Entresemana

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  • La banda de los impunes
  • “Qué delirio de amar, qué ansiedad de besar…”. Carmen Delia Dipini
  • Por Moisés Sánchez Limón

 

RedFinanciera

 

Sin duda, entre el aplauso y los reconocimientos a la Princesa Caramelo, usted y millones de ciudadanos ya olvidaron el carnaval de ilegalidades en el que transitaron las precampañas y la campaña presidencial.

 

Y, llegada la hora de quitarse el antifaz y la vestimenta de lentejuela, seda y satín, mezclilla y botas salpicadas de lodos forzados, los vencedores y las vencedoras del oficialismo son ejemplo de honestidad. Chingones, chingonas ejemplo de pureza.

 

Pero, todo pasa y todo queda, escribió el poeta Antonio Machado.

 

Adivine quién dijo lo siguiente el 16 de agosto del año pasado, 2023:

 

“Nunca habíamos visto tanto acarreo, tanta paga de encuestas falsas, no había visto una campaña negra incluso contra mi familia…”

 

No, no. No fue Xóchitl Gálvez ni alguna candidata o candidato de la coalición Fuerza y Corazón por México. No.

 

Fue el hoy designado secretario de Economía, Marcelo Ebrard, en conferencia de prensa ofrecida en la fecha referida durante el proceso interno del Corporativo Morena y Compañía para elegir a la candidata o candidato presidencial de entre las corcholatas destapadas por el licenciado López Obrador.

 

Marcelo acusó a la doctora Sheinbaum de utilizar masivamente a la Secretaría del Bienestar y organizar brigadas para difundir que ella es la elegida del Andrés Manuel. Y urgió a Morena poner alto a este mecanismo que denunció desde noviembre de 2022.

 

Huelga decir que nada pasó.

 

Ahí tiene usted a la rejuvenecida y mimética doctora Claudia Sheinbaum Pardo, en este transitar por el guion de “virtual presidenta electa”, con líneas discursivas similares a las de Su Alteza Serenísima y pronunciamientos hechos después de que el licenciado López Obrador los haga.

 

Lo mismo ocurre con quienes ganaron gubernaturas, presidencias municipales, diputaciones locales y federales, senadurías, regidurías y etcétera, etcétera bajo las siglas de la alianza Morena, PVEM y PT.

 

En aquella ocasión Marcelo pidió a secretarías de estado, gobernadores, funcionarios y a la dirigencia de Morena, encabezada por Mario Delgado, permitir “que la ciudadanía libremente elija porque si no va a ser un desastre para Morena, suspendan inmediatamente lo que están haciendo porque sí lo están haciendo, llevo meses y semanas con toda paciencia, con toda responsabilidad, esperando a que corrijan”.

 

¿Y?

 

¡Nomaaas!

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es clara. Aunque los dueños del poder sexenal le buscan recovecos.

 

Por eso el interés desmedido e insultante, por reformarla y torcer el brazo a la ley sin que el ciudadano común caiga en la cuenta de que los oligarcas en turno se burlan de su sentido común.

 

O, de plano, fanatizados defienden ese interés, volviéndose cómplices de una trama arropada por la impunidad y consentida en el insultante cinismo de los delincuentes de cuello blanco que se asumen honestos porque son 90% fieles al jefe y 10 inteligentes.

 

Sí, fieles al licenciado presidente que los llama solovinos y sostiene que a los pobres hay que tratarlos como animalitos porque, por sí mismos, no saben cómo conseguir satisfactores. Los pobres son agradecidos, sostiene.

 

Sí, por supuesto, he ahí cómo agradecieron con el voto al oficialismo por el apoyo de los programas sociales, convencidos por el ejército de los llamados servidores de la nación de que la oposición les quitaría los apoyos. Falsa y perversa estrategia que tuvo resultados y la oposición perdió la contienda por la Presidencia.

 

Pero, bueno, estábamos en que la Constitución es clara en sus ordenamientos, que el licenciado Andrés Manuel López Obrador ha violado frecuentemente; se asume dueño de México y sus instituciones.

 

Sí, señoras y señores, aquellas a las que mandó al diablo cuando en 2006 perdió en las urnas y se ungió “presidente legítimo” en una ceremonia, en el Zócalo, tanto cuanto ilegal que carnavalesca. ¿Fue el Rey Feo?

 

Y, como Duce, es jefe de la banda de los impunes.

 

Así, la señorita Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación, tuvo papel destacado en el valemadrismo oficial y operó por encima de las facultades que corresponden al Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 

¿Volver al pasado?

 

Es el estilo de Andrés Manuel López Obrador y lo demostró desde su particular espacio mañanero en el momento en que, primero, se adelantó a la comisionada presidenta Lupita Taddei para decir cómo había concluido el proceso electoral del domingo 2 de junio, luego montó en la mañanera una sesión que sustituyó al Consejo General del INE y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para repartir curules y escaños plurinominales.

 

¿Se enojó e inconformó públicamente la comisionada presidenta Lupita Taddei?

 

Mire usted, entre los delitos en que incurrió el licenciado presidente, por lo que la Sala Regional del Tribunal Electoral, lo apercibió porque, por su investidura, no puede sancionarlo, está la violación al artículo 134 constitucional en lo previsto en sus párrafos sexto, séptimo y octavo.

 

Le quito un minuto. Lea usted el ordenamiento constitucional:

 

“Los servidores públicos de la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.

 

“La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social.

 

“En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”.

 

¿Qué denunció Marcelo? ¿Cómo ha procedido y procede el licenciado López Obrador antes, durante y después de la campaña electoral?

 

¡Atinó!

 

¡Ah!, pero en el plan justiciero y en defensa de su jefe, la consejera jurídica de Presidencia, María Estela Ríos González, irrumpió en escena y acusó a los magistrados electorales de la Sala Regional Especializada del TEPJF de atentar “en contra del sistema de vida democrático de nuestro país”.

 

Mediante comunicado sostuvo:

 

“Magistrados afines a grupos opositores del actual gobierno usan su cargo para restringirle al presidente y al pueblo de México el ejercicio del derecho a la libre manifestación de las ideas, a la información y a la libertad de prensa, con lo que tratan de impedir el desarrollo del sistema de vida democrático que establece el artículo 3o. de la Constitución Política de lo Estados Unidos Mexicanos”.

 

En serio, no se ría.

 

Usted lo sabe. Ha sido pública la intromisión del presidente López Obrador en el proceso electoral 2023-2024, que no ha concluido, amén de que miente cuando niega haber hecho campaña a favor de Claudia Sheinbaum y descalificado e incluso insultado a Xóchitl Gálvez, como citamos en este espacio en la entrega del martes último.

 

Y qué de la secretaria Luisa María Alcalde Luján, quien asume la función de magistrada o consejera electoral y, por instrucciones de su jefe, en la mañanera rechaza que haya sobrerrepresentación de Morena en la virtual conformación de la Cámara de Diputados. Impunes y cínicos, Drakko. Digo.

 

sanchezlimon@gmail.com   www.entresemana.mx   @sanchezlimon1