- Heridas
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
No hay duda alguna que este 2024 da comienzo con profundas erosiones y fracturas. Todos los indicadores de seguridad, educación y salud públicas son alarmantes.
Es lamentable saber que en nuestro país desaparecen y mueren más personas que en naciones en guerra como Somalia, Ucrania, Sudán y Nigeria. Ayer exhibí los registros en corrupción con elementos nocivos de altísima impunidad. Reos políticos como Jesús Murillo o la propia Rosario Robles.
Espejismos mediáticos como Emilio Lozoya y una fracasada y ridícula persecución contra los expresidentes. La continuidad del asistencialismo solo promete más sumisión y pobreza. Con el gasolinazo y otros incrementos como los impuestos en el AICM detonarán mayor inflación y abusos.
Señalé que un 74.4% de los mexicanos percibe al gobierno federal como impulsor y solapador de la corrupción.
El despliegue propagandístico del gobierno convoca a mantener superficialmente la imagen positiva de AMLO.
El propósito visible es llegar a las elecciones con la suficiente fama pública para permanecer en el poder. Los gastos, más no inversiones, son dramáticos e históricos. La deuda y las faraónicas obras inconclusas son el equivalente al mal manejo de los recursos del país. Recibe más inyección de recursos el trenecito turístico que la educación, ya ni hablar de la ciencia e investigación que están cruelmente castigadas. Promete mucho más recibir fajos de billetes frescos del crimen organizado que aguantar dos décadas en aulas académicas para ganar un título que les garantiza otra vez: pobreza.
El rango de movilidad social se cierra y entonces vienen los radicalismos y nos volvemos más y más vulnerables. Estamos en una sociedad enferma en todos sentidos y sin medicamentos para nada. Un pueblo que elige y vota por un sistema que promete grandeza y entrega limosnas. Esas dádivas que hacen creen nunca se han repartido porque se han encargado de lastimar pensiones y apoyos a grupos vulnerables. Entonces aparece el mesías salvador que como en bautizos lanza “bolos” a los hambrientos que se van felices con el botín temporal. Veamos, entre el 52 y 53% de la población recibe algún tipo de apoyo que no sale de los bolsillos de amlo, sino de nuestros mal repartidos impuestos.
Jóvenes condenados a no ser competentes sino pedigüeños de monedas mensuales justificando que no saben hacer nada. Los
compran haciéndolos creer que son “siervos de la nación” y no sirvientes de corruptos y manipuladores. Ineptos que no saben ganar si no se cuelgan de la humanidad del mesías y repiten las frases que a diario entona. Los hace sentir poderosos porque les regalan el “bastón de mando” sin este nada son. Las heridas están abiertas y de no atenderse rápido pueden infectarse y llegar, diríamos a más violencia.