- Se espera información más contundente sobre la posible aplicación de aranceles
- Por Ricardo Jiménez
RedFinanciera
El rumbo que tomará el peso mexicano se encuentra en suspenso, muchos analistas del mercado de cambios hacían sus pronósticos de fuertes movimientos volátiles ante las amenazas de Donald Trump virtual ganador a la presidencia de Estados Unidos en las pasadas elecciones, donde existían estimaciones de encontrarse las cotizaciones por arriba de los 21 pesos por dólar.
El tipo de cambio previsiblemente mantendrá cotizaciones relativamente tranquilas en las operaciones de esta semana, con perspectiva de observarse un rango de negociación que fluctuaría entre 20 pesos por billete verde con nivel mínimo y 20.80 pesos por dólar como precio máximo.
La moneda sigue en el aire, aunque, en el Mercado de Futuros de Chicago (CME), los inversionistas extranjeros ante una mayor aversión al riego en México, se reflejó en una caída a favor del peso mexicano al deshacerse de sus posiciones en pesos y comprar dólares americanos.
En la semana comprendida entre el miércoles 13 y el martes 19 de noviembre, las posturas especulativas netas a la espera de una apreciación del peso disminuyeron 30.69%, equivalente a una reducción de 164.43 millones de dólares, para ubicarse en un monto de 342.64 millones de dólares, con esto suman tres semanas consecutivas a la baja, acumulando un retroceso de 60.01%.
El nerviosismo de los participantes del mercado estará en parte relacionado con la incertidumbre sobre el T-MEC con posturas de Estados Unidos y Canadá en contra de México.
Por un lado, el gobierno de Estados Unidos podría adoptar una postura agresiva contra México con la amenaza de aranceles en los meses posteriores a la toma de posesión de Donald Trup el 20 de enero del 2025. Por el otro lado, oficiales de Canadá podrían continuar los señalamientos en contra de México, pues el 20 de octubre del 2025 habrá federales en ese país y las posturas proteccionistas han tenido buenos resultados como las pasadas elecciones en Estados Unidos.
El futuro de la relación comercial México con Canadá y Estados Unidos genera un alto grado de nerviosismo entre los inversionistas tanto nacionales como extranjeros.
La semana pasada, el primer ministro de Ontario, Doug Ford comentó que todos los gobiernos de provincias y territorios de Canadá prefieren que se negocie un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos, dejando fuera a México. Además, Ford dijo que Canadá está perfectamente alineado con Estados Unidos y no es una puerta trasera para la entrada de productos chinos en competencia desleal, agregando que no se puede decir lo mismo sobre México.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, comentó que lo ideal es un mercado norteamericano único, pero en espera de las decisiones y elecciones que México ha tomado, es posible que tengan que tomar otras opciones. El escenario para México se podría tornar un poco complejo, pues la elevada probabilidad de que, en julio del 2026 haya una dura revisión del T-MEC, con posturas de Estados Unidos y Canadá en contra de México.
El tipo de cambio peso-dólar también está reaccionando a la mayor aversión al riesgo global, luego de que, en la semana anterior, el gobierno de Estados Unidos autorizó a Ucrania el uso de misiles de largo alcance. Ante esto, Ucrania realizó bombardeos durante la semana previa que fueron respondidos por Rusia con misiles de largo alcance, y el señalamiento del presidente Putín, quien considera que el conflicto se está volviendo global.
El mercado sigue especulando con relación a que la Reserva Federal será cautelosa para recortar la tasa de interés, sin embargo, los participantes del mercado están descontando otro recorte en la tasa de interés estadounidense, prevista para la reunión de diciembre donde podría ser de 25 puntos base.
En esta semana, es probable que la especulación se centre sobre la política monetaria de Estados Unidos, pues el 26 de noviembre se publicarán las minutas de la Reserva Federal (Fed), el miércoles 27 se anunciarán los datos del consumo, ingreso personal y el índice de precios al consumo personal que es la medida preferida de inflación del Fed.