- Gobierno de López Obrador pide a la población no dejarse someter
RedFinanciera
El sur de Chiapas, en la frontera con Guatemala, enfrenta una prolongada crisis de seguridad debido al crimen organizado. La falta de acción por parte del gobierno ha dejado a las comunidades en una situación de incertidumbre y violencia, afectando a las escuelas, los maestros y, lamentablemente, a los niños en la región gobernada por Morena.
Los municipios impactados abarcan Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero y Motozintla, donde los cárteles de Sinaloa y CJNG tienen presencia. La violencia ha sembrado el terror en estas comunidades, llevando a la suspensión de clases y al control de la migración, las vías de comunicación y los costos de productos esenciales.
A pesar de la movilización de miles de efectivos de las fuerzas federales y la instalación de cuarteles y bases de operaciones, la violencia en Chiapas no ha experimentado una reducción significativa, y se ha señalado la posible complicidad de algunas autoridades con los narcocarteles.
Hasta junio de este año, había 3,966 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asignados a tareas de seguridad pública en el estado, además de 844 efectivos navales desplegados en la región. La Guardia Nacional (GN) también cuenta con más de 3,000 uniformados en Chiapas, distribuidos en 11 coordinaciones, sin embargo la violencia aumenta y la población civil, desarmada y en indefensión son rehenes de la criminalidad.
La crisis de seguridad en el sur del estado de Chiapas alcanzó un nuevo nivel este fin de semana. Los municipios de Frontera Comalapa y Chicomuselo, ubicados en la sierra del estado, que previamente estaban bajo el control del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se vieron sometidos a un dramático asedio por parte de presuntos miembros del Cártel de Sinaloa (CS). En los últimos días, el CS ha aumentado drásticamente su presencia en la zona y obligado a los residentes a formar una valla en la carretera para darles la bienvenida. Además, se han denunciado asesinatos de aquellos que no participaron en esta acción, lo cual se ha documentado en imágenes que se han vuelto virales en las redes sociales.
Los criminales del CDS, que reforzaron su presencia bélica por la reyerta que tienen con el cartel de Jalisco, bloquearon los extremos de la carretera en una disputa territorial, llevando a la ciudad a declarar el estado de emergencia sin que ninguna autoridad de gobierno o las fuerzas del orden intervinieran, ni de los locales y menos federales; de las estatales la población no espera nada.
Se ha informado que el estado de sitio de los narco criminales ya tiene afectaciones como la interrupción de la energía eléctrica, señal telefónica, y los suministros básicos que se agotan rápidamente.
La Diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas ha levantado la voz para exigir a los tres niveles de gobierno para poner fin a la creciente violencia causada por el crimen organizado en la región. La diócesis acusó a las autoridades de estar “desgarrando” Chiapas con su silencio y su aparente complicidad.
Según la iglesia católica en el lugar, el crimen organizado ha sumido a Chiapas en una situación crítica con asesinatos, secuestros, desapariciones, amenazas, hostigamiento, extracción de recursos naturales y persecución.
Grupos delictivos han tomado el control del territorio y han generado una psicosis social a través de narcobloqueos, utilizando a la sociedad civil como escudo humano, sin que el gobierno de López Obrador intervenga.
A pesar de las denuncias reiteradas de la Diócesis sobre la crisis social y la presencia de grupos criminales, las autoridades han permanecido en silencio y han demostrado ser incapaces de abordar esta situación.
La violencia en Chiapas, especialmente en la zona sur fronteriza con Guatemala,se aprecia en el aumento significativo de los homicidios dolosos. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y agosto de este año, reportaron 348 víctimas de homicidio doloso en Chiapas, lo que representa un aumento del 16% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se registraron 300 casos.
La pugna por el control de la frontera sur entre los dos principales cárteles de la droga de México ha llevado al despliegue de más de 300 efectivos del Ejército de Guatemala en el departamento de San Marcos, que colinda con los municipios de Motozintla, Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero, en Chiapas. Esta crisis en Chiapas resalta la apremiante necesidad de abordar de manera efectiva y a largo plazo la violencia y la presencia del crimen organizado en México.