Entresemana

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  • ¿No qué no?
  • A Carlitos, mi admirado hijo titulado ingeniero
  • Por Moisés Sánchez Limón

 

RedFinanciera

 

Todos los días la descalifican. Todos.

 

Dicen, despectivos, que se desinfló y que carece de discurso, que ya chole con lo de las gelatinas, que su equipo es perdedor, que si Santiago que si Enrique e Ildefonso y por qué Carlos, Carolina, Kenia, o etcétera y etcétera.

 

¡Vaya! Hasta una cuasi desconocida diputada federal campechana, desde la tribuna del Palacio Legislativo de San Lázaro se mofó de su sobrepeso, aunque de pasada le dio un raspón a la favorita del profesor.

 

No tienen llenadera, diría el licenciado presidente. Pero…

 

El Duce tiene tiempo para todo, incluso fruslerías que parecen puntadas de fin de sexenio como eso de desaparecer a organismo que, dice, no tiene razón de ser, como el INAI que ha encuerado la corrupción que galopa en su gobierno.

 

Pero ¿a poco no?, le quita el sueño el paso lento y seguro de la hija predilecta de Tepatepec, que ha demostrado ser la más chingona de la pradera en eso de remontar adversidades.

 

Y mire usted, no es que haga campaña a favor de Xóchitl Gálvez. No.

 

Ocurre que, por aquello de las extrañas casualidades, de pronto hasta los medios y líderes de opinión que el licenciado López Obrador abomina y considera enemigos paridos por el neoliberalismo y los conservadores y ni qué decir de los oligarcas, se han vuelto críticos a ultranza de la candidata opositora.

 

Usted seguro lo ha notado.

 

Insisten, repiten machaconamente que la mezzosoprano Claudia Sheinbaum le lleva 30, 40 y hasta 50 y 60 por ciento de ventaja en la preferencia del voto.

 

¡Recáspita Mitofski!

 

Olvidan que es periodo de precampaña, aunque la doctora favorita del Santo Niño Fidencio anda en campaña desde hace cinco años. O sea.

 

Sí, ¡caray! A la ingeniera Gálvez le dan poca probabilidad de remontar la diferencia y la subrayan que ande por ahí del 25% de preferencia del voto. Cuanto mucho.

 

Se nota, y usted no lo dejará pasar, que el dinero fluye a la precampaña de la doctora Sheinbaum, cuya dulce voz repite en sus mítines: “¡ya ganamos!, ¡los de enfrente andan nerviosos, porque ya ganamos!”

 

Y qué tal si la mezzosoprano y el demócrata y honesto Mario Delgado se echan un clavado en la historia de vida de doña Xóchitl.

 

¡Ja! Seguro que están enterados, al igual que el lingüista Gerardo Fernández Noroña, de vida y obra de la ingeniera y que, en efecto, lo que ha contado de cómo se ha abierto paso en la vida, es real, carente de pinceladas a modo. Por eso, por eso…

 

En 2010, en Hidalgo le cerraron el paso y le escamotearon momios. Candidata por la coalición Hidalgo nos une, integrada por el PAN, el PRD, el PT y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) quedó en segundo lugar, con 45.23% de sufragios frente al priista Francisco Olvera Ruiz, quien obtuvo 50.29%.

 

Pero eso no pudo repetirse en 2015, en la entonces delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, donde le dio soberana madriza a su opositor Héctor Vasconcelos, candidato de Morena que obtuvo 11.90% de la votación contra 32.98% de ella.

 

Recuerde usted que David Razú Aznar, candidato de la alianza PRD-PT-PANAL estuvo cerca de ella con 30.13% de la votación.

 

El caso es que en el Paraíso de la 4T la vida no es de suyo chévere y la alerta se encendió desde el mismo momento en que Xóchitl decidió lanzarse por la Presidencia de la República y enfrentar a la multimillonaria y poderosísima maquinaria oficial, cuyo conductor es el licenciado presidente. ¡Sopas!

 

Él no tiene rubor en aparecer como el jefe de la campaña tendente a evitar que en junio del año próximo la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México se alce con el triunfo en las urnas.

 

Aterra, sin duda, al licenciado Andrés Manuel I perder el poder. Ya le gustó, le ha tomado sabor y cariño y lo ejerce como le pega la gana. Nadie más que él, nadie. Nadie, nadie dentro de su equipo se atreve a contradecirlo. Mucho menos acepta la crítica foránea.

 

Quienes lo hicieron se largaron o los largó y se encargó de estigmatizarlos. Les llama traidores, pero él los traicionó, les vendió el México Feliz y los sorprendió con la hacienda personal, él como dueño de la tienda de raya.

 

Aunque, en ese frenesí del uso del poder omnímodo ha olvidado que el sexenio tiene seis años y que, en esta imberbe democracia mexicana se gana y se pierde, verdad de Perogrullo, pero al fin verdad y él está en severo riesgo de perder el poder e incluso ir a prisión junto con sus cómplices que buscan la impunidad con el fuero senatorial.

 

¡Zaz, doctor Gatell!

 

Como dice y dice bien mi Oráculo, la maquinaria oficial ya reparte dineros, prebendas, impunidades, a todo aquel que le sirve en esta operación para mantenerse en el poder.

 

Y Xóchitl no tiene ese recurso; se enfrenta a todo el poder que Andrés Manuel ha desplegado para extender su mandato en la persona de la doctora Sheinbaum, quien ha demostrado férrea disciplina.

 

Sí, por supuesto, desmantelar a la estructura de gobierno que le heredaron fue el primer paso y amaga con desaparecer a los organismos independientes, como el INAI. antes de irse a La Chingada para desde ahí operar; además de hacerse del control del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 

Por eso, como buen operador político se pepenó a Dante Delgado, el aliado que siempre ha sido de Morena, para proceder a la operación naranja o lo que es lo mismo, armar el elemento distractor y que reste votos de la clase media a la alianza opositora Frente Amplio por México.

 

Dice que no se mete en el proceso electoral porque lo pueden cepillar desde el INE, pero en el fondo se carcajea del árbitro electoral. Le importa un pito lo que el Consejo General dictamine sancionarle.

 

Al inicio de semana, en la mañanera YusbelCarolina “de CódigoLibre.mx” le requirió:

 

–¿Qué opinión le merece que la precandidata de la oposición considera que el Estado abandonó su obligación a cuidar la ciudadanía?

 

–(…) pues no voy a responder porque estamos ya en temporada electoral y no quiero polemizar con una posible candidata—zanjó el Duce. Pero en un santiamén olvido ese ordenamiento legal.

 

–Señor presidente, con su permiso: ¿ve moralmente correcto que la esposa de un gobernador busque la alcaldía de la capital? Hablamos de Nuevo León, Monterrey, le preguntó doña YusbelCarolina.

 

–Bueno (…) no hay nada que lo impida, ella es ciudadana. De conformidad con la Constitución, tenemos el derecho de votar, de ser votados, todos podemos participar. No hay, que yo sepa, ningún obstáculo legal. Hasta podría decir que es una mujer exitosa, lo ha demostrado. Tiene simpatías de sectores de clase media, de jóvenes, como otros aspirantes mujeres y hombres.

 

“Afortunadamente –prosiguió en respaldo a la esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda– están siendo postulados muy buenos ciudadanos porque la gente, los mexicanos, están muy politizados, son de los más conscientes ciudadanos del mundo y ya no se dejan engañar. Entonces, qué bueno, ¿no?, que el ciudadano, como lo hemos dicho en otras ocasiones, se fijen de cuál es el programa, qué proponen, si realmente lo que proponen es en beneficio del pueblo”.

 

Lo dicho, Su Alteza Serenísima en campaña contra la ingeniera Gálvez, en busca de los apoyos, el esquirolaje electoral.

 

Pues, ¿no qué no? ¿Ya se desinfló? ¿Tiene un equipo pésimo? ¿No levanta? ¿El barniz de uñas no le queda? Bueno, bueno, hasta la moda le copian.

 

Huipiles y collares y aretes y hasta el remedo de guayaberas en el vestuario para perecer lo que no son. Todo, hasta la ignominia con tal de no perder el poder. La compra de conciencias, Dante. ¡Zambombazo, Drakko! Digo.

 

sanchezlimon@gmail.com   www.entresemana.mx   @sanchezlimon1