Tras la pandemia, en México se duplica prevalencia de depresión

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  •  En necesario triplicar presupuesto para salud mental en 2024: CIEP
  • Recursos asignados representan el 1.3% del presupuesto total en salud; la recomendación internacional es del 5%

RedFinanciera

La pandemia por Covid-19 generó una crisis mundial de salud mental que se complica ante las brechas preexistentes en su atención.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), identificó el presupuesto asignado para atender padecimientos relacionados a la salud mental y su evolución.

En el documento ‘Presupuesto para la Salud Mental. Un Derecho Humano Universal’, el CIEP refiere que de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, para el próximo año se proyecta una inversión para salud mental de 3 mil 724.5 mdp, equivalente al 1.3% del presupuesto total para salud. Esta cifra también representaría un aumento anual de 0.47% en términos reales.

Pese a este incremento, el presupuesto para salud mental no atiende las recomendaciones internacionales de una inversión mínima del 5% presupuesto total de salud en los países de ingresos bajos y medios. Aunado a ello, de 2016 a 2023, el presupuesto para salud mental se ha ubicado entre 1.3% y 1.6% del total asignado a salud.

De acuerdo con el menú de intervenciones costo-efectivas para salud mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el monto por persona para atender salud mental sugerido es de 7.9 dólares. Sin embargo, en México este costo se ubica entre 3 y 4 dólares. Para alcanzar la sugerencia internacional se requeriría un total de 9 mil 998.9 mdp, por lo que se tendría que triplicar el presupuesto asignado para alcanzar la inversión promedio en la región de las Américas.

A pesar de que en México se incrementaron los esfuerzos para atender la salud mental con la creación de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA), el presupuesto se ubica en un mínimo de inversión, lo cual requiere ser más eficiente en el gasto.

Además, las políticas de salud mental deberían incorporar la visión demográfica. Se estima que una de cada cuatro personas presentará algún padecimiento relacionado a la salud mental a lo largo de la vida, con particular relevancia en la primera infancia.

El gasto en intervenciones costo efectivas es una de las tres recomendaciones. Todavía está pendiente incrementar el presupuesto e innovar en fuentes de financiamiento.