En Confesiones de un Alcohólico/La curiosidad me acercó al alcoholismo

0
116
  • Por Esteban Durán Acosta

RedFinancieraMX

Originario del centro de Veracruz, Primo “N”, nos cuenta que a los 13 años de edad, como todo puberto, fue la curiosidad lo que le hizo acercarse al alcohol, a partir de ahí ese trago le desinhibió, le hizo sentir más seguro: “perdí el miedo y cosas que no podía hacer en ese momento las pude realizar, al inicio fue como una experiencia que nunca pensé podría tener consecuencias”, nos dice arrepentido de haberlo hecho.

Menciona que a partir de ese momento empezó a hacerlo de forma esporádica, de vez en cuando, en fiestas normales; al final ya se volvió como un hábito, a diario o cada tres o cuatro días, muy joven comenzó con la bebida.

Primo confiesa que no pasó mucho tiempo para que volviera a beber, dos o tres meses; por principio en el hogar no lo descubrieron y agregó que la única molestia que le producía el alcohol, era dolor de cabeza al despertar, todo le daba vueltas.

“Pero como cada vez lo fui haciendo de manera más constante, lógicamente mi madre, que era la que estaba más al tanto de mí, pudo darse cuenta de esta situación”, señala.

Le preguntamos ¿cuáles fueron las consecuencias que le trajo el alcohol en sus estudios? Y esto nos respondió:

“En la escuela, propiamente en la preparatoria, empezaba a salir con los compañeros de mi edad, entre ellos había quien consumía droga y aunque sí la probé, afortunadamente esto no me llamó la atención, me gustó más la sensación del alcohol, pues me provocaba cierta sensación que me daba libertad para hacer mis cosas, que en un dado momento, por la forma de vida que llevaba, más que nada por mi sentimiento de inferioridad, al beber eso desaparecía, hacía cosas que sobrio no tenía esa capacidad”.

Al platicarnos sobre la reacción de sus padres al enterarse que ya bebía, nuestro entrevistado manifestó que su papá, como era alcohólico, no le decía nada, sin embargo, era su mamá, quien preocupada le suplicaba que no tomara: “vas a terminar como tu papá, mira como está, cómo vive, yo en el fondo tenía esa idea de no terminar como él y veía la situación que pasaba mi madre en la vida, aunado a la escasez de muchas cosas”, nos dijo.

A pesar de su condición de bebedor, Primo reconocía que un alcohólico no toma la precaución de estar en forma de manera personal, hay descuidos, eso lo veía y pensaba que de más grande no iba a hacer esas escenas.

“En ese tiempo me hice de una pareja muy joven, mis tíos, -que también se daban cuenta- me decían y preguntaban: tienes una familia, tienes todo, ¿por qué el hábito de emborracharte constantemente?; había uno que se preocupaba de forma especial, pero no le di la importancia y dentro de mi pensaba que ellos no me daban nada para alcoholizarme y no tenían derecho de meterse en mi vida personal”, esa era mi manera de pensar.

Y aunque desde un principio su papá no le decía nada, llegó el momento en que le aconsejaba que no lo hiciera y nos dice que ahora entiende el porqué: “porque un papá quiere lo mejor para su hijo, pero yo no lo detecté a tiempo”.

Para la buena fortuna de Primo, un cuñado que militaba en Alcohólicos Anónimos, por decirlo así, al darse cuenta de su forma de beber; nos menciona que le pasó el mensaje varias veces sobre AA, sin embargo, nunca le hizo caso, prefería, a sus 25 años, quedarse tirado en le calle todo alcoholizado.

“Decidí ir en una ocasión y me di cuenta que había mucha gente mayor; quizá como pretexto, le decía a mi primo que como ellos ya tomaron, ya vivieron y ya hicieron su vida, ahora ya quieren reformarse; solo fui a una junta y ya no regresé y aunque él siempre me insistía, yo no hacía caso”, nos dijo de manera nostálgica al recordar esos momentos.

“Desafortunadamente no tomé esa opción, tuvieron que pasar muchos años para llegar a Alcohólicos Anónimos, ahora sí ya convencido” reconoció.

Le preguntamos ¿cuál fue el cambió que sintió a partir de asistir al grupo de Alcohólicos Anónimos? Y muy alegre respondió:

“Me la cambió bastante, porque me doy cuenta de la importancia que es mi vida personal, que me debo de querer a mí mismo; el hecho de tomar, pues lógicamente que me estoy destruyendo, una vez mi suegra me dijo esto: “hay gente ahorita en el hospital que está luchando por su vida y tú tomas alcohol y te estás matando solito”.

Primo agregó que esas palabras le hicieron recapacitar ya en Alcohólicos Anónimos y reconoció que su suegra decía la verdad, sin embargo, en ese momento no las entendía.

Ya ahora, al final, sabe de la importancia de cuidarse, que hay gente que lucha con sus enfermedades para sobrevivir y el alcohólico -como él-, cada vez que bebe, pues se va destruyendo, va deteriorando su persona, su físico, su mente y se va metiendo en problemas más profundos, económica, emocional y espiritualmente y remató: “el final es atroz”.

En un mensaje dedicado a quienes sufren de esta terrible situación, Primo “N” expresó que el alcoholismo es una enfermedad que no tiene cura hasta el día de hoy: no hay pastillas, ni vacunas; a temprana hora quienes están jóvenes pueden tener esa oportunidad de llegar a Alcohólicos Anónimos físicamente bien, con un trabajo excelente y un porvenir enorme, el cual puede construir una familia completa, útil en su persona y ser en la sociedad bastante próspero y ayudar a que el mundo esté bien.

Alcohólicos Anónimos, Sección México, ofrece una Alternativa de Solución para quien sufre la enfermedad del alcoholismo.

Servicios totalmente gratuitos

Teléfonos: 8005613368 / 5557055802