahora todo es diferente.

Cuando hablo con alguien, llevo un mensaje de vida, de unión, de confianza, pues es el primer paso para alejarte de la bebida, una vez en el grupo, siempre encontrarás un amigo en quien apoyarte para ir paso a paso.

Alcohólicos Anónimos, Sección México, 

Ofrece una alternativa de Solución para 

quien Sufre la enfermedad del alcoholismo.

Servicios totalmente gratuitos.

Tel. 57055802. Lada sin costo: 018005613368