Pobreza y precariedad laboral, predominan en México

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  • 4 de cada 10 personas con trabajo formal viven en la pobreza (8.7 millones)
  • Más de 4.5 millones sostienen la economía de grandes empresas: Acción Ciudadana Frente a la Pobreza

RedFinanciera

Las grandes empresas son el motor de la economía del país, son la parte “de arriba” de la economía, que exporta y crece, pero al mismo tiempo son grandes productoras de personas que trabajan y son pobres.

Es la contradicción del sistema laboral mexicano: la precariedad también se encuentra en la cima de la economía nacional, que muchas se oculta o se minimiza con base en la precariedad de la economía informal, en la parte “de abajo” formada por micronegocios y personas que trabajan por cuenta propia. Como si solo “abajo” hubiera precariedad.

“Esto es falso y los datos son claros” sostiene Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. En un reporte especial con motivo de la Conmemoración del Día Internacional del Derecho al Trabajo, y con base en datos oficiales, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza exhibe que la precariedad laboral no sólo es responsabilidad de la estructura económica “abajo”, en los micronegocios y los trabajos informales, sino que también se crea en “las alturas”, en grandes y medianas empresas.

Y es que en total, de los 58.3 millones de personas ocupadas en el país (según INEGI) 35.5 millones, más del 60%, carecen de un ingreso que les permita comprar dos canastas básicas.

En las grandes y medianas empresas (con más de 50 personas ocupadas) trabajan 12.2 millones, la cuarta parte de la fuerza laboral en el país, la gran mayoría, 93%, tienen empleo formal. Sin embargo, en ellas 5.7 millones carecen de salario suficiente para superar el umbral de pobreza. Casi la mitad, 46%, de quienes trabajan en grandes y medianas empresas ganan menos de 8,600 pesos al mes, que es el costo de dos canastas básicas.

En este parte “de arriba” de la economía, en “las alturas” se ubican las empresas más dinámicas, vinculadas al mercado internacional, tiendas departamentales y de autoservicio, corporativos y grandes industrias manufactureras con altos volúmenes de producción, valor agregado e ingresos; aun así, la mayoría de los trabajadores que impulsan parte de ese dinamismo tienen salarios por debajo del umbral de pobreza. Estos trabajos se convierten en fábricas de pobreza.

Muchas de estas grandes y medianas empresas se ostentan como Empresas Socialmente Responsables (ESR). Esto es una contradicción, pues quienes no pagan salarios dignos que permitan a su personal superar la pobreza, no pueden distinguirse por ser “socialmente responsables”. “Si la responsabilidad social no se refleja en la nómina, no existe”, explica Paulina Gutiérrez, responsable de la agenda Trabajo Digno en Acción Ciudadana Frente a la Pobreza Generalmente las grandes empresas dan empleos en la formalidad; sin embargo, esto tampoco es una condición que garantice salario suficiente.

De acuerdo con los más recientes, 4 de cada 10 personas con trabajo formal registradas en el IMSS carecen de salario suficiente; son 8.7 millones de personas de un total de 21.7 millones (datos de marzo de 2023).

Y de ese universo, 4.5 millones, poco más de la mitad, trabajan en empresas grandes y medianas.

La precariedad y los salarios que producen pobreza han invadido a la formalidad.

Propuestas para una mejora laboral progresiva

El reporte especial “Precariedad en las alturas”, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, ofrece cuatro propuestas, con 11 acciones específicas, para la mejora gradual inmediata de los salarios; que en resumen son:

  1. Impulsar iniciativas empresariales en favor del ingreso digno, como ya lo hacen diversas organizaciones en el país, consistentes en adoptar el ingreso básico familiar, equivalente a dos canastas básicas urbanas, como salario mínimo.
  1. Aprobar la creación del Sistema Nacional de Cuidados y el presupuesto necesario para su infraestructura de servicios que posibilite una mayor participación de las mujeres en el sistema laboral; así como abrir espacios para personas jóvenes mediante la inversión en programas de formación.
  1. Fortalecer al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral para que asuma la promoción activa de los derechos laborales, la legitimación participativa e informada de los contratos colectivos y la elección democrática de dirigencias sindicales.
  1. Eliminar gradualmente las cuotas obrero-patronal para la prestación de servicios de salud y estancias infantiles, así como avanzar en la construcción de un sistema de salud con cobertura universal no condicionado al régimen laboral y consensuar una reforma hacendaria progresiva que permita financiar, tanto el sistema de salud como el de cuidados, con amplia participación social.

Los micronegocios también producen pobreza

La parte “baja” de la economía está formada principalmente por micronegocios y por el ámbito agropecuario; personas que trabajan en talleres o negocios familiares o por su cuenta. Aquí, la proporción de personas que carecen de ingreso laboral suficiente es muy alta y predominan los trabajos informales, como era de esperarse.

En los micronegocios trabajan 23.4 millones de personas, y de ellas, al menos 15.6 millones (dos terceras partes) carecen de ingreso laboral suficiente para adquirir dos canastas básicas, y 19.3 millones (83%) tienen trabajos informales.

Muchas personas que trabajan por cuenta propia, que crean micronegocios, tienen un taller o tienda familiar, lo hacen por sobrevivencia, como alternativa al desempleo. No es una decisión libre, ni una forma de evadir impuestos. Para la mayoría es una forma de escapar del desempleo abierto y generar al menos algún ingreso para sobrevivir, aunque sea en pobreza.

Pobreza estancada por salarios precarios

Las condiciones laborales explican por qué la pobreza lleva muchos años estancada en México y está fuera de proporción a nivel internacional: con pobreza muy alta y salarios muy bajos.

Desde la primera medición comparable, considerando sólo la dimensión de ingresos, en 1992 había 46 millones de personas en pobreza por ingresos y en 2020 alcanzó a 67 millones. En términos de proporción, la cifra es dramáticamente igual: 53% de los trabajadores en pobreza por ingreso en 1992 y mismo porcentaje en 2020, la aplicación más reciente.

También la medición de la pobreza de manera multidimensional que inicia en 2008 arroja un resultado muy similar, siempre arriba del 44% de la población.

Y es que la pobreza de México se crea desde el sistema laboral; la precariedad en los ingresos, están en la raíz de la desigualdad en el país.

Con base en estos indicadores, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza sostiene que trabajar y ser pobre es una grave contradicción, sobre todo si las grandes empresas son el motor que, lejos de contribuir a reducir la precariedad, se alimenta de ella.

“No hay cómo justificar el escándalo que representa una economía exportadora y ahora enfocada hacia la gran oportunidad de la relocalización cercana de las cadenas de suministros de EU (el “nearshoring”) y que al mismo tiempo mantiene a millones de personas que trabajan y son pobres. Hay una falla estructural también en la parte alta de la economía formada por grandes y medianas empresas”, sostiene Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de dicha organización.

En la cúspide de la economía hay también fábricas de pobreza; las bondades que las tiene en esa posición no se reflejan en la nómina de la mayoría de su personal, ni cumple con el estándar básico del derecho humano al trabajo al pagar salarios por debajo del costo de dos canastas básicas y ser la causa directa de la pobreza de millones de familias.

“La magnitud de la pobreza en México no es normal, está fuera de proporción respecto al tamaño, al dinamismo y a las fortalezas de nuestra economía”, refiere Gómez Hermosillo.

El reporte especial “Precariedad en las alturas. Dos fallas estructurales del sistema laboral que producen pobreza” se encuentra disponible en https://frentealapobreza.mx/