Singladura

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  • El plebiscito que viene
  • Por Roberto Cienfuegos J. @RoCienfuegos1

 

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Al margen de quién resulte candidata o candidato, ya por el oficialismo, o por la oposición, las elecciones del 2024 se anticipan como un auténtico plebiscito sobre la gestión y los resultados del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Es un hecho que México está hoy dividido como pocas veces en las últimas décadas. En los prácticamente cinco años que acumula en el ejercicio del poder, la cuarta transformación arroja como principal logro el cisma nacional. 

Prácticamente desde el primer día de gestión, López Obrador inició su trabajo de dividir a los mexicanos como no se había visto en décadas. Sus empeños, permanentes, tozudos, ya arrojan resultados contundentes, y no sé si definitivos, esto último se verá en junio del 2024 cuando se decidirá o no otros seis años guindas. 

Hoy día, los mexicanos estamos confrontados en prácticamente todos y cada uno de los temas que abordemos o pongamos sobre la mesa de la discusión y análisis nacional. Refiera usted afable lector (a) cualquier tópico de la agenda nacional y seguramente comprobará la pugnacidad y el choque de puntos de vista, el tema que usted quiera. Hacer una lista de éstos sería prolijo y aún inútil porque ninguno escapa a la confrontación en la que nos hundimos. 

En ese escenario, ignoro quiénes ganan o si todos perdemos, en particular de cara a la inmensa mayoría de mexicanos que forman parte de lo que llamamos los sectores más vulnerables, en pobreza o desfavorecidos, según cada quien prefiera. 

Millones, tampoco sé con exactitud el número, se decantan en favor de la 4T y de manera muy particular, en respaldo del presidente López Obrador. Estos segmentos o segmento, si se prefiere, se coloca casi en el terreno de la idolatría por el político de Macuspana. Constituyen el baluarte del poder político presidencial, sin medias tintas y con una lealtad ciega, a prueba de todo y de todos los demás. Están definidos. Los subyuga el privilegio de tener un mandatario como Amlo, el primer Jefe del Ejecutivo que les entrega a varios millones de mexicanos de la tercera edad cada dos meses cuatro mil 800 pesos, algo nunca antes visto en México. Una prueba irrefutable, además, desde esta óptica de que este presidente si ayuda y no se roba el dinero como ocurría antes. Así que para estos mexicanos no hay ni ha habido mejor presidente que Amlo, aun contra cualquier evidencia, circunstancia, carencia o dolencia. 

Del otro lado, hay otros tantos millones de mexicanos que rechazan por sistema a la 4T, tanto como a su progenitor. Confirman que la advertencia de que Amlo constituiría un peligro para México, resultó corta a la luz de lo que se ve hoy en el país. Hay un repudio genuino. Lo consideran el peor presidente del México contemporáneo, y uno incluso que amenaza la estabilidad nacional. 

El hilo que sin embargo une a estos dos segmentos poblacionales es la ausencia de matices y no hablemos ya de algún equilibrio o justeza en sus criterios. Un sector, el que endiosa a Amlo, asume su veredicto como uno absoluto. El otro, igual. Son sectores en choque permanente. No hay medias tintas. Esto también se refleja en buena parte de los comentócratas y en los medios periodísticos, ni se diga. Las redes sociales, benditas o no, también expresan este estado de ánimo y opinión nacional. 

De allí que las próximas elecciones presidenciales, al margen de sus candidatos o quienes compitan en ellas, reflejarán este cisma como quizá nunca antes. Será un auténtico plebiscito sobre la gestión de López Obrador, esté o no él en la boleta. Claro, siempre y cuando los mandamases de los partidos políticos y el presidente en primerísimo lugar, no dispongan otra cosa. ¿Usted, por quién votará?

@RoCienfuegos1