- Para que haya inversión, urge certeza de un entorno atractivo
- Por Gerardo Flores Ledesma
El sector empresarial y financiero admitió que el Plan México, en el que se plantea la visión a futuro de la nación, es ambicioso y positivo, pero hay demasiados retos que parecen no estar en línea con el objetivo de consolidación fiscal.
Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), líderes de Coparmex y analistas de Intercam el 2025 inicia con un entorno de mayor incertidumbre y preocupación; más nerviosismo frente a las amenazas de las medidas anunciadas por Donald Trump en contra de México y creciente cautela de la inversión.
Sobre este último punto, el CEESP detalla que las cifras muestran una rápida tendencia a la baja en los niveles de inversión, de tal forma que los datos disponibles hasta octubre del 2024 ya acumulan dos meses consecutivos con variaciones negativas y que “aunado a esto, de los 587 anuncios de inversión en México entre enero de 2023 y septiembre 2024, equivalentes a 175 mil millones de dólares, no se tiene noticia de un avance importante, reflejo de la cautela que existe dada la coyuntura”.
Frente a este escenario, hay muchas interrogantes que cuestionan la viabilidad del Plan, entre las que destacan la inquietud por un ambiente de polarización en la política interna, deterioro del estado de derecho y elevados niveles de corrupción, inseguridad y delincuencia.
El Plan México es positivo porque plantea 13 metas sobre una estrategia nacional de industrialización y prosperidad compartida, con el fin de hacer de México “el mejor país del mundo”, con baja en la pobreza y la desigualdad, además de anticipar un portafolio de inversiones, nacionales y extranjeras, de 277 mil millones de dólares (mmd), pero está claro que, desde septiembre de 2024, la agenda del gobierno y sus reformas constitucionales no fueron bien recibidas por los empresarios.
Para muchos analistas económicos no hay claridad en el financiamiento ni en las formas de obtener elevadas cantidades de recursos que permitan llevar a buen puerto las metas planteadas, como ubicar al país en el Top 10 de las economías del mundo; lograr que la inversión (anual) supere el 25% del PIB o generar 1.5 millones de empleos adicionales.
Para los expertos, el Plan parece no estar en línea con el objetivo de consolidación fiscal, al menos para 2025. Los recursos públicos destinados a infraestructura, energía, comunicaciones y transporte, seguridad, educación y salud, que son factores importantes para impulsar el crecimiento de la economía, no son suficientes para generar un incentivo para invertir.
Se insiste en que la inversión privada no fluirá significativamente hasta no tener la certeza de un entorno atractivo y que la prueba de ello es que hasta el momento los últimos datos de inversión no son positivos.
El Plan también busca fortalecer la industria mexicana y poder hacer frente a las políticas proteccionistas de Donald Trump.
Sin embargo, en un entorno como este, es probable que las expectativas de crecimiento se mantengan poco optimistas. Incluso podrían continuar su ajuste a la baja. La confianza es fundamental en este proceso.
Analistas de Intercam subrayan que México debe tener un crecimiento más acelerado que el registrado en el último sexenio, e inclusive en los últimos treinta años, si quiere lograr que el 50% de la proveeduría y el consumo nacional sean de origen mexicano en sectores estratégicos o alcanzar una cobertura del 85% en educación media superior para 2030.
Para la Coparmex es fundamental impulsar las cadenas de valor que se han construido en México, lo que solo se logrará con el apoyo a las PyMes, y con acceso al financiamiento de la banca de desarrollo y comercial.