- Aumenta el costo unitario de la mano de obra: CEESP
- Por Gerardo Flores Ledesma
RedFinanciera
El sector privado del país subrayó que la inversión total no ha sido suficiente para generar los empleos que requiere el país, y demostró que entre 2019 y 2022 el costo unitario de la mano de obra creció casi tres veces más que en la misma cantidad de años del sexenio pasado.
En su más reciente reporte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado precisa que un factor que ha estimulado el consumo es el significativo incremento de los salarios mínimos, pero aclara que esa evolución, aunque muestra mejoras, las condiciones generarles de la economía no tienen una relación directa con ese desempeño.
De hecho, señala el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), para estimular el consumo se requiere de más inversión, crecimiento, empleo y confianza de los hogares y empresas.
Resalta el CEESP que no obstante que las remesas familiares también impulsan el consumo, esos flujos parecen estancarse.
Durante marzo, el indicador de la ANTAD de ventas a tiendas totales tuvo un incremento anual en términos nominales de 10.9%, mientras que las ventas a tiendas iguales aumentaron 7.9% (6.2% y 3.3% en términos reales respectivamente).
Evidentemente, la evolución del consumo visto a través de estos resultados indica que el mercado interno del país conserva un buen dinamismo como fuente de crecimiento del PIB.
Sin embargo, después de la lenta recuperación postpandemia, que tardó ocho trimestres, el ritmo de crecimiento vuelve a mostrar signos de debilidad al registrar una tendencia a la baja a partir de finales de 2022. De acuerdo con la estimación oportuna del INEGI, durante el primer trimestre del 2024, el PIB creció a una tasa trimestral de 0.2% y una anual de 2.0%, porcentaje similar al promedio anual de los últimos 30 años.
Los pronósticos de los especialistas del sector privado para este y el siguiente año se corrigieron a la baja nuevamente.
La inversión total a pesar de su sorpresivo repunte a finales del 2022 no ha sido suficiente para generar los empleos formales que requiere el país, la precarización del empleo aún se refleja en las condiciones de contratación.
Se agrega que una medida de competitividad de la economía es el costo unitario de la mano de obra, el cual aumenta si baja la productividad o si los costos laborales crecen.
A pesar de tener una ventaja frente a otros países por su relativamente reducido costo laboral, México tiene un costo unitario mayor y por lo tanto una desventaja de competitividad. Las cifras disponibles de la OCDE muestran que durante el periodo 2019-2022 el costo unitario de la mano de obra en México creció 35.2%, casi tres veces más que en la misma cantidad de años del sexenio pasado.
Es cierto que algunos indicadores relacionados muestran un comportamiento favorable, como es la evolución de los trabajadores al IMSS que, según el reporte más reciente indica que al cierre de abril el total de registros sumó 22.3 millones, lo que significó que en los primeros cuatro meses del año se agregaran 265 mil más registros (después de que tan solo en abril cayeran en 465). No obstante, si se eliminan los años más afectados por la pandemia (2020 y 2021), este sería el menor aumento para el mismo lapso desde 2013.
Sin embargo, se debe recordar que aun cuando no hay cifras disponibles, es probable que una parte importante de estos nuevos registros correspondan a personas que ya tenían empleo y solo se integraron al padrón del IMSS, por lo que estos no se pueden considerar como nuevos empleos.
Además, aunque la mayor parte del aumento en el total de registros en este lapso se concentró en el número de trabajadores permanentes (170.4 miles), es importante señalar que estos resultaron 37.4% menores al reporte del mismo lapso del año pasado.
Un factor que puede estar contribuyendo para que el consumo muestre mejoras, es el significativo incremento de los salarios mínimos, que en lo que va del sexenio acumula un alza de 181% que, junto con el aumento de la población ocupada, ha propiciado un incremento de la masa salarial. Pero la mayoría de las contrataciones se ha realizado con sueldos bajos, señal de que persisten indicios de la precarización del empleo, lo que limita un mayor dinamismo del consumo en el mediano y largo plazos.
Las cifras del INEGI indican que en el primer trimestre del 2024 la población ocupada total del país superó en 800 mil personas la cifra del mismo periodo del 2023, pero este resultado respondió a un aumento de 2.6 millones de personas con ingresos de hasta un salario mínimo, en contra de una disminución de 2.7 millones en el universo de ocupados que perciben más de dos salarios mínimos, además del aumento de 857 mil ocupados que no reciben ingresos o no están especificados.
Otro factor que puede incidir en el consumo es la entrada de remesas familiares al país. Sin embargo, a pesar de que su monto es elevado parece estancarse. Las cifras del Banco de México muestran que durante el primer trimestre del presente año ingresaron al país 14 mil 105 millones de dólares, monto que, si bien es el más elevado históricamente para el mismo lapso, una vez convertido a pesos refleja una disminución de 20 mil 876 millones de pesos respecto a igual lapso del año pasado.
Aun cuando el consumo muestra un comportamiento favorable, es fundamental seguir trabajando en el fortalecimiento de los factores que estimulen la inversión, el crecimiento, el empleo y la confianza de los hogares y empresas. Esto permitirá establecer bases firmes y no coyunturales para lograr un desempeño de la economía más dinámico en el mediano y largo plazos.