Se comenta sólo con…

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  • 1994
  • Por Carlos Ramos Padilla

RedFinancieraMX

De un tirón vi la serie 1994, un documento interesante, cargado de imágenes y de personajes, muchos de ellos muertos, algunos desaparecidos, otros hoy en el poder, pero todos girando alrededor de eventos que cambiaron dramáticamente lo que se esperaba del y en el país.

Todos los que ahí aparecen son protagonistas, no podría asegurar que alguno se lleva el estrellato. Algunos podrían argumentar que la figura es Mario Aburto Martinez, otros dirán que el Subcomandante Marcos o quizá Carlos Salinas de Gortari.

Pero el desfile de figuras políticas es marcadamente interesante. Ahí Manuel Muñoz Rocha, en una historia trunca en donde sólo se presentan momentos del ridículo de La Paca, Pablo Chapa Bezanilla, Antonio Lozano Gracia, Raul Salinas de Gortari, la osamenta, El Encanto.

En 1994 nada se comenta sobre las aseveraciones del hoy subsecretario de Turismo, Humberto Hernández Haddad, cuando cónsul de Mexico confirmó que Muñoz Rocha se encontraba en Estados Unidos, asunto que le costó una seria discusión con el entonces Presidente Zedillo.

Por ahí aparece Mario Ruiz Massieu, hermano del asesinado José Francisco, de quien muchos sospecharon fue testigo protegido de las autoridades estadounidenses.

Nada se menciona de otro desaparecido como Justo Ceja. Se cuida mucho la imagen del ya muerto Manuel Camacho Solis y aunque se da presencia a Marcelo Ebrard poco queda claro su juego político para desprestigiar a Colosio y colocarse al frente de una negociación de un movimiento armado en Chiapas con el EZLN, pero nada se comenta de los flujos de dinero de la extinta flotilla de camiones urbanos Ruta 100 y la presencia de los “monos blancos”, células francesas financiadas desde el Gobierno de los Mitterrand.

Lo cierto es que las llamadas viudas de Colosio como Alfonso Durazo o Agustin Basave, hoy acomodadas en oposiciones contrarias a lo que defendían y protegían desde el PRI. Durazo sin saber explicar qué realmente ocurrió en el magnicidio de Lomas Taurinas pero hoy responsable de la seguridad nacional bajo el mando de un personaje, AMLO, al que siempre combatieron.

Manlio Fabio, cercano a todos y a todo aún guardando enormes secretos en el caso Colosio. Un evidente personaje que ni mención tiene en 1994, José Maria Cordoba Montoya, quien debe muchas, pero muchas respuestas.

Dos brillantes juristas, Juan Velázquez y Luis Raúl González Pérez, y un ex procurador nervioso, fuera de control, Diego Valadez. Siempre en los actos más representativos de su partido, la recién fallecida, María de los Ángeles Moreno. El monolítico Fidel Velazquez, el poderoso Don Fernando Gutiérrez Barrios, el universitario Jorge Carpizo, la firmeza de José Antonio González Fernandez, el polémico, entonces joven, Juan Ignacio Zavala aún sin pronosticar que su hermana, Margarita, sería primera dama de la nación.

Nada de Domiro y su responsabilidad, poco de Liébano Sánez, mucho de Federico Arreola que hoy se dedica a descalificar marchas ciudadanas. Para José Murat y Jorge Schiaffino no alcanzó el guión. El joven Jesús Zambrano el permanente Diego, el jefe Diego.

Por ahí aparecen Carlos Salomón y Ramiro Pineda. Vamos hasta le dan juego al cineasta Oliver Stone. Discreto pero sensible la imagen de Luis Donaldo Colosio hijo, sin presencia el padre del político asesinado. Diana Laura y su tragedia. Mexico y su corrupción, esa que desde 1994 nos dibuja frente al mundo.

Eventos como el crimen de Posadas Ocampo ya daban evidencia de la guerra del narcotráfico contra el Estado Mexicano.  Desde 1994 vivimos bajo especulaciones, sospechas, asesinatos, desaparición de personajes, indulto a otros tantos como Raúl Salinas que se lava la cara anunciando que el dinero sucio se regresó y que acepta que usó pasaportes falsos.

Un poderoso Carlos Salinas que acaba en el teatro de una huelga de hambre. En fin, un retardo denigrante de la política y la justicia en nuestro país. Un solitario, una acción concertada, un disparo, dos disparos, un Aburto, dos Aburtos, historias que se contaron, pero un crimen que mató, cierto estoy, hasta el sistema político nacional.