Centro Histórico

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  • Entre gritos y sombrerazos AMLO insiste en consulta sobre termoeléctrica
  • Los demonios que AMLO y Bartlett encontraron… en sus enemigos de siempre
  • Por Crescencio Cárdenas Ayllón

RedFinancieraMX

Un ex presidente, ex secretarios de Estado y ex directores de organismos públicos ligados al sector energético transitaron de su encargo oficial a tener estrechos vínculos con las empresas privadas que fueron beneficiadas por contratos.

El ex presidente Felipe Calderón; el jefe de la Oficina de la Presidencia con Carlos Salinas, José Córdoba Montoya; los ex secretarios de Energía Jesús Reyes Heroles, Luis Téllez y Georgina Kessel encabezan la lista de nueve ex funcionarios.

Durante la conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de práctica totalmente inmoral que los funcionarios que terminan su desempeño en el sector público se pasan a trabajar a las empresas que reciben contratos, en detrimento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero también de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Consecuencia de estos vínculos entre el poder político y el económico se arrastran contratos leoninos para favorecer a particulares. El director de la CFE, Manuel Bartlett, sostuvo que de continuarse esos contratos, la comisión está en una posición realmente de quiebra, por lo que es necesario hacer una revisión para que se establezca una equidad y no se paguen unos gastos verdaderamente exorbitantes.

Actualmente hay contratos con las empresas IEnova, Carso y Transcanada que amparan siete ductos que no operan, pero que tienen cláusulas que obligan a la CFE a pagar a pesar de no recibir el suministro de gas.

La CFE lleva pagados el año pasado 5 mil millones de pesos y este año, de no negociarse los contratos, estaría desembolsando otros 16 mil millones de pesos. Por este alquiler llevamos cubiertos, desde 2015, 62 mil millones de pesos, y seguirá así pagándose hasta llegar a 70 mil millones de dólares, reveló Bartlett.

Jugosos negocios

Se han hecho jugosos negocios al amparo del poder político. “Lo que queremos ahora revertir, sin autoritarismo, utilizando el marco legal que se tiene y convenciendo a particulares, que las empresas extranjeras actúen con dimensión ética. ¿Cómo es posible que una empresa extranjera contrate a un ex presidente, a un ex funcionario, en este caso del sector energético, donde opera? Eso es totalmente inmoral, eso no puede hacerse en otros países, dijo el presidente López Obrador.

Agregó: “queremos una revisión de conformidad con la empresa, para que esto se corrija voluntariamente. No queremos sólo la vía legal, porque no deseamos que vayan a crear un ambiente, porque los que están acostumbrados a medrar inmediatamente gritan como pregoneros: ‘Ya se está afectando el estado de derecho’”.

Los involucrados

Bartlett mencionó a nueve ex funcionarios que tienen vínculos con empresas del sector energético: el jefe de la Oficina de la Presidencia de Carlos Salinas, José Córdoba, tiene una empresa, Proveedora de Servicios de Energía; Jesús Reyes Heroles, quien fue titular de la Secretaría de Energía (Sener) y director general de Pemex con Salinas, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, ha participado en consejos consultivos de firmas como Energy Intelligence Group, Morgan Stanley EnergyPartners y Mitsui de México, que mantienen actividad muy intensa en el sector privado.

Carlos Ruiz Sacristán, secretario de Comunicaciones y Transportes con Ernesto Zedillo, es presidente y director general del consejo de administración de IEnova, con muchas actividades de generación de electricidad y participa en estos ductos con contratos leoninos.

Luis Téllez, secretario de Energía y de Comunicaciones y Transportes en los gobiernos de Zedillo y Calderón, es asesor de empresas extranjeras.

Alfredo Elías Ayub, director general de la CFE con Zedillo, Vicente Fox y Calderón, es consejero independiente de Avangrid, vinculado a empresas extranjeras.

Calderón Hinojosa, secretario de Energía de Vicente Fox y luego Presidente de la República, consejero independiente de Avangrid.

Georgina Kessel, secretaria de Energía con Calderón, es consejera independiente y directora de Iberdrola México.

Además, Jordy Herrera Flores, secretario de Energía con Calderón, y Alejandro Fleming, jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Sener en esa administración.

Esa es la lista de las personas más destacadas que participaron en este proceso de privatización apoyando a empresas extranjeras privadas con asesores de sus propios grupos para dar esta combinación de antiguos funcionarios con empresas privadas que han ganado terreno por esta vinculación en un absoluto conflicto de intereses, condenó Bartlett .

López Obrador cuestionó la política neoliberal en el sector que llevó a la CFE de ser una empresa exitosa que abastecía toda la energía que consumía el país y ahora sólo genera la mitad, pues la otra la adquiere a empresas privadas que surten el mercado. Además, hay que pagarles un subsidio a las firmas particulares por un concepto que se llama cargo fijo.

Ayudaría mucho que los particulares firmen un acuerdo que van a contribuir para reducir los costos, a dejar de cobrar subsidio, porque eso no se da en ninguna parte del mundo, que aparte de comprarles la energía se les dé un subsidio. Es algo totalmente fuera de lo normal, fuera de mercado, no tiene que ver con una competencia sana.

Pese a ello, no se impulsará una reforma en el sector, porque no queremos actuar con ninguna medida que vaya a servir de pretexto para crear nerviosismo, pero se buscará fortalecer a la CFE para dejar este plan perverso de ir destruyéndola para que las empresas particulares se apoderen del mercado eléctrico.

EFE/José Méndez

En la conferencia de prensa que diariamente encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, Manuel Bartlett Diaz, Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), informó a los medios que diversos exfuncionarios de diferentes periodos del gobierno mexicano cayeron en conflicto de intereses , pues trabajan actualmente para empresas privadas a las cuales habrían favorecido para favorecerlas en el sector energético, lo que trajo como consecuencia que se debilitara a la CFE y hoy solo produzca la mitad de la energía que consume el país.

El director general de la CFE señaló como responsables del debilitamiento a Felipe Calderón Hinojosa, José Córdoba Montoya, Jesús Reyes Heroles, Carlos Ruiz Sacristán, Luis Téllez, Alfredo Elías Ayub, Georgina Kessel, Jordi Herrera y Alejandro Fleming.

“Son personas destacadas, pero que participaron en ese proceso de privatización apoyando a empresas privadas como asesores para dar como resultado esa combinación entre empresas privadas y la CFE en absoluto conflicto de intereses con lo que han representado”. (El Financiero, 11 de febrero de 2019)

Al respecto el presidente López Obrador, al comentar a los medios lo dicho por Bartlett, dijo que en todo este periodo se dio preferencia a las empresas particulares y “se dejó en el abandono la infraestructura de la CFE. Se dejaron de utilizar y no se modernizaron las plantas hidroeléctricas, por ejemplo.”

López Obrador dijo que en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), surgida con la reforma energética, sus integrantes actuaban “como empleados de los particulares”, “conspirando contra la CFE”, a la que se obligó a firmar “contratos leoninos”.

Llamó a las empresas particulares a revisar los compromisos dentro de la ley y de manera voluntaria.

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Entre las empresas involucradas, citó a Carso, Ienova y TransCanadá, propietarias de gasoductos parados en el país que significarán una erogación a mediano plazo de 21 mil millones de dólares a la CFE, con las que se buscará una conciliación.  “Es una revisión de conformidad con la empresa para que esto se corrija voluntariamente”.

Habiendo sido aludido por Manuel Bartlett, el expresidente Felipe Calderón, vía Twitter comentó:

“Sólo quien ignora la complejidad del sector energético puede asombrarse de que verdaderos expertos en el tema trabajen honestamente en el sector energético.”

En su conferencia de prensa López Obrador dijo que Calderón “Tiene todo su derecho de exponer sus puntos de vista, que haya debate y se trate el asunto. Tiene que ver con el interés público. Sin enojarnos, con urbanidad política, con respeto, vamos a dialogar, eso es lo que estamos planteando”. (El Financiero)

En la última década, de manera lenta pero sostenida, avanzaron empresas trasnacionales en el sector energético de México. Destacan algunas empresas españolas en la producción, abasto, y distribución eléctrica, “tanto de energías limpias y renovables como de las que emplean combustibles fósiles para la generación.”

La reforma energética aprobada en 2014, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, abrió las puertas a la expansión extranjera en este sector estratégico. Por ejemplo, la empresa española Iberdrola, una de las mejor posicionadas en México “aspira a que en 2020 su filial mexicana supere en producción de kilovatios anuales a la casa matriz en España, lo cual le permitirá controlar 20 por ciento del mercado mexicano.”

Desde que México abrió el sector energético a la inversión privada se manifestó la presión para ampliarla. “En todos los foros internacionales, cumbres bilaterales, tanto entre México y España como con la Unión Europea, uno de los reclamos más insistentes a los gobernantes mexicanos era precisamente la urgencia de liberalizar por completo los sectores entonces más protegidos de la economía mexicana: los hidrocarburos y la electricidad.” (La Jornada, 11 de febrero de 2019)

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Lo que ahora denuncian el presidente López Obrador y el director de la CFE Manuel Bartlett, como conflicto de intereses parece fuera de lugar debido a que los exfuncionarios mencionados desempeñan su actividad profesional, en calidad de especialistas en el tema, contratados por las empresas trasnacionales que siguen la tendencia practicada en todo el mundo de hacerse de los servicios de quienes les permiten alcanzar con eficiencia sus objetivos.

La actividad de los exfuncionarios señalados por López Obrador y Bartlett no es de ninguna manera ilegal, tampoco se les puede obligar, en particular cuando los plazos legales para emplearse en una empresa han sido superados, a que no recurran a sus relaciones personales y profesionales para reincorporarse al sector laboral en el que se encuentran calificados, después de todo se ha capacitado para eso.

Si el presidente López Obrador tienen el proyecto de recuperar el dominio de las empresas estratégicas, que sus adversarios políticos pusieron al alcance de las empresas trasnacionales, entonces que lleve a cabo la modificación de las leyes.

El camino no es la cacería de brujas, ni la venganza política

Si no se echa a andar representará pérdidas por $4 mil millones al año, dice  Cuautla, Mor., En medio de un incesante coro “¡agua sí, termo no!”, en repudio a la termoeléctrica de Huexca, el presidente Andrés Manuel López Obrador ratificó que la operación de la planta será decisión de las comunidades. “Aunque haya gritos y sombrerazos, va a ser el pueblo el que decida”. Casi clamó no ser confundido con los otros, para apuntalar su decisión de consultar el 23 y 24 de febrero: ¡Yo no soy corrupto ni autoritario!

Como ofreció hace unas semanas, el Presidente volvió a Morelos, donde la comunidad está muy dividida, para plantearles su propuesta a partir de las certezas, dijo, que le dió la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre el efecto de operar la termoeléctrica en Huexca. Ni escasez ni contaminación, fue la respuesta técnica que hizo extensiva a la población en medio del rechazo de una parte de la multitud congregada para escuchar su plan.

Hubo consignas y pancartas, gritos y abucheos contra la planta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que no acallaron quienes simpatizan con el mandatario federal, al que ovacionaron. Era un encuentro incomodo –uno de los más complejos en lo que va de su administración– frente al cual el Presidente dobló la apuesta.

Nada de contaminar el agua. “Venimos a decirles que en el caso de que se apruebe que empiece a operar la termoeléctrica, va a ser a partir de un certificado de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), para que quede claro que no hay contaminación del agua”, lanzó el jefe del Ejecutivo federal ante el beneplácito de un sector y el rechazo de otro.

Ofreció más en aras de convencerlos que ya se han invertido 25 mil millones de pesos en una planta que dotará a todo Morelos de electricidad. “¿Qué otra cosa? Decirles que como reparación del daño –concedió–, en el caso de que se apruebe que opere la termoeléctrica, el estado y los municipios de Tlaxcala y Puebla por donde pasa el gasoducto van a tener la tarifa eléctrica más baja”.

Para entonces, López Obrador ya había descrito los millonarios apoyos que se darán mediante diversos programas para impulsar a los sectores sociales, que concitaron el beneplácito general. No hizo mella entre los opositores –algunos de los cuales, al término del encuentro anunciaron que no participarán en la consulta–, e incesantemente corearon su rechazo.

“¿Quién decide en la democracia? Ninguna persona por poderosa que sea, ningún grupo de interés creado. En la democracia es el pueblo el que decide. ¿O no queremos la democracia? ¿O nada más es discurso, demagogia? No, la democracia la necesitamos más cuando hay discrepancias”, planteó.

En el balneario donde se realizó el encuentro había mantas de apoyo al mandatario, demandas para poner fin a la corrupción y otras que abiertamente reclamaban no continuar con la termoeléctrica, centro del conflicto.

Entuerto heredado.  López Obrador asumió la complejidad del problema, al que consideró como todo “un entuerto heredado”. En su enésima crítica al neoliberalismo, volvió a responsabilizarlo de la situación: “nosotros no hubiésemos hecho lo que se hizo, porque nunca hemos cometido ninguna arbitrariedad”. Y agregó que lo único que deseaba era “que todos actuemos con responsabilidad, que no digan ‘fue la decisión del Presidente’. Nooo, fue la decisión del pueblo, cualquiera que ésta sea”, al igual que con el nuevo aeropuerto, porque no puede haber dos varas para medir.

Informó que las próximas dos semanas serán de información a la comunidad. Vendrán funcionarios a explicar las ventajas y desventajas, así como los que se oponen puedan ir a las comunidades a informarles, pues “se va a respetar el derecho a disentir.

“Algunos dicen –agregó– que habrá manipulación, ¿pero cuándo va a haber manipulación si ya no es lo mismo? En este contexto reconoció que hay ambientalistas auténticos, pero también intereses creados”. Y volvió contra el neoliberalismo que provocó el debilitamiento de la CFE, para que ahora el gobierno tenga que comprarle a las empresas privadas la energía.

“¿Y qué les gustaría a esas empresas, radicales de izquierda? –que para mí no son más que conservadores–, si no se utiliza la termoeléctrica de una empresa de la nación, tendríamos que seguirle comprando la luz a las empresas extranjeras. ¿Saben cuánto se pierde al año si no opera esa planta?, ¡4 mil millones de pesos!”

Tras anunciar que respetará los procesos legales que se emprendan, exhortó a la comunidad a resolver esto lo más pronto posible.

Concluido el encuentro, los ánimos en favor y en contra permanecieron inalterados a la espera de la consulta en dos semanas. Hubo aplausos al Presidente, pero el coro no cesó: “Agua sí, termo no”.