- La mayoría de los indicadores del mercado interno siguen por la ruta de la debilidad
- Por Gerardo Flores Ledesma
Red Financiera
El sector privado del país advirtió que la economía se desacelera después de un periodo que apuntaba a una reactivación más rápida y que la mayoría de los indicadores del mercado interno siguen por la ruta de la debilidad.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) precisa que “estos resultados parecen incidir en la evolución del empleo, que muestran una importante desaceleración en su ritmo de crecimiento desde 2022”.
En su más reciente análisis, el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) admite que hay preocupación porque la economía se nota frágil y expuesta a riesgos importantes.
No obstante, aclara que México tiene grandes oportunidades para la reactivación económica, pero es imprescindible una mejor actitud ante la inversión.
Y agrega. “La claridad y respeto de las reglas del juego dentro de un Estado de derecho sólido son el principio fundamental de un ambiente de negocios seguro”.
Se añade que aunque las autoridades reiteran su confianza en las estimaciones de la Secretaría de Hacienda, la cual prevé un crecimiento del 1.9% del PIB en 2025, es importante señalar que esta previsión ya responde a un ajuste a la baja respecto a su estimación previa de 2.5%. Incluso, en algunos casos las expectativas de crecimiento para este año ya se ubican en terreno negativo.
La intención de las autoridades es transmitir la confianza que tienen de un ritmo saludable de avance, “pero el hecho es que el debilitamiento en el crecimiento del PIB ya acumula más de dos años”.
El CEESP recuerda que después de la recuperación tras los efectos de la pandemia, la evolución de los principales indicadores económicos comenzó a responder a los efectos de diversos factores internos que se fueron consolidando como elementos que podrían inhibir el crecimiento, como la debilidad del estado de derecho, la inseguridad, corrupción y elevados niveles de impunidad, todo lo cual, sin duda, es un estímulo para delinquir.
Puntualiza que “los resultados recientes del INEGI indican que el PIB acumula dos trimestres con crecimientos inferiores el 1.0%, mientras que la formación bruta de capital fijo, es decir, la inversión productiva, suma dos caídas consecutivas, con tendencia a una mayor debilidad”.
El organismo empresarial insiste en que la mayoría de los indicadores del mercado interno continúan debilitándose, incluso algunos de ellos ya muestran resultados negativos. En marzo el indicador global de la actividad económica (IGAE) cayó 0.1% anual. Si bien su estimación oportuna muestra un leve avance de 0.2% en abril, para mayo se anticipa que vuelva a terreno negativo con una caída de 0.3%.
En marzo la inversión fija bruta se contrajo 4.7% respecto al mismo mes del año pasado, acumulando siete meses consecutivos a la baja. En el mismo mes, el consumo siguió un comportamiento similar al caer 1.3%, su cuarta caída anual de manera ininterrumpida.
Estos resultados parecen ya incidir en la evolución del empleo. Tanto los registros de población ocupada que publica el INEGI, como los de trabajadores afiliados al IMSS muestran una importante desaceleración en su ritmo de crecimiento desde 2022.
En adelante, la economía se nota frágil y expuesta a riesgos importantes.
Además de esta situación de fragilidad, la economía está sujeta a riesgos provenientes del exterior, especialmente por el efecto de la política arancelaria de los Estados Unidos.
Es imprescindible y urgente que se tomen medidas para aprovechar esa valiosa oportunidad, de tal manera que la economía pueda entrar en una senda de crecimiento más satisfactoria para la población, que genere mayor bienestar duradero para las familias y facilite el abatimiento de la pobreza.