Advierte el sector privado sobre riesgos para las finanzas públicas

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  • La deuda pública es mayor a la de 2021 en 3.4 puntos porcentuales del PIB y supera la de 2018 en 12.4 puntos

RedFinanciera

El sector privado del país advirtió que hacia adelante habrá riesgos para las finanzas públicas, no obstante que en el último informe de la Secretaría de Hacienda se revela que en lo general mostraron un desequilibrio que puede considerarse moderado, pero ello sólo sería por ahora.

El Centro de Estudios del Sector Público (CEESP) subraya que el déficit público creció significativamente en un 20.5% y el balance primario fue negativo por segunda vez consecutiva desde 2017.

En su análisis semanal, el  CEESP puntualiza que en 2022 hubo ingresos excedentes que se utilizaron mayormente para subsidiar la gasolina y el diésel, pero refrenda que en el corto plazo habría riesgos para las finanzas públicas, porque, además, “el gasto responde a las prioridades gubernamentales, determinadas primordialmente por objetivos político-electorales”.

Resalta como preocupación el tema de la deuda pública que ya es mayor a la de 2021 en 3.4 puntos porcentuales del PIB y supera la de 2018 en 12.4 puntos.

Matiza que la estimación preliminar del PIB implica un crecimiento anual de 3%, pero que esa previsión podría ser ligeramente menor, ya que los indicadores de actividad económica y consumo cayeron a final del año.

De acuerdo con el informe sobre las finanzas y la deuda del sector público de la SHCP para el cuarto trimestre del 2022, las finanzas públicas reflejan cierta fragilidad respecto a la sostenibilidad de los ingresos públicos y a la asignación del gasto público que no parece enfocarse a los problemas más importantes del país.

En 2022 el déficit público creció significativamente, en 20.5% real respecto a 2021. Como porcentaje del PIB alcanzó 3.4%, que fue superior al de 2019 y 2020 (2.9%), al de 2018 (2.1%) y el más elevado desde 2015.

Se explica que el balance primario (que excluye el pago de servicio de la deuda) fue negativo por segunda vez consecutiva desde 2017, lo que implica necesariamente un aumento de la deuda pública para pagar los intereses de la deuda existente y parte de los otros gastos que no alcancen a cubrir los ingresos.

Se agrega que durante 2022 los ingresos totales del sector público sumaron 6,595 mil millones de pesos (mmp). Destacan la evolución de los ingresos petroleros que crecieron 18.7% y la recaudación del impuesto sobre la renta que se incrementó 11.0%.

Puntualiza el CEESP que ello se debió, por un lado, a los elevados precios internacionales del crudo y, por otro, a la mayor recaudación del Servicio de Administración Tributaria (SAT), como resultado de una fiscalización más acuciosa sin judicialización  y a mejores sistemas producto del esfuerzo de años del Servicio.

Sin embargo, el total de ingresos fue sólo 2.5% mayor al de 2021, debido a que los excedentes se utilizaron para subsidiar el precio de las gasolinas y el diésel vía la reducción de los impuestos especiales (IEPS) sobre esos productos. Cabe señalar que las fuentes de ingresos excedentes a los proyectados se hubieran podido usar para reducir la deuda pública o para fortalecer algunas prioridades de gasto que han sido desatendidas.

En todo caso, se debe tener presente que los ingresos petroleros y la recaudación de ISR dependen, además de la acción del SAT, de variables que podrían debilitarse y generar presiones adicionales a las finanzas públicas.

Y da explicación: “Encima de la acostumbrada incertidumbre del precio del crudo, se aprecia una disminución estructural en la plataforma de producción y exportación. Asimismo, la perspectiva a futuro de la recaudación del ISR se verá también condicionada por el crecimiento de la economía, cuya expectativa es de menor dinamismo para 2023”.

También conviene subrayar que los recursos precautorios del presupuesto han sido abatidos significativamente. Por ejemplo, al cierre del 2022 el saldo del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) sumó solo 26 mmp  (cuando en 2019 sumó 159 mmp). En 2022 los ingresos no recurrentes, de una sola vez en forma de aprovechamientos, volvieron a caer fuertemente (-30%) al igual que en 2021 (-42%).

Gasto público excesivo

Por su parte, en 2022 el gasto total del sector público ascendió a 7,569 mmp, cifra que superó en 4.1% real el gasto del mismo lapso del año previo y fue históricamente el más elevado, tanto en términos nominales como reales.

Como es natural, la asignación de las erogaciones del sector público responde a las prioridades gubernamentales que, todo indica, son determinadas primordialmente por objetivos político-electorales, más que por las necesidades más apremiantes para la población.

El gasto programable, erogaciones públicas para proveer bienes y servicios a la población, aumentó 2.9% respecto a 2021, manteniéndose en 19.9% como porcentaje del PIB. Ello no significa que ha sido austero como a menudo se afirma. En este gobierno ha aumentado en 2.6 puntos porcentuales del producto -aún con la fortaleza de los ingresos petroleros y por ISR, el incremento de los ingresos públicos totales equivale a 1.4 puntos-.

La composición de las erogaciones del erario refleja los objetivos políticos del gobierno, lo que se observa claramente en su clasificación administrativa, que muestra las dependencias y organismos que ejercen los recursos.

El gasto de Turismo, que incluye la construcción del tren Maya, registró un incremento de 355% en 2022 respecto al año previo. El correspondiente a la Secretaría del Bienestar aumentó 36.2% debido a los programas asistenciales del gobierno.

En contraste, las erogaciones de la secretaría de Educación disminuyeron 4.2% y las de Salud fueron 1.5% menores a las de 2021.

La clasificación funcional del gasto, que muestra el destino de los recursos, independientemente de quien los ejerce, refleja también los objetivos generales del gobierno. Con esa óptica, la mayor proporción del gasto público en 2022 se canalizó a protección social, 26.5%, y combustibles y energía, 24.1%, donde se concentra buena parte de los principales programas y proyectos gubernamentales. Ello contrasta con el gasto en Salud y en Educación que alcanzaron 13.7% y 14.7% del total, respectivamente.

En 2022, el Tren Maya absorbió 179 mmp

El gasto en inversión física creció 25%, presumiblemente como resultado de mayores recursos destinados a las obras estratégicas del gobierno, como el Tren Maya, ya que el descuido de la infraestructura pública es evidente. Cabe señalar que para el proyecto del tren se presupuestaron 64 mmp en el 2022 y el ejercicio terminó con una erogación de 179 mmp.

Como es natural en las circunstancias actuales, el costo del servicio de la deuda se elevó fuertemente. Superó en 10% su nivel del 2021 y representó el 2.9% del PIB, su mayor porcentaje desde el año 2000 .

Como resultado final de las finanzas gubernamentales, al cierre del 2022 la deuda pública (medida como el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público) ascendió a 14,092 mmp, lo que significó aumentos de 987 mmp respecto a 2021 y de 3,540 mmp respecto a 2018. Estos incrementos son significativos, equivalen respectivamente a 3.4 y 12.4 puntos porcentuales del PIB de 2022.