Confesiones de un Alcohólico

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  • Malas amistades en la secundaria me acercaron al alcohol
  • Por Esteban Durán

RedFinanciera

 Para Efraín, quien habita en el norte del Valle de México, las amistades que tuvo en la secundaría no fueron buena influencia en esa época de su vida y nos los dice con una gran crudeza: “a los 14 años, muy joven, mi acercamiento con el alcohol fue con los amigos de la secundaria, los efectos en mi organismo fueron muy desagradables, de ahí arranca una deformación evidente sobre mi conducta. Perdí mi identidad, mis instintos se empiezan a descomponer a revelar”, platica.

Muy apesadumbrado, nos cuenta que en plena adolescencia, en esa parte de su vida, -etapa muy delicada- el efecto principal fue una descomposición personal, “lo primero fue alejarme de la familia: hermanos, padres y prácticamente la ausencia en el entorno familiar.

Con el paso del tiempo, cuando ya conformé mi familia, yo aún seguía con mi problema de alcoholismo, lo que prácticamente llevó a la descomposición familiar, además de las relaciones interpersonales, en pocas palabras ya no encajaba en la sociedad”.

Es cuando nuestro entrevistado reconoce que en el alcohólico existe el rechazo; además de verse imposibilitado para integrarse al núcleo social, debido a su forma de beber. 

Efraín nos confiesa que “Obviamente había una gran preocupación por parte de mis padres al ver cómo bebía y lo que atinaban a decirme era que jurara, también me sugirieron pláticas o de internarme en algún centro de rehabilitación, sin embargo, no escuchaba a nadie, estaba en total rebeldía, aunque con mi familia era diferente, dudaba mucho de cómo actuar, no sabía qué hacer, ni cómo actuar, lo que me ponía muy triste”.

Y agrega que en ese tiempo ellos desconocían que el alcoholismo era una enfermedad. 

Y como suele suceder, el alcoholismo siempre trae consecuencias funestas y en el caso de Efraín fueron bastante evidentes; sus contantes ausencias en la escuela evitaban que terminara en tiempo y forma los respectivos periodos escolares, primero en la preparatoria y después en la universidad, siempre se extendían, debido a que tenía que presentar exámenes extraordinarios, por lo que la formación escolar nunca se desarrolló de manera normal. 

Con un dejo de tristeza nos expresa que estaba más dedicado al desorden y al caos, que el estar pensando en ser un profesionista, por lo que fue un rotundo fracaso su paso por la escuela, pues prestó más atención al alcohol y a los vicios de los instintos que se empezaron a despertar en él.

 

Ya más relajado, Efraín platica de lo que le ocurrió cuando tuvo su acercamiento al Grupo Alcohólicos Anónimos: “Fue muy extraño, fueron mis vecinos, que quizá al darse cuenta de mi forma de vida, me recomendaron fuera a un grupo AA, la verdad sí les hice caso, pues ya era una necesidad personal de buscar realmente la ayuda, me sentía muy desanimado, ya no quería vivir así, era un martirio emocional, entonces fue cuando reconocí que lo que estaba haciendo con mi alcoholismo era hacerme infeliz”.

 Y continúa su relato: “Era una persona que definitivamente no me sentía a gusto con la vida que llevaba, entonces voy con una necesidad personal, llegué a sentirme derrotado, de ya no sentirme a gusto, de sentirme muy molesto con mi estilo de vida, había situaciones de las que me sentía avergonzado, apenado o hasta incómodo, vamos ya no tenía deseo de continuar con mi vida”. 

¿Cómo le cambió la vida el grupo AA?

 Finalmente, con más ánimo, expresa que ahora ya ni se conoce de lo que antes era, ahora hasta se atreve a invitarnos de hacer un análisis de por qué realmente llegamos a estas situaciones: “esa parte de los primeros pasos, que tiene este gran programa -que se basa en 36 principios- es lo que yo he logrado, primero identificar quién soy y realmente darme cuenta que muchos de mis pensamientos eran negativos y destructivos.

Ahora todo ha cambiado y me siento muy feliz de la vida, de mi familia y de poder ayudar a otras personas para salir del problema en el que yo me encontraba, el alcoholismo”.

 

Alcohólicos Anónimos, Sección México, ofrece una Alternativa de Solución para quien sufre la enfermedad del alcoholismo.

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