¿Trabajo, carrera o vocación?

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  • La importancia de poder cazar estos tres elementos para alcanzar el éxito

 

RedFinanciera

 

Las necesidades personales, cuentas por pagar, así como las responsabilidades suelen llevar a las personas a elegir sus puestos de trabajo más por la remuneración económica, por la oportunidad y por las prestaciones que por el cumplimiento de sus sueños o metas personales, lo que más tarde puede llevar a la frustración.

 

“Claro que el dinero es importante, ya que representa un pilar o herramienta que nos puede ayudar a alcanzar nuestros objetivos, pero no debemos olvidar que existen otros factores de nuestra vida profesional sin los cuales se vuelve muy difícil mantener un trabajo o la motivación, y este es sin duda el papel de la vocación”, explicó Nora Taboada, coach ejecutiva y fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, quien a continuación, comparte más información al respecto.

 

La vocación es aquello para lo que cada individuo está hecho y con lo que puede alcanzar su máximo potencial. Estas habilidades deben pulirse, actualizarse y practicarse, sin embargo, existe una tendencia o facilidad natural para destacar en las labores relacionadas a la vocación, además de que hacerlo brinda un profundo sentido de realización y felicidad interior.

 

Lo anterior trae consigo un efecto en cadena que brinda motivación, compromiso, y con ello, reconocimiento exterior, crecimiento y lo que conlleva, es decir, aumentos salariales, crecimiento orgánico dentro de una organización o empresa, etcétera, pero, ¿cómo identificar si uno mismo está trabajando en su vocación o cómo es posible ligar el trabajo y vocación? Taboada comparte algunos factores a considerar:

 

Propósito de vida y aspiraciones: La coach recomienda tener claro estos aspectos, definirlos, y preguntarse de qué manera el puesto de trabajo actual contribuye a esto, ya que deben estar en sintonía.

 

Contribución social: Como seres sociales, resulta importante para la realización propia el saber que el trabajo contribuye al bienestar de otros, así como tener claro qué parte de las labores personales hacen del mundo un lugar mejor.

 

Sentirse vivo: Con el ejercicio de la vocación, el individuo es capaz de experimentar una sensación de expansión del “yo”, de sentirse más “yo” y de sentirse vivo, lo que permite identificar si las labores diarias están relacionadas con la vocación. Esto incluye la rutina, para lo cual hay que preguntarse, “¿qué parte de la rutina disfruto más?”

 

“De igual manera, deben existir y cultivarse las ganas de ser cada vez mejores, por lo que para identificar la vocación puedes preguntarte, ¿qué habilidad me gustaría llevar a la maestría?, esto acompañado de una visión de trascendencia del futuro, pregúntate cómo te gustaría ser recordado y cuál quieres que sea tu legado al mundo. Estas preguntas te ayudarán a esclarecer tu panorama profesional”, explicó Taboada.

 

No sólo un trabajo o una carrera

 

Caso contrario, cuando se pierde de vista la vocación el trabajo se experimenta solo como eso, como un medio para obtener un fin, que, en la mayoría de los casos, se relaciona con pretensiones económicas, alejando la satisfacción y el compromiso.

 

Por su parte, si se toma el empleo solo como una consecución de éxitos acumulados en el tiempo, con sus recompensas pertinentes, no habrá mucha diferencia, porque incluso aunque exista una carrera de por medio, la motivación seguirá siendo externa al trabajo mismo, como explica Taboada, por lo que en caso de ya no recibir ese estímulo se puede sufrir profundamente y seguir padeciendo de esa falta de realización interior.

 

“Por ello es importante que aprendas a conocerte, que descubras qué es aquello que te hace feliz y comenzar poco a poco a realizar cambios que te guíen en esa dirección. Por ejemplo, si tienes cuentas por pagar y un empleo estable que está alejado de tu vocación, entonces puedes tomar un curso, maestría o una carrera los fines de semana o en tu tiempo libre, y al terminar, comenzar a aplicar a tu puesto de trabajo ideal sin soltar el que tienes. Seguro lo logras, ¡éxito!”, finalizó la fundadora de AFE.