- El actor interpreta en la serie a “Elvis Infante”, un cazador de demonios
RedFinancieraMX
Un homenaje al universo del realismo mágico que hay en México, es el que rinde el thriller “Diablero”, inspirado en la novela “El diablo me obligó” (2011), de Francisco Haghenbeck.
“Mi personaje ‘Elvis Infante’ es como un ‘Constantine’ creado a partir de alguien que vino a México y fue a San Juan Chamula. Hay muchas similitudes entre este universo mágico y místico con el de la vida real”, comentó el actor Horacio García Rojas.
“Los directores José Manuel Cravioto, Rigoberto Castañeda y la gente de Morena Films tuvieron la capacidad de ver y ampliar el horizonte. Gracias a que hay tantas historias que contar, la serie te da la posibilidad de extender el universo hasta quién sabe dónde”, resaltó en entrevista con Notimex.
“Diablero”, dijo, “es una mezcla de chile, ajo y cebollas. Es como ir al Zócalo de la Ciudad de México, donde ves una catedral muy afrancesada, pero donde también están los bailes típicos, la venta de chucherías chinas y la artesanía mexicana, todo en el mismo contexto”.
Cuando Horacio recibió el guion no dudó en aceptar de inmediato la propuesta de protagonizar “Diablero”, en la que interpreta a un cazador de demonios al lado del padre “Ramiro Ventura” (Christopher Uckermann) y “Nancy” (Gisselle Kuri).
“Al inicio no me habían dicho quién producía, sólo que se trataba de demonios, ángeles y cazadores, pero cuando me explicaron que Netflix estaba detrás, dije: ‘Okey, ya sé cómo va la cosa’, y acepté”.
El actor consideró que la parte folclórica de México, plasmada en la producción, puede funcionar en el extranjero, así como sucedió con “Coco”, de Disney-Pixar.
“México y Latinoamérica somos un pedazo de tierra, una mezcla de muchas cosas. Somos un pueblo que ha aprendido a reír cuando se tiene que llorar y a llorar cuando se tiene que reír. Vemos la muerte de frente, con respeto, pero sin miedo. Todo eso es lo que baña a esta serie”, destacó.
La comedia también tiene un papel fundamental en “Diablero”. “Somos un pueblo de tragicomedia y melodrama, de reír y llorar, de entenderle el valor a ambas cosas. Por ello es que el resultado es una producción de culto con muchos matices, colores, sonidos y texturas”.
Aunque Horacio Rojas no es creyente de los demonios, tampoco es escéptico, pero prefiere no buscarle explicación a los fenómenos paranormales y sí ser cuidadoso.
“Durante las grabaciones nunca me ibas a ver solo, hasta caminábamos juntos al baño, porque a las cuatro de la mañana nadie se atrevía a cruzar en medio de la nada para ir al baño. Intuitivamente sí nos estábamos protegiendo”, concluyó.