- Cuando están en ese espacio de soledad hacen una revisión de su propia historia
- Es entonces que se preguntan ¿qué está pasando?, y modifican patrones de comportamiento
RedFinanciera
La depresión que padecen algunas personas puede influir de manera importante en su estado de ánimo, en el rendimiento en el trabajo y en la convivencia con la familia y amigos, por lo que es importante el brindarles apoyo y acompañamiento para “sacarlas de ese estado”, señaló Dulce María Pérez Torres, profesora de la Facultad de Psicología de la UPAEP.
Comentó que en la juventud inicial, intermedia y juventud plena que es la antesala para la adultez como tal, es cuando se presenta estos problemas de depresión o ansiedad. “Cuando se es niño, no se da uno cuenta de muchas cosas, incluso se logran evocar, pero conforme van pasando las experiencias negativas y estas han sido reiterativas, las personas van a tener poca resistencia –poca resiliencia- para poderse manejar en contextos determinados y se sientan depresivos, ansiosos, tristes y solos, aquí el problema es que no se conoce la acción que la persona pueda realizar.
Asimismo, señaló que 1 de cada 10 personas va a sufrir problemas de depresión; sin embargo de los datos que se han encontrado al respecto, manifiestan que de 10 personas, 4 manifiestan depresión, 8 la tienen pero no la manifiestan explícitamente, sino que cuando están en ese espacio de soledad hacen una revisión de su propia historia y se preguntan ¿qué está pasando?, porque no disfrutan el momento; por ello deben romper con las rutinas y buscar acompañamiento o algunas distracciones sociales.
Indicó que en esta época del año mucha gente se pregunta ¿Qué es la depresión navideña? Hay tres posturas muy importantes que se deben rescatar. La primera señala que no es considerada un trastorno psicológico, sin embargo, repercute con el estado de ánimo de las personas, (sentimientos de tristeza, nostalgia, disminución del apetito, problemas para dormir, irritabilidad, ansiedad), entre otros.
La segunda postura señala este trastorno como afectivo estacional, hace 20 años no se trataba así y se manifestaba que no existía, pero en la actualidad se sigue con esta discrepancia. En este trastorno tiene que ver que en uno por cada 10 habitantes aparecen los cambios estacionales y se presentan este tipo de situaciones señaladas con antelación, tristeza, nostalgia, irritabilidad, etc., y por lo regular se manejan a finales de año, e incluso cuando cambia la posición del sol por el periodo invernal, refirió la académica.
Señaló que la tercera habla de una cierta relación genética entre los padres y los hijos que según los estudios existentes no han llegado a conclusiones completas en un 100 por ciento; explica que las experiencias que han tenido los padres en esta parte de la soledad, tristeza, alejamiento, distanciamiento de la de familia, se vienen reflejando en las siguientes generaciones y se acumulan en las personas y se manifiestan en estas fechas navideñas.
Algunas personas padecen el estrés de la carga navideña, como es la organización de la cena de Navidad, eventos sociales a los que se tienen que asistir y si las personas no son muy sociales o presentan alguna fobia social, la persona se va a sentir comprometida por asistir y es cuando se presenta depresión, estrés, malestar y obviamente, llega la ansiedad, son los fenómenos que están sucediendo desde la parte genética, la parte biológica propia de la persona y la parte cultural. Estas son las tres posturas que tienen que ver con el tema de la depresión.
Abundó que a las personas que no les gusta participar en actividades sociales tumultuosas y no les gusta que llegue esta época del año, sucede que si se quedan solas pueden presentar mucho mayor carga de depresión y esta se puede volver crónica y no termina en la temporada de primavera, sino que se sigue acumulando todo el año y se presenta en forma circular y afecta directamente a la persona que al final puede terminar en un suicidio en caso de no superar el problema.
Por último, recomendó alimentarse bien, hacer ejercicio y buscar convivir con las personas con quien les agrada estar; realizar actividades fuera de las rutinas cotidianas que les ayudarán en su estado de ánimo y agradecer por tener vida, trabajo y salud.