- “Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí”
- Por Paco Ramírez
RedFinancieraMX
@ramirezpaco
Morena, inicia el año con un cuadro de candidatos ya definidos de cara a las elecciones para las gubernaturas de 15 estados el próximo 6 de junio. Pero el partido en el poder salió raspado después de un proceso interno plagado de inconformidades y conflictos. Y es que en sus postulaciones, destacan perfiles de catadura caciquil y personajes polémicos y de dudosa probidad moral que se han caracterizado por protagonizar escándalos o simplemente por no tener en su haber logros visibles. Inclusive ex militantes del PRI y del PRD.
Layda Sansores, priista durante tres décadas, contenderá por el gobierno de Campeche, en busca de recuperar el cacicazgo de su padre, Carlos Sansores. No se nos olvida el episodio que protagonizó como senadora, cuando fue exhibida por haber cargado al Poder Legislativo estrafalarios gastos por 700 mil pesos.
El ejemplo más claro de baja calaña, es el de Félix Salgado Macedonio, designado candidato al gobierno de Guerrero. El ex perredista fue acusado de violación agravada en 2014. La denuncia fue archivada y la víctima la ratificó en enero de 2017 y sigue vigente. Durante su gestión como alcalde de Acapulco, la seguridad del puerto se deterioró de manera brutal. En 2007 fue investigado por vínculos con el narco.
David Monreal, va por el gobierno de Zacatecas. Es el segundo al mando del cacicazgo político encabezado por el patriarca, su hermano Ricardo Monreal, líder morenista en el Senado… pero eso sí, formados todos en la escuela priista.
Alfonso Durazo, quien quiere ser gobernador de Sonora, resultó seriamente cuestionado por su fracaso en el combate al crimen, en su paso por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y de manera particular, por la liberación de Ovidio Guzmán, hijo del líder del Cártel de Sinaloa, en 2019. Tan cercano ahora al presidente, como antes lo fue a Colosio y a Fox.
Miguel Ángel Navarro Quintero, sí, también rescatado del mismo PRI partido que instauró el neoliberalismo y la tecnocracia que tanto condena el fundador de Morena. Navarro contenderá por Nayarit, pero resulta que tiene vínculos con Edgar Veytia, preso en Estados Unidos, tras haber encabezado una estructura criminal dentro del gobierno del priista Roberto Sandoval, quien también cuenta con varias órdenes de aprehensión.
Nada tersas estuvieron las designaciones del resto de los nominados. Y es que no faltó el dedazo para elegir a los delegados de los programas sociales del actual gobierno: Juan Carlos Loera, para Chihuahua; Lorena Cuéllar, quien va por Tlaxcala; Indira Vizcaíno, para Colima; y Víctor Manuel Castro, quien contenderá por Baja California Sur.
Raúl Morón, ex perredista, fue designado para Michoacán; y el ex priista Rubén Rocha, para Sinaloa.
Enfurecidos muchos de los militantes surgidos de Morena que se vieron desplazados por candidatos camaleones o por simples dedazos y cuchareos. Y nada, que aquellos que juraban no ser los mismos de antes y nos recetan una cartilla moral, recurrieron, sin ningún rubor, a las viejas prácticas sucias y tramposas de los peores tiempos del sistema político nacional.
Y nos dicen que no son iguales.
De la oposición ya hablaremos en nuestra próxima columna, pero ni que decir, no se ve, no existe, sigue impactada por el avasallante triunfo de Morena en 2018.
Cómo decía Augusto Monterroso: “Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.