- Si el PIB no alcanza el 2% previsto en el presupuesto, habrá desequilibrio fiscal y de finanzas públicas
RedFinancieraMX
México podía perder su grado de inversión el próximo año si variables de la economía, como el crecimiento económico, se debilitan más de lo previsto, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su más reciente análisis, el organismo del sector privado hace una disección de los resultados de los principales indicadores económicos en 2018, y confirma que la actividad económica del país se debilitó en la parte final del año.
La estimación oportuna del PIB del cuarto trimestre del año nos lleva a un crecimiento trimestral de 0.3% y una tasa anual de 1.9%, de tal forma que el avance para todo el año habrá sido de 2.0%, porcentaje que es una décima de punto porcentual menor al pronóstico de los especialistas, incluso ya corregido a la baja.
Se aclara que la producción industrial en el último tercio de 2018 acumuló cifras negativas y una disminución anual de 1.1% en el cuarto trimestre del año.
El CEESP reporta que la balanza comercial en diciembre pasado también refleja debilidad en la actividad productiva del país, especialmente por la primera caída en los últimos 20 meses que reporta la importación de mercancías.
La tasa de desempleo ha repuntado a grado tal que se ubicó en su nivel más alto (3.6%) desde diciembre del 2016, y aclara el CEESP que aunque ese resultado bien se puede adjudicar en parte al efecto estacional, porque se contrata personal sólo para la temporada navideña, lo que realmente preocupa es una mayor desocupación por los despidos en el sector público al inicio del sexenio debido al programa de austeridad republicana.
Uno de los puntos que más peligro representan para la estabilidad financiera y económica del país, subraya el CEEP, es que en 2020 o 2021 podamos perder el grado de inversión, debido a las complicaciones que puedan presentar las finanzas públicas y con ello la posibilidad de ver modificaciones en la calificación soberana, como se manifestó en la encuesta que realizó el Bank of America Merrill Lynch, y en la cual 70% de los encuestados consideran que eso podría ocurrir en menos de un año.
No obstante, señaló que aunque algunos expertos refieren que lo anterior es poco probable que suceda, debido a que existe la capacidad para hacer frente a los compromisos contraídos sin problema alguno. Lo inquietante es la señal que se envía a los mercados y que puede afectar las decisiones de inversión en nuestro país.
El organismo del sector privado considera más complicado lograr un crecimiento económico superior 2.0 por ciento; de hecho refirió que el consenso apunta a que la economía en 2019 crecerá sólo 1.8 por ciento, con la posibilidad de que esta previsión se siga corrigiendo a la baja.
Con todo lo anterior se aviva la incertidumbre e incide negativamente en el comportamiento de la inversión. Aunque los datos disponibles sólo muestran resultados de la inversión hasta noviembre del año pasado, ya se percibe un menor dinamismo en los flujos de capital, según refiere el documento.
Hay que recordar que la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos se aprobó con base en una tasa puntual de crecimiento del PIB de 2.0 por ciento, lo que se estimó suficiente para lograr la recaudación prevista en el paquete económico.
Aun así, se considera que la recaudación tributaria se apoya en el pronóstico de crecimiento, es de esperar que, con un menor dinamismo los ingresos por el cobro de impuestos también disminuirían; de hecho, en el paquete económico aprobado para este año contempla una recaudación tributaria equivalente a 3 mil 311 mil millones de pesos con base en un crecimiento del PIB de 2.0 por ciento.
Con esto, si el crecimiento de la economía fuese de 1.8 por ciento, esa recaudación se reduciría en aproximadamente 330 mil millones de pesos, incrementando los riesgos financieros del sector público, ya que en el supuesto de que el gasto no se reduce de manera proporcional, el déficit y por ende, la deuda, tenderán a incrementarse.
Asimismo, refirió que el programa de ayuda a Pemex que le facilita 103 mil millones de pesos a través de diversas medidas, como la monetización del pagaré de su pasivo laboral y la reducción de su carga fiscal, además de una transferencia directa para inversión en la nueva refinería, son medidas para matizar las acciones de los mercados y reducir la posibilidad de una reducción en la calificación de la deuda soberana.
Sin embargo, aclaró que si no se cuenta con una reforma fiscal o importantes recortes al gasto público, se ve muy complicado, sobre todo en un entorno en el que el pronóstico del PIB se sigue reduciendo, tener disponibles los recursos suficientes para lograr todos los objetivos que ha planteado el nuevo gobierno.
Asimismo, otros factores que determina que se verán complicados hacia adelante están relacionados con el efecto que traiga consigo el desabasto de combustible que inició prácticamente a mediados de diciembre pasado y afectó considerablemente la actividad productiva en varias entidades del país.
En esta situación pudo haberse visto reflejada la caída que tuvo la producción industrial durante ese lapso, con lo que acumuló tres meses con cifras negativas y, por ende, una disminución anual de 1.1 por ciento en el cuarto trimestre del año, con su consecuente efecto sobre el PIB total, que dada su participación relativa, pudo ser ligeramente mayor a tres décimas de punto porcentual.
De igual manera resaltan los resultados de la balanza comercial en el último mes del año pasado también reflejan un debilitamiento en la actividad productiva del país, especialmente por la primera caída en los últimos 20 meses, que reporta la importación de mercancías.
¿Qué es el grado de inversión?
Es la capacidad de pago de una nación y el termómetro de riesgo o miedo que tienen los inversionistas.
Las calificadoras más importantes del mundo, como Moody’s, Fitcj Ratings y S&P emiten cuatro categorías para medir:
Capacidad de pago muy fuerte: Moody’s el rating es el Aaa y para S&P y Fitch es el AAA.
Capacidad de pago fuerte: Para Moody’s el rating es el Aa y para S&P y Fitch es el AA.
Capacidad de pago buena: Para todas las agencias es el A.
Capacidad de pago adecuada (Pueden existir riesgos en el medio/largo plazo): Para Moody’s el rating es el Baa y para S&P y Fitch es el BBB.
Cuando una nación está entre el umbral de la solidez y la duda financiera, pueden entrar a una fase de corrida especulativa porque los portafolios de inversión deben vender o salir del país los bonos o papeles adquiridos.
Para obtener el grado de inversión, una nación debe someterse a niveles de medición muy importantes en variables financieras como la capacidad de crecimiento económico, nivel de reservas internacionales, índices de equilibrio en balanza de pagos, niveles de endeudamiento y hasta de seguridad pública.