- ATENTADO CRIMINAL
- CARLOS RAMOS PADILLA
RedFinanciera
Una vez más y casi como réplica exacta se registró un atentado criminal y cobarde contra un aspirante presidencial, dos en Colombia y uno en México.
Luis Donaldo Colosio empujado por multitudes en Lomas Taurinas, siendo postulante a la presidencia, recibió un impacto de bala en el cráneo que lo mató casi instantáneamente.
Sus discursos y propuestas habían penetrado de manera importante en la población. Se veía un triunfo inminente. Pero aquel 23 de marzo de 1994 la historia cambió sustancialmente para el país.
En Colombia, el 18 de marzo de 1989, Luis Carlos Galán, líder del Nuevo Liberalismo, en Soacha, durante la celebración de un mitin político público, fue ejecutado por miembros del Cartel de Medellín o los Extraditables, células de asesinos financiados por Pablo Escobar Gaviria.
Luis Carlos Galán, pretendiendo la presidencia arengaba a sus simpatizantes. Deseaba que todo colombiano que viajara al exterior y que mostrara su pasaporte no fuera ni considerado ni tratado como un narcotraficante. El político recibió la ráfaga de una subametralladora liviana.
Este pasado sábado la noticia del atentado al precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay cuando salía de una reunión política en Bogotá, estremeció al país sudamericano.
Hablaba y fuerte Uribe de la salud mental cuando detonó un arma y expuso una bala que le penetró el cráneo. Recordaba el político que perdió la vida de su madre, Diana Turbay, secuestrada en 1990 por el cartel de Medellín, fallecida luego de un intento de rescate.
Miguel Uribe Turbay, tenía cinco años cuando su madre fue asesinada, hoy a sus 39 cae luego de un atentado. El precandidato por el partido Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, estaba en una reunión política en el sur de Bogotá.
Sin olvidar los magnicidios de Olof Palme o John F Kennedy y Luther King, entre otros, viene a constatar la presencia de las grandes mafias y de intereses muy poderosos.
La lucha por el poder en medio de organizaciones criminales que dominan no solo áreas extensas de los países, sino que penetran en círculos de decisión política, económica y religiosa, obligan a eliminar a adversarios que consideran de peligro. Y generalmente las traiciones y complicidades en los liderazgos políticos son el brazo ejecutor de estas tragedias.
Negociar, asociarse e incluso pertenecer a bandas delincuenciales acaban, están las muestras, en los paredes públicos fusilados.