- Este destino, es uno de los secretos mejor guardados
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A tan solo 40 minutos de Tepic, existe un rincón donde el tiempo se desliza con suavidad diluyéndose entre paisajes que parecen sacados de un sueño, un escenario donde la serenidad, la emoción y la belleza se fusionan en una experiencia inolvidable en Santa María del Oro.
Este destino, es uno de los secretos mejor guardados de Nayarit, pero también es una experiencia emocional y multisensorial que invita a reconectar con lo esencial: la calma, la belleza natural y un asombro casi olvidado de descubrir algo verdaderamente extraordinario.
El camino rumbo a Santa María del Oro es como ponerle “mute” al caos de la ciudad, cambiar de ritmo, y soltar la rutina. El silencio se convierte en lujo.
Basta con tomar la autopista entre suaves montañas y vegetación para que el cuerpo empiece a respirar distinto, soltar el celular, abrir los ojos y poner el corazón dispuesto para lo que está por venir.
El Borrego
Primera parada casi necesaria, un restaurante tradicional del camino donde celebran la birria recién servida, la tatemada de cerdo cocida con leña y las tortillas hechas a mano como una gran bienvenida, casi ritual.
El sabor ahumado reconecta al visitante con los aromas y sabores más honestos de México. Un desayuno tan cálido, abundante y reconfortante que es recomendable llegar antes de las 9 am para no hacer fila.
Pueblo con identidad
Santa María del Oro no solo presume de paisajes ya que, al llegar, el visitante descubre un lugar que flota en el tiempo, y que guarda la calidez de un pueblo viviendo a su propio ritmo.
Aquí encontrarás calles tranquilas, casas de adobe y tienditas con letreros pintados a mano; que te hacen sentir como en una postal viva que evoca la esencia del México más auténtico al escuchar de lejos conversaciones en las banquetas y las joyas imperdibles en la iglesia de Santa María – una construcción del siglo XIX con fachada amarilla y detalles en cantera rosa – y el kiosko central – punto de encuentro entre locales y visitantes para disfrutar de los clásicos helados de garrafa en cada atardecer–.
La laguna
Encajada en un cráter volcánico extinto, este paraíso es la protagonista indiscutible de aguas que cambian de tonalidad— donde dependiendo del clima es posible verla verde esmeralda, azul cobalto o turquesa brillante, gracias a microorganismos únicos que habitan en ella—.
El efecto visual es tan cautivador como íntimo, que lo convierte en más que un paisaje: es una pausa y un espectáculo natural que te transforma ante cada mirada. Esta experiencia deslumbra por la serenidad envolvente y cautivadora.
Gracias a operadores locales como Samao Adventures, la laguna se convierte en escenario para actividades acuáticas que invitan a vivirla desde dentro, ofreciendo experiencias que van más allá del turismo tradicional con Kayak sobre aguas cristalinas, paddle board con instructor y paseos en lancha hacia rincones secretos.
Gastronomía con sabor a raíz
La sugerencia para de degustar al borde de la laguna con el murmullo del agua como fondo y la brisa acariciando el rostro es el emblemático chicharrón de pescado dorado y jugoso acompañado de tortillas recién hechas a mano del restaurante El Desagüe, un lugar que
ofrece un menú local de auténtico homenaje a la cocina nayarita, un verdadero apapacho al alma.
El viaje encuentra su punto culminante en Nace del Mar, restaurante con una de las mejores vistas del atardecer. Su platillo insignia es “4 Mares”, una mezcla generosa de mariscos al estilo nayarita, que se sirve justo cuando el cielo se tiñe de tonos violeta, rosa y dorado, reflejados en la superficie tranquila de la laguna. Te aseguramos verás una escena que resume lo vivido: belleza y sabor, fusionándose en un instante de perfección.
Descanso con estilo
Para quienes desean vivir el destino a plenitud, Hotel Chi’l Jaj ofrece una propuesta única: arquitectura contemporánea integrada al entorno, materiales locales, piscina, restaurante, y habitaciones con vistas a la laguna. Se trata de un equilibrio perfecto entre comodidad. Aquí descansar también es un acto de contemplación.
Aventura entre árboles y cañones
Para quienes buscan elevar el pulso y ampliar la perspectiva, a solo 20 minutos se encuentra Real de Acuitapilco, sede de Arcadia Park Adventure, un sitio con actividades que despiertan la adrenalina y brindan el encuentro ideal con la naturaleza salvaje, tirolesas que cruzan barrancos, puentes colgantes en medio del bosque y rapel en cascadas naturales. Además del majestuoso entorno este espacio cuenta con un aguachile fresco y picosito para recargar energía y cerrar con broche de oro.
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