- Combatir la corrupción, ahorrar recursos y tiempo, el objetivo
RedFinancieraMX
Con el uso de nuevas tecnologías e innovación, el sector público federal y local, no solo buscaría el bienestar social y laboral de las instituciones, sino que combatiría la corrupción, ahorraría recursos y tiempo en sus operaciones, y sobre todo, acercaría los servicios y bienes a la población.
Señaló a Notimex Bogart Montiel, director ejecutivo de Administración del Instituto Nacional Electoral (INE), al hablar de su libro “Innovación Pública. Cómo tener certeza de hacer bien las cosas y además innovar en el sector público”.
“La innovación no es solo tener una idea, eso es creatividad, porque la innovación culmina necesariamente con llevar esa idea a la práctica, y en el caso de la iniciativa privada tiene que generar riquezas, y en el gobierno lo que debe buscar es el bienestar social, el ahorro de tiempo, de recursos y el mejor ambiente laboral”, afirmó.
En entrevista, resaltó que el objetivo de esta obra, que calificó como su “hijo literario”, es que se detone la creatividad para que concluya en innovación respecto de la forma en la que el Estado Mexicano debe funcionar.
De esta manera, hizo un llamado a académicos, empresarios, servidores públicos y al ciudadano a sumar esfuerzos en la construcción de un nuevo modelo.
“Yo soy creyente de que si los servidores públicos están digamos contentos o con una vida balanceada entre lo familiar y lo laboral es mucho más factible que eso se derrame en bienestar a la sociedad que cuando vas contra la corriente y no tienes garantizada tu subsistencia económica y tu bienestar familiar”, aseguró.
Dijo que con el uso de las tecnologías también se cierra la puerta a la corrupción, además de que se tiene la certeza de hacer bien las cosas, y tener una matriz de funciones que haga sabedor a detalle de todo lo que un servidor público debe de hacer, porque si lo desconoce cómo podría mejorarlo.
“Es justo a través de saber qué funciones tengo, en que procesos están vaciados y revisando el proceso como se me puede ocurrir una reinvención, una innovación de los mismos, y esto es lo que nos lleva a este libro”, dijo.
Afirmó que al implementar las tecnologías lo primero que pueden obtener es un valor público, es decir, que la sociedad mire al Estado como algo verdaderamente cercano, a través de acercar los servicios.
Y además necesariamente obtendrá un ahorro, pues informó que por ejemplo, en el INE tenía que mandar un oficio cada mes a los 367 puntos de la República, que son los Distritos, las Juntas Locales, y las oficinas centrales, para informar sobre el estado del ejercicio fiscal mensual.
Al implementar la firma electrónica se ahorraron más de 2.5 millones de pesos al año, “y es un solo oficio respecto a un solo trámite. Y la otra ventaja es que hay trámites muy complejos que sin el uso de la tecnología no se entiende cómo realizarse, como es la consolidación de compras, de todo el gobierno federal, desde la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”, indicó.
Destacó que el actual gobierno federal ha empezado una innovación de la administración pública federal con la descentralización de las dependencias federales a otras entidades de la República Mexicana.
El Internet, ya nos hace un tanto oblicuos, nos da la facilidad de estar en dos o más lugares al mismo tiempo, y es ahí donde los gobiernos federal y estales deben considerar que el uso de las tecnologías pueden traer todos estos beneficios, y en consecuencia bienestar de los servidores públicos y de la ciudadanía.
“Con ello se generaría también un capital político, pues quién no daría su sufragio a aquel gobernante que lo haga bien, que lo haga cerca, que lo haga más económico y practico”, afirmó.
Consideró que con el uso de las tecnologías en la administración pública federal y local, se calcula que la corrupción disminuiría en más de un 20 por ciento, y en cuestión de tiempo, se ahorraría un 70 por ciento.
De esta manera, el libro propone dos metodologías, una es a través de la “Brújula de la Innovación Gubernamental”, que él diseñó, donde dibuja ocho dimensiones y una cuarentena de acciones que buscan la institucionalización de la innovación en el ADN de las organizaciones, de las instituciones públicas.
“La innovación ha ocurrido, ocurre y ocurrirá, pero lo hace de forma aislada a veces como producto de un esfuerzo heroico, de ir en contra de todos, o si no es que ocurra de forma accidental, por ello, con la metodología de la brújula, es que la innovación se vuelva parte del actuar regular de las instituciones públicas”, explicó.
La otra metodología que plantea en el libro es la de los “Ocho bloques de la innovación”, que busca plantear una plataforma digital, a través de la cual todas las ideas que se desarrollen de una entidad se pongan a la vista de todos, a través de Internet, para que se conozcan y se eviten duplicidades, y sean utilizadas por diferentes entidades.
La idea es colocar todas estas ideas innovadoras en observatorios ciudadanos donde puedan replicar o solicitar la tecnología, pues los desarrollos hechos con recursos públicos son del Estado.
“El fin es que las ideas puedan ser replicables, porque otro de los obstáculos a vencer es que de pronto en una oficina de gubernamental se genera una innovación, pero resulta que nadie lo sabe, y se puede generar una duplicidad en el gasto de alguien que tenga la misma idea en una oficina hermana y vuelvan invertir en un desarrollo prácticamente igual”, explicó.
Puntualizó que esas metodologías las hizo durante los 20 años que lleva en la administración pública, y están documentadas y registradas ante Derechos de Autor, y fue lo que inspiró este libro.
“La idea surgió hace 20 años al empezar a trabajar en el sector público, en la SEP, y empecé a utilizar prácticas simples que se usan en la iniciativa privada para agilizar el trabajo, y eso no existía en el sector público.
“Con el tiempo se implementaron el uso de computadora y de sistemas. Me doy cuenta de que es posible importar algunas buenas prácticas de la iniciativa privada al sector público, y ahí es donde empieza la chispa, la inquietud de seguir encontrando espacios de mejora en la forma en la que se hacían las cosas en el servicio público”, concluyó.