- Juez en Texas declara “inválida” la ley de salud de Obama
- Lo que Trump sabe sobre su presidencia que los críticos no entienden
- Por Crescencio Cárdenas Ayllón
RedFinancieraMX
Como un espacio para dejar que los respetados lectores de Centro Histórico vean otras cosas diferentes a los problemas que día a día se suscitan en nuestro país y que al fin de cuentas la Cuarta Transformación de nuestra Patria está naciente comparto con ustedes dos cosas importantes que han sucedido en el vecino país y que pueden dar pistas de lo que sucede con el controvertido presidente Donald Trump, con una seria disculpa para el pato al cual le robaron el nombre, pero que también dan pauta para seguir la huella de las tropelías de ese magnate republicano.
En lo que se refiere a Trump se comenta que Hubo un momento fascinante en el enfrentamiento del martes cuando Nancy Pelosi líder demócrata el Congreso protestó, no fue la única vez, diciendo que los dos bandos no deberían haber estado debatiendo en la televisión nacional. “No está mal, Nancy”, le dijo Trump. “Se llama transparencia”.
Se dice en un análisis de Yahoo Noticias que Trump también sabe que las mentiras se pierden en la vorágine de una gran pelea televisiva; el lenguaje corporal supera un montón de análisis. Y cada vez que los zombis de la televisión se pavonean del grosero comportamiento de Trump es un minuto que no hablan de los cargos penales que pesan sobre él o de una Casa Blanca sin timón y sin nadie que lo quiera tomar
Pero, esto es lo que Trump ve acerca de la política en su país política que no se ve en Washington, ni siquiera ahora. Todo en la cultura se ha fragmentado. Nadie es 50 % de algo. Todo ahora es pluralidad.
Así que Trump sabe que ya no se trata de dos grandes partidos que aspiran a una mayoría unificada de país. Se trata de mantener una porción del electorado que es más grande, o al menos más robusta, que la del siguiente tipo. Así es como conquistó a su base principal en 2016, así es como mantiene a los inquietantes líderes de su partido a raya, incluso cuando su presidencia se está desmoronando.
Se hace dos preguntas al final: ¿Es un 40% suficiente para que Trump sea reelegido? Probablemente no. ¿Conseguirá su muro? De ninguna manera. Bueno eso se espera comprobar.
Ah pero también encontrarán que un juez federal conservador de Texas declaró el viernes “inválida” la Ley de Cuidado de Salud Asequible promulgada por el presidente Barack Obama, en un fallo emitido la víspera de que venza el plazo para contratar pólizas para el año entrante. Pero como seguramente habrá apelaciones, incluso la Casa Blanca dijo que la ley seguirá vigente por ahora.
En su decisión de 55 páginas, el juez de distrito Reed O’Connor afirmó que la reforma fiscal del año pasado eliminó el fundamento constitucional de la ley conocida como “Obamacare” al derogar una sanción por no tener seguro de gastos médicos. El resto de la ley no puede ser separada de dicha cláusula y por lo tanto es inválida, escribió.
Los partidarios de la ley anunciaron de inmediato que apelarán el fallo.
“El fallo equivocado de hoy no nos desalentará: nuestra coalición seguirá luchando por la salud y el bienestar de todos los estadounidenses”, dijo Xavier Becerra, secretario de Justicia de California, que encabeza a una coalición de estados que defienden el Obamacare.
La Casa Blanca aplaudió la decisión de O’Connor, pero señaló que la ley continúa vigente en lo que proceden las apelaciones. El presidente Donald Trump afirmó en un tuit que el Congreso debe aprobar una nueva ley.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, afirmó: “Esperamos que este fallo será apelado ante la Corte Suprema. Mientras se lleva a cabo el proceso de apelación, la ley sigue vigente”.
El experto legal Timothy Jost, partidario de la ley de salud, dijo que el fallo de O’Connor repercutiría en casi todos los estadounidenses si permanece como está. Si todo el Obamacare es invalidado, las populares cláusulas que respaldan a los beneficiarios del Medicare _el servicio de atención médica gubernamental para los adultos mayores_ y a la gente con cobertura pagada por sus empleadores también serían canceladas. Eso podría incluir la sección que les permite a los padres mantener a sus hijos adultos jóvenes dentro de su misma cobertura hasta que cumplan 26 años.
Unas 20 millones de personas han obtenido cobertura de gastos médicos desde que la ley fue aprobada en 2010 sin un solo voto de los republicanos. En la actualidad, aproximadamente 10 millones de individuos tienen seguros privados subsidiados a través de los mercados de seguros de la ley de salud, mientras que unas 12 millones de personas de bajos ingresos están cubiertas por medio de la expansión del Medicaid, el servicio de gastos médicos para las personas pobres.
El sábado vence el plazo para inscribirse a los planes privados para el 2019 a través del sitio web HealthCare.gov. Mientras tanto, se espera que diversos estados avancen con la expansión del Medicaid después de las victorias demócratas en las elecciones de medio período.
Si el caso llegara a la Corte Suprema sería la tercera vez que los jueces sopesan impugnar cláusulas fundamentales de la ley. Los opositores al Obamacare perdieron los primeros dos casos.
Los cinco jueces que respaldaron la ley de salud en 2012 en el primer caso grande _el magistrado principal John Roberts y los cuatro liberales del máximo tribunal_ siguen en sus puestos.
Desde entonces, la opinión pública acerca de la ley ha cambiado de negativa en su mayor parte a favorable en general.
El conservar las protecciones del Obamacare para las personas con enfermedades preexistentes demostró ser un argumento fuerte para los demócratas en las elecciones de medio período. Los republicanos que intentaron socavar esas salvaguardas durante su fallido esfuerzo por derogar la ley de salud el año pasado se vieron obligados a actuar a la defensiva, y declararon claramente que ellos también desean asegurarse que la gente con problemas de salud pueda obtener cobertura.
Los demócratas que asumirán el control de la Cámara de Representantes en enero están hablando acerca de aprobar una ley que conserve las protecciones para las enfermedades preexistentes. Se desconoce cómo se concretaría eso, ni si la mayoría republicana en el Senado lo respaldaría y Trump lo promulgaría.
Los estados con gobiernos republicanos que presentaron la demanda le pidieron a O’Connor que desechara toda la ley después de que el Congreso revocara la penalización de “mandato individual” por no tener cobertura. El juez conservador ya había bloqueado antes otras políticas de la era de Obama.
No ha sido una semana para echar cohetes para el presidente Trump. Recuperándose todavía de la zarandeada de las elecciones de medio término, Trump ha intentado sustituir a su asediada jefa de gabinete solo para darse cuenta de que ninguno de sus aprendices quiere el puesto.
Por su lado, fiscales federales han acusado al presidente de dirigir un esquema de pagos ilegal y el New York Times ha desvelado cómo el régimen saudí ha estado jugando como ha querido con su despistado yerno.
Y todo esto mientras los índices de aprobación de Trump se sitúan poco por encima del 40%.
Así que cuando Trump organizó una sesión de fotos en el Despacho Oval con los líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, y luego explotó por su querido muro fronterizo, sus críticos se
Casi todos los tuits se pusieron de acuerdo de inmediato sobre que Trump había logrado empeorar las cosas. Había convertido el Despacho Oval, donde todo legislador sonríe e intenta ser digno, en algo más del estilo de la cocina de Gordon Ramsay, y había desautorizado públicamente “con condescendencia machista” las políticas de Pelosi.
En Washington hay que entender que es indicativo saber quién es el responsable de una parada técnica del gobierno, es un indicador político crucial, aunque estoy seguro de que nadie fuera de Washington se da cuenta cuando el gobierno se cierra unos días, y seguro Lo peor de todo es que movido por la rabia, Trump dijo que estaría “orgulloso de cerrar el gobierno” acerca de la financiación del muro, si llegara el momento de hacerlo. “No le voy a culpar por eso”, dijo Schumer.
¡No le voy a culpar por eso! ¿Dijo eso realmente? ¡Suicidio político! En Washington, hay que entender que no les importa quién es el responsable.
(Además, no esperan realmente que Trump cumpla su palabra sobre nada, así que eso es todo)
Todo este asunto acerca de lo estúpido que es Trump por decir en voz alta que cerrará el gobierno me recuerda a una de mis escenas favoritas de “The Simpsons”, cuando Lisa decide ser vegetariana y otros niños se burlan de ella.
¿Te vas a casar con una zanahoria, Lisa? Sí, me voy a casar con una zanahoria. ¡Oh, lo ha reconocido! ¡Se va a casar con una zanahoria!
Miren, no voy a defender el comportamiento de Trump, que rara vez se puede defender. Y ni siquiera entremos a valorar su relación de amor con el muro, pero los demócratas y mis colegas de los medios realmente creen que se ha hecho mucho daño a sí mismo al gritar como un bebé por la seguridad de la frontera en el Despacho Oval, y no sé si es del todo así.
Lo que muestra este enfrentamiento televisado es que Trump entiende perfectamente qué es lo que mantiene su presidencia a flote, aunque usted no lo sepa.
En primer lugar, Trump sabe que la inmigración ‒legal, ilegal, extraterrestre, la que sea‒ es el único problema resonante de su vida política y lo ha sido desde que bajó por las escaleras mecánicas directamente a nuestras pesadillas. Es posible que se oponga a los republicanos y los independientes en lo referido a Rusia y Arabia Saudí o el comercio, pero siempre puede recurrir al tema que lo llevó hasta aquí.
Trump podría haber hecho que el Servicio Secreto esposara a Pelosi y Schumer allí mismo y les hubiera alimentado a la fuerza con su remanente de filetes, y siempre que lo hiciera diciendo que era para mantener fuera del país a las personas no blancas, sus votantes principales aplaudirían.
Y Trump, el actor, entiende, de una forma que aún no entienden sus críticos, que la mayoría de los estadounidenses están cansados de toda esta falsa obra de teatro. Lo que nosotros en Washington consideramos un comportamiento digno del puesto de presidente a otra gente le parece otra cosa, digamos una condescendencia simulada.
Hubo un momento fascinante en el enfrentamiento del martes cuando Pelosi protestó, no fue la única vez, diciendo que los dos bandos no deberían haber estado debatiendo en la televisión nacional. “No está mal, Nancy”, le dijo Trump. “Se llama transparencia”.
Trump sabe que cada vez que se burla de los convencionalismos propios de su puesto, cada vez que hace algo políticamente incorrecto, está ganándose a la porción de electorado que aún tiene. No importa lo que diga, lo que importa es que nos está haciendo lanzar alaridos de indignación.
.Ganar y ganar. Uno dice que está bien, pero todo esto está llegando muy lejos. Puede que Trump esté activando a sus bases, pero eso apenas son cuatro de cada 10 votantes, por lo que muchos legisladores republicanos van a recoger sus cosas esta semana y se van a marchar. ¿Cómo se puede llamar a eso ganar?
Él también sabe que las mentiras se pierden en la vorágine de una gran pelea televisiva; el lenguaje corporal supera un montón de análisis. Y cada vez que los zombis de la televisión se pavonean del grosero comportamiento de Trump es un minuto que no hablan de los cargos penales que pesan sobre él o de una Casa Blanca sin timón y sin nadie que lo quiera tomar
Pero, verás, esto es lo que Trump ve acerca de nuestra política que no vemos en Washington, ni siquiera ahora. Todo en la cultura se ha fragmentado. Nadie es 50 % de algo. Todo ahora es pluralidad.
No es casual que Trump se haya pasado años dominando la franja horaria con más audiencia de la televisión, donde había tres gigantes que competían entre ellos y no como ahora que hay cientos. Puedes hacer un programa con una modesta cuota de mercado en cualquier espacio y a cualquier hora, y aun así ser insignificante en relación con el resto.
Así que Trump sabe que ya no se trata de dos grandes partidos que aspiran a una mayoría unificada de país. Se trata de mantener una porción del electorado que es más grande, o al menos más robusta, que la del siguiente tipo. Así es como conquistó a su base principal en 2016, así es como mantiene a los inquietantes líderes de su partido a raya, incluso cuando su presidencia se está desmoronando.
¿Es un 40% suficiente para que Trump sea reelegido? Probablemente no. ¿Conseguirá su muro? De ninguna manera. Pero en este momento, es lo que tiene, y es justo lo que necesita para seguir siendo una figura temida en su partido y un candidato viable para la reelección. Es por eso que está más que contento de usar a los líderes demócratas como apoyo al tiempo que se jacta de querer cerrar el gobierno por cadena nacional, a pesar de que los críticos se burlen de su ineptitud.
OK, seguro, se va a casar con una zanahoria, pero si usted no se da cuenta de lo que está haciendo, el chiste se burla de usted.
Por lo demás, creo que todos estamos bien.