- Esta acción es interpretada como una sanción política
RedFinanciera
El gobierno de Estados Unidos ha solicitado al Congreso que México deje de formar parte del Comando Norte y se incorpore al Comando Sur, una acción que según expertos en seguridad tiene implicaciones políticas sobre el enfriamiento de la cooperación bilateral y una salida del colchón de seguridad geopolítico estadounidense.
El pasado 27 de junio, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, dirigido por Lloyd Austin, presentó ante la Cámara de Representantes el proyecto de ley de asignaciones del Departamento de Defensa para 2024, el cual establece el presupuesto necesario para las acciones de seguridad del próximo año.
El proyecto, presentado por el legislador republicano Ken Calvert, presidente del subcomité de asignaciones de defensa, incluye un artículo que propone la exclusión de México del Comando Norte, cuya jurisdicción abarca el territorio de Estados Unidos, incluyendo Alaska, Puerto Rico, Canadá y Bahamas, y su incorporación al Comando Sur, que cubre Centro y Sudamérica.
Según el inciso 8123 de la iniciativa, en un plazo máximo de 180 días a partir de la fecha de promulgación de esta ley, el Comando Sur de Estados Unidos asumirá la responsabilidad del comando combatiente para las actividades relacionadas con México.
Esta acción implicaría la pérdida de un diálogo que México tenía monopolizado al ser el único país latinoamericano incluido en el Comando Norte, lo cual lo vinculaba al Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD, por sus siglas en inglés).
Existe la posibilidad de que México quede fuera del paraguas aero-misilístico estadounidense y pierda el privilegio de mantener un diálogo directo con las autoridades de Estados Unidos y Canadá, ya que al ingresar al Comando Sur, México formaría parte del hemisferio latinoamericano, donde se encuentran países como Brasil, Guatemala, Chile, Colombia y otros, como se mencionó anteriormente.
Los especialistas interpretan que la salida de México del Comando Norte es una consecuencia de los desencuentros entre los gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, como una secuela del hecho de que México no se ha sumado de manera contundente a los posicionamientos de la OTAN y Estados Unidos.
En resumen, el mensaje está dirigido al gobierno mexicano, y esta acción de reubicar a México dentro de los comandos militares de Estados Unidos se percibe como una respuesta a la falta de alineación y cooperación en materia de seguridad entre ambos países.